No todo es viajar al espacio exterior en las investigaciones de la NASA ni todo son cohetes, ya vimos por ejemplo que tiene programas de vuelos para estudiar las auroras boreales. Pero en esta ocasión los vuelos son de un grandísimo globo aerostático para estudiar la energía cósmica, o como ellos le llaman, el "súper globo de presión" (Super Pressure Balloon, SPB).
Y cuando decimos "grandísimo" no es por ir a lo cómodo y ser inespecíficos, es porque en este caso podemos medirlo también com campos de fútbol ya que con un peso de 2.495 kilogramos y con un volumen total de 532.000 metros cúbicos es tan grande como un estadio. El lanzamiento en esta ocasión no se realiza en Estados Unidos, sino en Nueva Zelanda (donde ya se han lanzado otros globos previos), y de hecho se ha logrado por fin tras varios intentos frustrados por tormentas y ciclones.
Resolviendo unos misterios que nos pillan "cerca"
La misión de este súper globo de presión es recoger datos para ayudar a desvelar uno de los misterios que aún quedan de la exosfera para dentro: el origen de las partículas de energía cósmica. Así es como lo describe Angela Olinto, profesora de la Universidad de Chicago y jefa del proyecto, según publica la NASA, donde informan de que el súper globo logró por fin inflarse del todo y despegar en el aeropuerto de Wanaka (Nueva Zelanda) el martes 25 de abril a las 10:50 de la mañana (hora local).
Pero, ¿qué son esas partículas? Es lo que se denomina radiación cósmica, y se trata de partículas subatómicas con mucha energía y que entran a gran velocidad procedentes del espacio, interactuando con los átomos de nitrógeno y creando luz ultravioleta fluorescente (que es lo que detectará el globo). Se descubrieron al buscar el origen de la conductividad eléctrica en la atmósfera, pero aún no se conoce bien el propio origen de las mismas; si agujeros negros masivos, ondas de choque de supernovas, etc.
El súper globo (de relativo bajo coste) de hecho es sólo la primera parte de una misión centrada en este fin, en la cual posteriormente sí habrá una parte en el espacio exterior. Está previsto que el vuelo de recogida dure 100 días y se realizará a una altura aproximada de 33,5 kilómetros a lo largo del hemisferio sur, pudiéndose localizar en este enlace.
Imagen | NASA/BPO
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