Tres nuevos 'peces babosos' nos recuerdan que no sabemos casi nada de lo que se esconde en el fondo del mar

En lo más profundo de los abismos cabe esperar que no haya nada que encontrar. Sin embargo, cuanto más nos acercamos al confín de los océanos, más nos sorprende lo que descubrimos. Todavía no sabemos casi nada de lo que se esconde en la zona hadal, por debajo de la zona abisal del mar, a miles de metros bajo el agua.

Una reciente batida por las fosas marinas de Perú nos ha devuelto la imagen de tres posibles nuevas especies que demuestran que estábamos muy equivocados: en las fosas abisales se esconde un ecosistema extraño y rico, a su manera. Estos son los peces babosos que han encontrado a más de 7.000 metros bajo la superficie.

"El rosa, el azul y el púrpura"

Un equipo de 40 científicos procedente de 17 naciones distintas ha colaborado en la última expedición alrededor de la fosa de Atacama, o más conocida como la fosa de Perú-Chile. Esta gran grieta abisal recorre toda la plaza de Nazca y en su punto más profundo alcanza los 8.000 metros.

Un poco más arriba, a 7.500 metros, estos investigadores se han topado con lo que creen que son tres nuevas especies de "peces babosos" o lipáridos. Estos peces se pueden encontrar en todas las profundidades exploradas hasta el momento: desde las charcas de intermarea, a pie de playa, hasta los 7.500 metros, como decíamos.

Este hecho convierte a los lipáridos en la familia de peces más profundos conocidos. Sin embargo, todavía sabemos muy poco de ellos. Las tres especies supuestamente descubiertas han sido bautizadas, por el momento, como pez baboso rosa, azul y púrpura, debido a su color.

Los investigadores solo han conseguido capturar a uno de estos peces, por lo que no pueden confirmar con total seguridad que el resto de individuos pertenezcan a especies nuevas. Mientras estudian el pez capturado, los vídeos obtenidos muestran detalles morfológicos que hacen sospechar a los científicos que jamás se había visto antes a estos peces.

En el reino de los invertebrados, el pez es rey

Para hacer su estudio, el equipo lanzó una cámara sonda con cebo al fondo del mar. En seguida, los habitantes del páramo, que es primordialmente un desierto sin nada, comenzaron a aparecer. "Como muestra claramente el video, hay muchos invertebrados allá abajo", explicaba en la nota de prensa el Doctor Thomas Linley, de la Universidad de Newcastle. "Los peces babosos son los principales depredadores en el entorno, y parecen bastante activos, muy bien alimentados".

Los peces babosos parecen estar especialmente preparados para vivir en un lugar donde no llega la luz y apenas hay alimento. "Hay algo sobre los lipáridos que les permite adaptarse a la vida en aguas muy profundas, más allá del alcance de otros peces, por lo que viven libres de competidores y depredadores", explica Linley.

"Sin la presión y el frío extremos, sus cuerpos se vuelven extremadamente frágiles y se derriten rápidamente"

"Su cuerpo gelatinoso corporal implica que están perfectamente adaptados para vivir a una presión extrema y, de hecho, las estructuras más duras en sus cuerpos son los huesos en su oído interno que les ayudan en el equilibrio, aparte de sus dientes", continúa el zoológo. "Sin la presión y el frío extremos, sus cuerpos se vuelven extremadamente frágiles y se derriten rápidamente cuando llegan a la superficie".

La última frontera no está ahí fuera, sino debajo del mar

Volamos; hemos hollado lo más denso de las selvas y alcanzado la más alta de las montañas en la Tierra; hemos tocado el espacio exterior y hasta hemos pisado la Luna. Sin embargo, el mar supone una frontera mucho más inexpugnable que el cosmos, por ejemplo.

Por debajo del fondo abisal, a 6.000 metros de profundidad, se encuentran las fosas, también conocidas como zonas hadales, de Hades: el infierno. Es una manera muy poética de describir un ambiente terriblemente frío, con una presión extremadamente elevada, con escasez de nutrientes y una ausencia total de luz.

Aunque parezca más sencillo, construir un ingenio que aguante tanta fuerza sobre su estructura es mucho más complicado

Probablemente, las zonas hadales sean realmente lo más parecido al infierno clásico que podamos imaginar. Pero volviendo a la exploración, también son la última frontera a atravesar. Por el momento, nuestros artilugios lo llevan bastante mal. Sí, podemos alcanzar los fondos hadales y abisales con cámaras y sondas especiales. Pero esto no es fácil, especialmente por la presión y el frío, que obligan a preparar a los robots submarinos para resistir más de 1.000 atmósferas de presión a temperaturas bajísimas. Aunque parezca mucho más sencillo, construir un ingenio que aguante tanta fuerza sobre su estructura es más complicado, por ejemplo, que hacerlo para que resista las extremas condiciones del espacio exterior.

Sin embargo, como vemos en los vídeos e imágenes y contra todo pronóstico, hay animales habitando estos "infiernos". Aunque sabemos muy poco sobre ellos, los científicos creen que se alimentan principalmente de la "nieve marina", restos orgánicos en suspensión que caen hasta los fondos. Pero, ¿cómo son las relaciones ecológicas aquí? ¿Qué clase de seres vivos habitan estos lugares? Todavía no sabemos casi nada de lo que se esconde en esta oscuridad eterna.

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