En lo que podríamos denominar como una carrera por parametrizar y medir las emociones humanas un grupo de científicos ha creado un sensor que es capaz de reconocer y dar un valor del grado de "piel de gallina" que tenemos.
Que se ericen los pelos de la piel es una respuesta fisiológica ante ciertos estímulos como puede ser el frío o cierto tipo de emociones y es ahí donde el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología (KAIST) de Corea del Sur está centrando una de sus últimas investigaciones.
Acaban de crear un sensor transparente en forma de parche que es capaz de medir el grado de erizado de la piel basándose en el tamaño que adquieren los folículos y el tiempo que permanecen en ese estado (piloerection).
Suponen que existe un cierto patrón reconocible según el tipo de estímulo externo y por tanto una respuesta distinta por parte del cuerpo según reaccione ante frío, miedo o cualquier otra emoción.
De esta manera se pretende estudiar el reflejo en la piel de las emociones de las personas según los estímulos externos que reciban y se espera que se convierta en una función biométrica más como por ejemplo la frecuencia cardiaca, temperatura corporal o presión sanguínea.
Más información | Applied Physics Letter.
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