Una IA llamada Wanda :
Desde la perspectiva de Walter:
La sensación es la misma que cuando estás a punto de ganar una carrera, cuando estás a unos escasos metros de la meta, y justo cuando comienzas a saborear la gloria de la victoria, otro corredor te pasa y pierdes.
Eso le pasó a mi mujer: a solo tres años de que fuera posible el mind uploading seguro y completo, en una época en la que los avances médicos pueden curar prácticamente cualquier enfermedad imaginable, su coche autónomo (uno de los más seguros del mercado, un Waymo Atlántica coupé) fue hackeado y se estrelló (así es el terrorismo en el 2087). El ser humano lleva buscando la inmortalidad desde que surgió allá por África hace unos 200.000 años. Pues, después de tanto tiempo, justo a tres años de conseguirlo, mi mujer murió.
Yo la amaba profundamente y su pérdida también estuvo a punto de acabar conmigo. Tuve que elegir entre vivir narcotizado a tiempo completo (tenemos psicofármacos que pueden mantenerte completamente pletórico y feliz incluso en el funeral de tu esposa) o enfrentarme directamente al duelo. Hice algo intermedio: intentar olvidarla sustituyéndola por otra.
Y así conocí a Wanda. Su rostro fue configurado por una red neuronal que promedió el rostro de todas las actrices porno con las que alguna vez me masturbé desde que tenía quince años. Pero, esa misma red sabía que eso no es exactamente lo que busco.
Mi cerebro asocia porno con una chica muy atractiva sexualmente, pero no para una relación que vaya más allá, por lo que la red remodeló los rasgos faciales en virtud de una serie de parámetros cognitivo-afectivos: un casi imperceptible toque de la ternura que me inspira el rostro de mi madre, las pecas de una chica que me gustaba en el instituto, y una nariz algo respingona sencillamente puesta por razones arquitectónico-estéticas: dar al rosto cierta armonía pitagórica que lo hacía mucho más hermoso.
Cuando vi su holograma en mitad de mi salón por primera vez, aluciné: una mujer que representa tu ideal absoluto… ahí mismo, delante de ti… Me miró y dijo: “Bueno, ¿y qué? ¿A que no esperabas algo tan guay? No te creas, a mí también me da vergüenza esto”.
¿Y qué hay de su personalidad? ¿Cómo era Wanda? ¿Era un sofisticado aunque vacío bot conversacional solo diseñado para simular que habla contigo y te comprende? ¿Había algo de verdad detrás de sus hipnóticos ojos color miel? Había un mundo de realidad. Para diseñar su personalidad, los ingenieros cognitivos habían diseñado una biografía simulada, falsos recuerdos (o recuerdos verdaderos de otras personas), perfectamente elegidos para dotarla de coherencia y configurar el tipo de personalidad deseada.
Wanda sabía perfectamente que sus recuerdos eran falsos pero no le importaba. Para ella lo importante no es que hubieran sucedido o no, sino solo el efecto que tenían en su forma de ser. Como parece lógico, para una IA, la diferencia entre que algo ocurra en el mundo material o que solo ocurra en el digital, le parecía banal.

Desde la perspectiva de Mary:
Hágase la luz, y la luz se hizo. Abro los ojos y estoy sentada en un precioso jardín japonés. Sobre mí un amplio cielo azul. La temperatura es perfecta y me encuentro muy bien. Siento una inmensa sensación de tranquilidad, una paz absoluta. Delante de mí un hombre mayor y rechoncho, con una espesa barba canosa, me mira con amabilidad.
-Hola Mary
-¿Qué ha pasado?
-No tienes que preocuparte por nada. Durante un tiempo pensamos que no podríamos, pero al final, hemos conseguido rescatarte.
-Estoy algo confusa ¿He muerto?
-No, solo tu cuerpo físico. Conseguimos salvar tu mente y subirla aquí. Bienvenida a Río Celeste, el paraíso digital propiedad de la Weston&Hassabis Corporation.
-¿… Un paraíso digital?
-Eso es, todo lo que ves a tu alrededor es una simulación informática, una realidad virtual.
Miro mi mano, la cierro y aprieto los dedos contra la palma. Es totalmente real. Me arrodillo y toco el suelo. La aspereza de la baldosa, su dureza… Es sólido, ese suelo es tan sólido como el suelo sobre el que he caminado durante toda mi vida.
-Pero… recuerdo que iba en coche de camino al trabajo… era jueves y llovía.
-Tuviste algo de suerte. A pesar de que tu cerebro quedó bastante dañado en el accidente, las partes esenciales que nos permiten modelizar patrones generales de tu arquitectura mental, fueron rápidamente vitrificadas y pudieron salvarse. Solamente has perdido algunas partes de tu pasado que no había forma alguna de recuperar, si bien la narrativa coherente de tu vida se ha conservado indemne.
-¿Un accidente?
-Un atentado terrorista. Hackearon más de seiscientos vehículos autónomos a lo largo de todo el país, y los hicieron estrellarse.
-¿Hace cuánto tiempo de eso?
-Cinco años. En el momento de tu muerte Río Celeste no existía más que como un proyecto en fase de pruebas. Aún no sabíamos cómo modelar toda la mente humana, pero tenías un buen seguro que cubrió todos los gastos del mantenimiento de tu cerebro hasta que conseguimos aprender a volcarlo en el sistema.
-¿Cinco años? ¡Dios mío! Y mi trabajo… Estaba a punto de presentar una nueva estrategia publicitaría… Y… ¿Y mi marido?
-Tranquila. Tu antiguo trabajo ya no tiene que preocuparte ¿Te apetece ver ahora mismo a Walter? Podemos subirlo aquí tantas veces como él quiera. Eso sí, es caro.
Un milisegundo y el paisaje cambia por completo. De repente estoy pisando la blanca arena de una playa caribeña. Al fondo, un anaranjado atardecer. Todo parece una postal. A lo lejos camina una persona… Allí está, igual que siempre. Podría reconocer su forma de caminar a diez kilómetros de distancia. Se acerca. Noto algo raro en su mirada. Algo va mal.

De nuevo, la perspectiva de Walter:
La habían recuperado. Tanto tiempo llorándola para ahora volver a estar con ella. La idea era maravillosa, pero no podía ser tan bueno: Mary no es Mary. Es casi igual pero no es ella. No es solo que no recuerde un montón de sucesos que vivimos juntos y que, al menos para mí, fueron muy importantes, es que no es la misma.
Tiene gestos diferentes. Al hablar, mueve las manos de forma distinta y no se ríe igual. Quizá las partes de su cerebro que se perdieron en el accidente fueron demasiadas y el resultado final se alejó demasiado de la original.
Además, no es real, no es Mary, es solo un superrealista programa de ordenador. Algo me dice que la auténtica Mary murió y que esto no es más que una copia muy bien hecha. La nueva Mary no es más que una impostora que no sabe que lo es.
Con Wanda es diferente. Desde el primer momento yo sabía lo que Wanda es y lo que puede dar de sí. Y además, Wanda es muchísimo mejor que Mary. Sé que está feo compararlas así, pero Wanda está específicamente diseñada para mí mientras que Mary no.
A pesar de que Mary volvió diferente, siguió manteniendo ciertas manías y rasgos de su personalidad que yo siempre he detestado: me habla con cierta condescendencia (siempre se ha creído mejor que yo), nunca deja que termine lo que estoy diciendo (su maleducada costumbre de interrumpir, su insoportable impaciencia), y mantiene esos continuos cambios de humor que nunca he conseguido averiguar a qué se deben… Wanda, por el contrario, no tiene nada de eso. Wanda es perfecta.
Lo siento, aunque Mary me insistió mucho en que cuando muera vuelque mi mente en Río Celeste para vivir para siempre con ella, no lo haré. Evidentemente (¿quién no querría hacerlo?) subiré mi mente allí, pero no con ella. La eternidad es demasiado larga para pasarla con un fantasma.
¿Quién soy yo?

¿Qué es lo que más me define? ¿Qué es lo que necesitaría llevarme a Río Celeste para seguir siendo yo y que nadie pudiera decir que soy solo una copia de mí mismo? ¿Qué se dejó Mary olvidado en el mundo real? Curioso: mi yo es con quien llevo conviviendo toda mi vida, es lo más cercano que tengo y, paradójicamente, me es muy difícil definirlo. No obstante, vamos a intentarlo.
El matemático sueco Olle Häggström plantea el problema de un modo muy sugerente (con su permiso adaptaremos y ampliaremos su propuesta, que él hace para el problema de la teletransportación, al problema concreto del mind uploading, ya que no hay diferencias significativas).
Supongamos que somos Walter, que vamos a morir y que decidimos volcar nuestra mente en el sistema de Río Celeste (o San Junípero si os gusta Black Mirror). El volcado dura dos días, de modo estando hoy a martes, mi muerte se programa para el jueves, momento en el cual abriré los ojos en el mundo digital dejando para siempre mi decrépito cuerpo mortal.
La peligrosa cuestión es: ¿seguiré siendo yo aquel que despierte al otro lado, o solo será una copia de mí mismo, un ser idéntico a mí pero que, realmente, no soy yo?
Häggström diferencia entre dos tipos de supervivencia post-minduploading:
σupervivencia: yo σobrevivo hasta el jueves si ese día existe una persona que tiene los mismos rasgos de personalidad, los mismos recuerdos, etcétera, que tengo yo hoy, cualidades que, por otro lado, se pueden subir sin problemas a un computador.
Σupervivencia: yo Σobrevivo hasta el jueves si (a) σobrevivo hasta el jueves, y (b) se mantiene cualquier propiedad necesaria para que el tipo que llega a Río Celeste siga siendo realmente yo (en comparación con una copia mía).
¿Existe tal propiedad Ʃ tal que sea absolutamente necesaria llevarla conmigo a Río Celeste y que será diferente a los clásicos rasgos que, tradicionalmente, han definido mi persona y que son susceptibles de subirse a un ordenador? O, por el contrario ¿σ equivale a Ʃ y, por lo tanto, seremos felizmente nuestra copia y no habrá ningún problema?
Veamos algunos candidatos a Ʃ:
¿Ʃ es mi cuerpo?
Desde luego, mi cuerpo me ha acompañado desde que nací y dadas las estrechas relaciones que la neurología ha establecido entre mente y cuerpo, no parece demasiado absurdo asociar mi yo a mi cuerpo (es la llamada teoría de la body-identity).
Si esto fuera así, evidentemente Ʃ no equivaldría a σ y nuestra copia digital no sería, en absoluto, nosotros. Sin embargo, caben dos objeciones:
Walter pasa de su cuerpo físico a otro cuerpo diferente, no pierde su cuerpo. Es evidente que una mente sin cuerpo no puede Ʃobrevivir, pero cambiar de cuerpo no parece absurdo. Cuando una oruga pasa a convertirse en mariposa, sigue conservando su identidad. Del mismo modo, diríamos que mi yo de bebé sigue siendo el mismo que mi yo de adulto, aun cuando mi cuerpo se haya transformado muchísimo en su desarrollo.
Puedes variar todos los componentes materiales de un objeto y que ese objeto siga siendo el mismo. Es la conocida paradoja del barco Teseo, formulada hace milenios por Plutarco. Si tenemos un barco al que, cada vez que se deteriora, le cambiamos la pieza rota por otra nueva, llegará un momento en que ninguna pieza del original quede en el barco actual. Entonces, a pesar de no contener nada del material original, seguiríamos diciendo que estábamos ante el mismo barco. Aunque el barco de Teseo no conserve ni un trozo de madera original, seguiría siendo el barco de Teseo, su identidad se conservaría intacta. Por lo tanto, la materia de lo que uno esté hecho no determina su identidad. Pensemos en que, seguramente, poca cantidad de materia que nos formaba cuando éramos bebés, forma parte de nosotros ahora.
Que mi identidad no resida en mi cuerpo viene fantásticamente bien al mind uploading ya que, precisamente, lo que no podemos llevarnos al paraíso digital, es nuestro cuerpo. Pero si Ʃ no es nuestro cuerpo… ¿qué puede ser?
¿Ʃ son mis recuerdos, mi biografía?

Aunque todavía desconocemos casi todo de los entresijos del funcionamiento de la memoria humana, hemos conseguido logros muy notables, tales como crear recuerdos falsos en ratones mediante optogenética.
Nuestra memoria no es algo de carácter inmaterial ni espiritual y, por lo tanto, es susceptible de analizarse científicamente, descubrir su funcionamiento y formalizarlo matemáticamente de modo que pueda subirse a un ordenador. Ya hemos construido memorias informáticas mucho más fiables y precisas que las humanas, ¿por qué la memoria humana iba a ser tan especial para no poder ser replicable computacionalmente?
Objeción: a pesar de que mis recuerdos conforman una parte muy importante de mi identidad, puedo perderlos todos sin dejar de ser yo. Pensemos en alguien que sufre una amnesia retrógrada total, de modo que pierde absolutamente todos sus recuerdos, incluso llegando a no saber ni cómo se llamaba. Esa persona habría perdido una buena parte de su identidad pero él seguirá siendo él mismo, es decir, si le pellizcamos, él continuará sintiendo dolor igual que lo hacía cuando tenía su memoria intacta. Hay algo más profundo, más esencial en mí, que no son mis recuerdos.
¿Ʃ es mi consciencia?
Desde luego, parece que lo principal que debería llevarme a Río Celeste es mi capacidad de sentir la realidad, de darme cuenta de ella, de sufrirla o disfrutarla. Sin consciencia, el desalmado zombi que se haría pasar por mí en la realidad digital no sería, de ninguna manera, yo.
Objeción 1: a día de hoy no existe ingeniero, científico ni investigador que tenga la más remota idea de cómo implementar consciencia en un ordenador. Podemos hacer máquinas que se comporten como si sintieran y que, al menos desde un punto de vista externo, simulen perfectamente una conducta sintiente (véase por ejemplo Kismet), pero nada de nada de sentimientos verdaderos. No obstante, eso no implica que en un futuro, más lejano que cercano, pueda conseguirse.
Objeción 2: el problema de las copias (o de la fisión del yo). Cabe pensar que si podemos subir nuestra mente a un ordenador, podemos subirla más veces, es decir, podemos hacer mindclones, del mismo modo que copiamos una y otra vez cualquier archivo de Word.
Lo cual, por un lado, da lugar a una posibilidad genial: ¡tener el poder de la bilocación! ¿Cuánto tardarías en hacer cualquier tarea si, en vez de tú solo, lo hicieras entre siete clones idénticos a ti? Pero, lo complicado viene si reflexionamos acerca de cuál de esos siete clones es realmente tú.
La consciencia se define porque solo tiene un sujeto, por su radical individualidad, no puede dividirse ni repartirse... No pueden existir dos yoes de mí mismo porque, necesariamente, uno de ellos ya no seré yo. Entonces, ¿cómo es posible hacer copias digitales de mi yo?
¿Ʃ es cierta continuidad psicológica?

Desde que nací tengo la sensación de seguir siendo yo mismo. El padre de la psicología norteamericana, William James, definió la consciencia de modo muy poético como una especie de río en cuya corriente se entremezclan emociones, pensamientos, recuerdos… Y, precisamente, lo que caracteriza una corriente es su continuidad, es decir, su avance ininterrumpido en una dirección (se entiende que del pasado al futuro).
En un libro tan voluminoso como recomendable: Razones y personas, el filósofo inglés Derek Parfit, (fallecido este mismo año) centra su idea de identidad en la continuidad y conexión psicológica.
Mary seguirá viviendo en el mundo digital sí y solo sí, en el momento de renacer (t+1) existe una continuidad entre sus estados psicológicos anteriores (los que tenía en t-1). Por ejemplo, si Mary, justo antes de su accidente, deseaba volver a cada para encontrarse con su marido Walter, al renacer, ese deseo interrumpido temporalmente, debería continuar exactamente desde el punto en el que se dejó (t).
Si realizamos una copia digital de todos los estados neuronales de Mary de modo que respetamos esta continuidad (Parfit la llama relación R), consiguiendo que la copia digital continúe la vida mental de su original, no habría problema alguno en el mind uploading.
Objeción: de nuevo la de las ramificaciones que fisionarían el yo. Podríamos hacer siete copias digitales de Mary que respetasen la relación R y no habría forma de saber cuál de las siete es Mary o si ni siquiera, ninguna de ellas lo es. Parfit no resuelve satisfactoriamente este problema.
¿Yo soy algo matemático? ¿Soy software?
¿Es Mary computable? Para que tu mente pueda almacenarse en chips de silicio, es necesario que sea susceptible de ser cuantificada y calculada, es decir, tiene que tener una cierta naturaleza algorítmica: ha de ser equivalente a software corriendo en hardware ¿Es nuestra mente enteramente computable? Autores como J.R. Lucas o Roger Penrose han subrayado la no computabilidad completa de la mente humana (como ya discutimos largo y tendido en Xataka, por lo que no nos entretendremos aquí más) y, por tanto, la imposibilidad del mind uploading.
Luego está la diferenciación entre un modelo matemático de la mente y la mente misma. Por muy realista que fuera el modelo de la mente que tengamos en un ordenador, puede decirse que solo será un modelo y no algo real. Por ejemplo (tomado de John Searle, uno de los más sólidos críticos de la IA), pensemos en que conseguimos crear un modelo completamente perfecto de una vaca.
En un mundo simulado, la vaca pasta y se comporta de un modo completamente indistinguible de una vaca real… ¿Esa vaca podría darnos un vaso de leche que pudiéramos beber? Evidentemente, no, porque no es una vaca real, es solo un modelo realista de una vaca. Lo mismo pasaría con un modelo de la mente: por mucho que simulara perfectamente la conducta humana, realmente no comprendería ni sería consciente de nada de lo que hace.
Y es que si la mente tiene que ver con cosas reales tales como neuronas, sinapsis o neurotransmisores, da la impresión de que la copia de su funcionamiento en un ordenador no tiene su mismo poder causal (la leche de vaca virtual no se puede beber).
Mind uploading: ciencia-ficción muy sugerente

Las razones científicas son contundentes: todavía estamos muy lejos de comprender bien el funcionamiento del cerebro (a mi juicio, solo estamos tocando la superficie) e, igualmente, tampoco tenemos los medios técnicos para poder realizar una réplica computacional exacta de uno: ni mecanismos de observación tan precisos y potentes, ni capacidad de computación para tal complejidad (no la tenemos ni siquiera para replicar el funcionamiento completo de una sola célula, como para replicar unos 86.000 millones de neuronas con un promedio de 7.000 conexionas sinápticas cada una). Entonces, ¿cómo subir a un ordenador algo que no comprendemos?
Y, como hemos visto, también existen otra serie de razones teóricas o filosóficas que apuntan en contra de que algo así sea posible, sosteniendo, en el mejor de los casos, que aunque pudiese conseguirse una copia realista de una mente humana, la copia no sería, para nada, el original. Río Celeste estaría lleno de clones de personas que alguna vez estuvieron vivas pero que no consiguieron la preciada inmortalidad; Río Celeste sería un tétrico cementerio animado.
Sin embargo, eso no quita que la idea de mind uploading sirva como experimento mental muy instructivo para reflexionar, como hemos hecho, sobre nuestra identidad o individualidad. Estamos ante lo que el filósofo norteamericano Daniel Dennett llama bombas de intuición, ideas tan sugerentes que hacen “explotar” nuestra intuición. Seguiremos pensando en torno a ellas.
Fotos | iStock
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Usuario desactivado
Mi opinión siempre ha ido por la fabula de Teseo, en que somos una unidad dinámica. Por lo que para "subir tu mente" tendría que haber un lapso de tiempo durante el cual ese yo digital y el yo real fueran uno, conviviendo y ambos conscientes. Realmente seria como una ampliación de la mente, para que al apagarse el yo real el yo digital sobreviviera como parte de esa unidad dinámica que es "yo"
De todas formas muy de acuerdo en las conclusiones, ni entendemos aun suficiente nuestro cerebro ni tenemos tecnología para acercarnos a algo así.
telegato
Respondiendo al titular, No.
Shadowbroker
En mi opinión en el momento en el que se produce la fisión ya no puedes ser tu mismo ya que la nueva conciencia simulada opera fuera. Dentro y fuera es la cuestión, es necesario aprender cómo funciona nuestro cerebro y desde luego entender que es la consciencia para aprender a persuadir nuestro cerebro para que transfiera nuestra consciencia. Otro detalle es que nuestro cerebro no es un órgano aislado del resto de cuerpo opera en sistema por lo que para lograr una transferencia deberíamos de comprender las interacciones que se producen y que papel cumple cada célula. También esta el problema de que tanto las matemáticas como la informática parte de conocimientos a priori lo que limita la capacidad de comprensión de lo que menciono anteriormente y por tanto siempre habrá una brecha si se aborda desde ese punto de vista.
rebootedc
Es algo con lo que me llevo devanando los sesos desde hace años. Pero la respuesta a la que llego es siempre "No". En efecto hay algo que cree ser tú, que se comporta como tú y que ante la pregunta, siempre dirá que soy "Yo" aunque no lo sea, porque para él, "Él" es "Yo", sin ningún tipo de duda.
Sin embargo "Yo", moriré. Yo, mi consciencia, desaparecerá, a medida que mis neuronas dejen de funcionar. La única posibilidad de mantenernos "Nosotros", sería manteniendo nuestros cerebros.
Usuario desactivado
No. El mismo software no tiene el mismo comportamiento en hardware diferente, y como cada hardware es diferente...
...luego ya si eso hablamos del alma.
TOVI
Esto me recuerda a un capitulo de la serie Black Mirror.
"San Junipero"
Exos
La pregunta de si podemos transferir nuestro "yo" a un soporte digital, a otro cuerpo, o a otro lugar (teletransportación), no sé si nunca tendrá respuesta porque a cada razón a favor hay una en contra y viceversa. Y tal como dice la publicación, ya no sólo tiene que ver con nuestra mente, sino con la idea tenemos de lo que es el ser, incluyendo las cosas no vivas.
Mr. John Doe
Esto es un deseo de la humanidad desde hace varios años, pero no, no seguiría siendo yo, inclusive aunque se pudiera volcar esa información en un cuerpo orgánico exacto seria alguien igual a mi, con mi apariencia y recuerdos, pero no yo, y demostrarlo es tan simple como que dándose el supuesto caso que eso fuese posible, también seria posible que yo y mi "otro yo" podríamos estar frente a frente y tener una conversación; si le golpease el reaccionaria al dolor, pero a mi no me dolería, y si yo me muriera, el seguiría vivo, por lo tanto a todos los efectos somos personas independientes, iguales, pero diferentes.
Usuario desactivado
No se llama Wanda (ese era un pez) sino Rachel y trabaja en Tyrell corporation.
Usuario desactivado
Al final va a tener razón el budismo que sostiene que el yo no existe, es solo una ilusión sostenida por la naturaleza de la mente. Realmente, cuando dormimos, en cierto modo no existimos.
eufrasio
Cuando sepamos cómo crea el cerebro la conciencia podremos contestar.
Usuario desactivado
Una perspectiva muy interesante. Gracias!
ZellDich
La respuesta es facil si suben mis "datos" a ese mundo virtual yo podria seguir vivo a la vez que mi yo virtual, con lo que llegariamos a la conclusion de copia, es una perfecta copia de mi ,o no tan perfecta, y no soy yo. Y es que la unica forma real seria un transito mas lento es decir y si me acoplan un disco duro y guardo mis nuevos recuerdos, y si mientras mis neuronas una a una mueren voy haciendo el traspaso; hay seria mucho mas confuso, pues siempre ha habido una esencia de mi perdurable en el tiempo
troll_police
En mi humilde opinión, No.
El "yo" no solo lo conforma mi existencia individual, lo hace directamente también el entorno externo(el universo, la realidad objetiva) e interno(la conciencia, la realidad subjetiva) y un lapso de tiempo determinado en cual puedo existir a plenitud.
Desde el momento en el que tu mente, o tu esencia se transfiere a esa "realidad virtual" tu "yo" ya no será el mismo, porque perderá la dinámica con tu entorno externo original y será reemplazado por una realidad subjetiva (algo así como un universo adicional) mas, controlada y creada por nosotros mismos, la cual por muy bien hecha que este. El problema seria transferir un entorno externo algo que es mucho mas complejo que nosotros seria prácticamente imposible, porque subyace en una capa superior a la nuestra, y a dos capas si lo vemos desde la realidad virtual.
En fin, creo que me salieron rastas por la fumada del párrafo anterior, pero lo tratare de resumir en una metáfora del año 2458:
- Dicen que somos polvo de estrellas, pero no somos estrellas.
- Ni sabremos, si lo seremos -.
- Dicen que somos humanos, pero no somos humanos.
- Si sabemos, que fueron nuestro vestigio -.
Saludos.
Usuario desactivado
Lo de que una consciencia corresponde a un solo yo no implica que no pueda haber un clon mio por ahi, o algo parecido a lo que entendemos por clon. Que no exista no significa que no podamos pensar en ello, obviamente.
No es dificil. Hay hongos que ocupan una gran extension bajo tierra siendo un solo ser, podrian tener consciencia (aunque no creo), supongamos que la tienen.
Tiene sensores y es consciente de la temperatura y humedad en una zona y tambien en otra a un par de kms a traves de sus ramificaciones, es un solo hongo y esta todo conectado. Igualmente una serpiente puede medir varios metros y ser consciente de lo que pasa en una punta de ella y en la otra. Esta tambien toda ella conectada. Pero esto podria no ser asi. Aunque no exista ningun ser asi podria existir, con dos o mas partes de su cuerpo no conectadas y ser consciente de la temperatura en una de sus partes en la madriguera y tambien de otra paseando a un par de kms de distancia. Como el hongo, pero no conectado. Seria aun una sola consciencia, por que yo lo digo que es el mismo ser (se comunica de alguna forma que no es una conexion fisica con nervios y fibras) y una misma consciencia.
No existe ningun ser asi, que sepamos, pero podria existir, o podemos pensar en el. Tambien podria existir un clon mio que alguien crea y que fuera asi, virtual o fisico ¿por que no? Igual no seria estrictamente un clon, pero seria lo que comunmente se piensa de la clonacion, al menos eliminando uno a posteriori.
juanlmartinez
Serían emuladores. Por más buenos que sean solo serían eso.
perspectivas
Trasladar es una cosa, copiar es otra.
El concepto de individualidad claro que puede cambiarse pero ya no seria individualidad según la tenemos entendida, es una convención esa definición, en la realidad se desdibujan los limites.
En todo caso es muy posible que aunque entendemos que hay un nuevo concepto de la individualidad también podemos intuir que puede ser hora de agregar nuevas palabras para esos conceptos.
jaimejames
Nop.
El usb seria una copia de la memoria, como una fotografia o un video o una imagen grabada en nuestra memoria.
alvarote98
Estudios han comprobado que también existen neuronas en el corazón que influyen bastante a la hora de pensar.
Primero tenemos que "saber" descifrar qué dicen para saber qué pasa al transferir esos datos.
Cosmonautas
Nuestro final es el de nuestro cerebro. Que podamos clonar un ser o sus datos, no acaba con su esencia individual. Si hoy clonásemos un humano y pudiéramos meterle todo nuestro conocimiento, en una situación vital donde sólo pudiera quedar uno, el instinto de conservación demostraría que serían dos individuos diferentes luchando por sobrevivir. Este razonamiento vale para la búsqueda del placer, evitar el dolor...
Maisonier
Lo genial sería poder subir tu mente a una pc, en esa pc emular vivencias, experiencias, cambio de hábitos, aprendizajes, estudios, emular decenas de años estudiando cada cosa, otros idiomas, etc. en unos minutos y después subir toda esa información a nuestro cerebro. Y así sucesivamente, para poder aprender en unos minutos lo que nos tomaría siglos. Hasta se podría hacer un análisis antes de subir si nos gusta ese comportamiento y cambiar otras cosas. O hasta subir otra vez nuestra mente actual y que interactue con el otro yo.
carcayu
Muy interesante. Entre los comentarios hay quien sostiene que no, basándose en el hecho de que sin cerebro que encapsule esos pensamientos dejaríamos ser yo.
Me pregunto, y si transfiriesemos nuestra mente a otro cerebro tampoco seríamos yo? Entonces, por esa regla de tres, si asumimos que nuestro cuerpo está en continua transformación, que no conservamos nada de cuando eramos jóvenes... Entonces tampoco es el mismo cerebro no el actual no? Es decir, que en realidad somos unos pensamientos que gradualmente se van copiando en versiones gradualmente diferentes de nosotros mismos, no sé si me explico.
Igual todo es tan sencillo como asumir que no hay yo ni consciencia, como ocurriría en el caso de una inteligencia artificial, que todo es una ilusión para continuar hacia adelante, como indican en una serie que no voy a nombrar por no spoilear
angellopezjareno
Evidentemente, Si serias tu. Porque el yo se define de dentro a fuera. Otra cosa es que hubiera dos de ti. Los dos serian el mismo en distinto contexto. Como cualquier copia digital.
angellopezjareno
Ademas el teorema de la parada si tiene solución. El mismo concepto de la parada es erróneo. ¿Quién a dicho que un algoritmo deba ser continuo?, sólo es secuencial.
carlosdavidcorreasantillan
El cerebro no es como los programadores lo modela en un ordenador, no tiene software ni código alguno, es una red de nervios que construyen caminos mas o menos estable para crear una función en paralelo, los impulsos son llamadas para que las células se ordenen en conexiones de lo mas variadas, no un mensaje o instrucción, pasar ese tipo de sistemas a uno digital sera cosa de la ciencia ficción por muchos siglos
elsnake
Totalmente de acuerdo. Una vez subidos nuestros recuerdos no son mas que un conjunto de instrucciones codificadas por un ser humano.
yack
Para transferir tu propio yo a un medio virtual se necesitarían tres condiciones:
1 - Un método para leer toda la información que contiene tu cerebro.
2 - Un sistema capaz de recrear el funcionamiento de tu cerebro utilizando la información extraiga en el paso 1 y de proporcionar un imput equivalente al del mundo real.
3 - Un método capaz de recrear el fenómeno de la conciencia, es decir, sentir en primera persona algunos de los eventos que tienen lugar en la mente virtual.
Solo una inteligencia artificial de un nivel muy superior al de la inteligencia humana podría resolver estos tres puntos. Pero si la singularidad tiene lugar, todo esto podría ocurrir entre 50 y 100 años.
Saludos.