El bloqueo de RT y Sputnik sienta un grave precedente (de dudosa legalidad) contra la libertad de expresión

Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

Que Rusia bloquee medios de comunicación y redes sociales es censura, pero Europa también tiene un problema con la libertad de expresión. La decisión de la Unión Europea de bloquear los medios Sputnik y Russia Today (RT) por su "desinformación dañina" ha puesto sobre la mesa el debate de hasta qué punto se está limitando la libertad de expresión.

Un debate que no solo es político, ya que algunos expertos apuntan que esta prohibición no es legal, ya que corresponde a los distintos países y no a la Unión Europea esta decisión de bloquear los medios de comunicación.

Desde Twitter a Telegram, todas las grandes plataformas cumplen con el bloqueo. Viendo Sputnik o RT era fácil darse cuenta que la mayoría de noticias se enfocaban desde un punto de vista similar al defendido por el gobierno de Vladimir Putin. Para intentar evitar que "la maquinaria mediática del Kremlin difunda sus mentiras", la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció esta medida, que días después entró en vigor al publicarse en el boletín oficial de la Unión Europea.

Desde entonces, plataformas como Twitter, Youtube o Facebook han bloqueado las cuentas de Russia Today. También lo han hecho los operadores. E incluso Telegram, aplicación de mensajería que mantiene una política de intervención bastante baja, ha decidido bloquear estos medios.

"Las reglas son claras. No puede haber elusión. Todos los actores deben asumir sus responsabilidades. Primero, porque es la ley en la UE. En segundo lugar, todos han entendido lo que está en juego", asegura Věra Jourová, vicepresidenta de valores y transparencia de la Comisión Europea.

Bloquear la propaganda rusa es una medida "excepcional". "Lo intentaremos mantener lo menos posible pero tan largo como sea necesario. Debería ser una excepción única, pero hay una guerra", defiende la ministra holandesa Alexandra van Huffelen. Esta excepcionalidad ha quedado patente con la posición de varios políticos de distintos países, que expresaron su preocupación por la libertad de expresión y por las posibles contramedidas contra los periodistas de la Unión Europea en Rusia, que han acabado produciéndose. Sin embargo, "al final nadie quería defender una herramienta de propaganda rusa" y acabó aprobándose el bloqueo.

"Un acto de censura contraproducente" para el que no se tienen competencias. "Por primera vez en la historia moderna, los gobiernos de Europa occidental están prohibiendo medios de comunicación", han alertado desde la Federación Europea de Periodistas. "Conviene recordar que la regulación de los medios de comunicación no es competencia de la Unión Europea. Creemos que la UE no tiene derecho a otorgar o retirar licencias de transmisión. Esta es una competencia exclusiva de los estados".

"Este acto de censura puede tener un efecto totalmente contraproducente para los ciudadanos que siguen los medios prohibidos. En nuestra opinión, siempre es mejor contrarrestar la desinformación denunciando sus errores fácticos o mal periodismo, demostrando su falta de independencia financiera u operativa, destacando su lealtad a los intereses gubernamentales y su desprecio por el interés público", explica Ricardo Gutiérrez, de la organización europea de periodistas.

Una vaga prohibición de dudosa legalidad. El jurista Joan Barata, experto internacional en materia de libertad de expresión y miembro de la Plataforma por la Libertad de Información (PLI), explica que estas decisiones "deben ser tomadas por el regulador del país de origen" y que "no pueden basarse en una evaluación general de los contenidos, sino en infracciones específicas". Es decir, además de tener que ser Francia, España o Alemania quienes establezcan el bloqueo, también debería ser revisado el contenido caso por caso y no un bloqueo general a todo el medio.

Según el experto: "las restricciones de la libertad de expresión deben estar basadas en los principios de legalidad, legitimidad y proporcionalidad. Ninguno de ellos están adecuadamente justificados en esta vaga prohibición de la Comisión Europea". El caso de RT es particularmente complejo porque "la propia estructura y funcionamiento de RT lo convierte en un excepcional y muy sofisticado instrumento de manipulación de la opinión pública", apunta Barata.

La Unión Europea sí permite a RT y Sputnik realizar investigación y entrevistas. La aplicación del bloqueo es delicado, porque se ven afectados derechos fundamentales como la libertad de expresión e información o el derecho a la libertad de empresa. La Comisión Europea lo reconoce en su texto y por ello prohíbe la difusión de noticias pero no impide que estos medios de comunicación rusos puedan realizar investigación o entrevistas.

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