Hasta ahora, la manera de conocer una ciudad enterrada por el paso del tiempo no es otra que tomar palas y excavadoras con la precaución necesaria para que ésta vaya asomando. Pero un equipo de investigadores de las universidades de Ghent (Bélgica) y Cambridge ha dado con lo que podría ser un sistema mucho más cómodo para ello, dado que han logrado mapear por completo una ciudad del antiguo imperio romano sin apartar ni una sola roca y casi más bien dándose un paseo.
Para ello han recurrido a un tipo de radar que ha hecho las veces de rayos X, pudiendo diferenciar paredes y diferentes niveles de suelo de esta ciudad. Se trata de Falerii Nova, situada a 50 kilómetros de Roma y ocupada desde el año 241 antes de Cristo, y con esta técnica, conocida pero potencialmente revolucionaria en este cammpo según sus autores, la hemos podido conocer bastante mejor.
Un paseo por los subsuelos
Lieven Verdonck, Frank Vermeulen, Martin Millett y Alessandro Launaro han escrutado este antiguo complejo urbanístico con un detalle hasta ahora nunca visto con su GPR (ground penetrating radar, georradar o radar de penetración terrestre). De hecho, seguirá estando “oculta” para el resto de arqueólogos que la quieran investigar dado que este instrumento no invasivo ha permitido escanear sus muros y reformas rodando con un quad.
Un quad equipado con las antenas de radio en un remolque, el cual muestran en su trabajo y con el que recorrieron las 30,5 hectáreas que encierran las murallas de Falerii Novi. Un exhaustivo paseo durante el cual se realizaban lecturas del terreno cada 12,5 centímetros.
Este tipo de radares no es nuevo y funciona de la manera que solemos ver, mediante ondas de radio que rebotan en los distintos objetos y así obteniendo un dato de distancia. Es común desde hace años en colectivos como agrónomos, forestales, geólogos y permite realizar análisis de materiales sin destrucción, obteniéndose ondas reflejadas con distintas frecuencias, y en este caso ha permitido identificar las distintas épocas de la ciudad (que sobrevivió a la caída del Imperio al menos hasta el año 700 después de Cristo), pudiendo identificar los baños, el mercado, un templo, lo que parece un monumento público e incluso la red de tuberías.
Entre los hallazgos de estos investigadores está que Falerii Novi no casa exactamente con lo que se considera el diseño estándar de una ciudad de la antigua Roma, a diferencia de otras como Pompeya. También han visto unos baños, un mercado y un templo más elaborados a nivel arquitectónico de lo que se pensaba para una ciudad como ésta, más bien pequeña (más o menos la mitad de Pompeya, siguiendo con la analogía).
Algo destacado del hallazgo es también lo que creen que podría ser un monumento público destacado, al encontrar dos largas estructuras enfrentadas entre sí cerca de la puerta norte de Falerii Novi. Aunque lo realmente curioso es también que esta técnica también les ha permitido identificar evidencias de saqueos.
Una técnica conocida con un horizonte por conocer
Este trabajo nos recuerda al de un grupo de arqueólogos y científicos que descubrían la estructura más grande y antigua conocida construida por la antigua civilización Maya. En este caso se trataba de una enorme plataforma elevada que fue construida entre los años 1000 y 800 a.C., para la cual tampoco se tiró de palas, dado que fue descubierta gracias a un sensor LiDAR.
En el caso del GPR, los autores ya la han utilizado en otras ciudades como Interamna Lirenas (Italia) o Alborough (Reino Unido), pero su esperanza es poder usarlo en grandes ciudades como Nicópolis (Grecia), Mileto (Turquía) o Cirene (Libia), según apunta Millet. Eso sí, antes tendrán que agilizar algo más el análisis de datos, que siendo manual viene a ser de unas 20 horas por hectárea, teniendo en mente que esto pueda automatizarse en el futuro.
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