La normativa del USB-C como cargador único obligatorio está lista para llegar a España. Tras más de una década de negociaciones, finalmente Europa aprobó el cargador universal para los dispositivos electrónicos.
También tenemos fecha: a partir del 28 de diciembre de 2024 será obligatorio que todos los nuevos dispositivos vengan con USB tipo C, salvo los portátiles, que tendrán algo más de margen, hasta el 28 de abril de 2026. Ante esta regulación europea, el Gobierno ya prepara una modificación del reglamento de España para adaptarse.
La normativa del cargador universal llega a España con novedades. Desde la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales se ha elaborado ya el real decreto que traslada la normativa europea del cargador a la ley española. El documento ya está completo como ha adelantado El Mundo, se puede consultar públicamente y se pretende aprobar durante las próximas semanas.
Más allá de la propia Directiva 2014/53/UE, el texto español recoge algunas de las indicaciones de la directiva 2022/2380 del Parlamento Europeo, entre ellas una novedad muy interesante para los consumidores.
Derecho a poder comprar dispositivos sin cargador. Uno de los objetivos de la normativa española es "permitir a los consumidores decidir si adquirirán o no un cargador al comprar un nuevo dispositivo".
El nuevo reglamento se asegurará que los operadores económicos ofrezcan la posibilidad de adquirir un producto sin cargador, en aquellos casos donde sí venga con él.
Eso sí, en ningún caso se especifica que la versión sin cargador tenga que ofrecerse a un precio distinto. Eso quedará previsiblemente en manos de cada fabricante, que podría jugar con este asunto como parte de su estrategia de precios.
Etiqueta de si viene con o sin cargador. Adicionalmente, se exigirá "información sobre si dicho dispositivo de carga está o no incluido en el paquete de producto". Una información que deberá "indicarse en forma de pictograma en el embalaje y cerca de la indicación de precio en las ventas a distancia".
Supondrá un ahorro a los consumidores. Desde el Gobierno se ha aprovechado para realizar un estudio de hasta qué punto la medida del cargador universal será interesante para los consumidores españoles. En este aspecto, explican que supondrá un ahorro de 26 millones de euros al año.
Sea porque no hace falta comprar un nuevo cargador, porque se reutilizan los de otros dispositivos y por la reducción de residuos. Para minoristas y distribuidores, los beneficios ascenderían a unos 48 millones de euros al año, que se reducen a los 2 millones de euros para los fabricantes europeos. Una cifra muy alejada que muestra el bajo número de marcas locales que se dedican al hardware.
Menos cargadores, pero quizás más caros. El hecho de que las marcas no tengan por qué ofrecer el cargador podría derivar en que estos cargadores USB-C suban de precio. Ante ello, desde el Ministerio de Asuntos Económicos apuntan que "los consumidores ahorrarán dinero ya que comprarán menos cargadores debido a la posibilidad de reutilización de los mismos", aunque sí reconocen esta posibilidad de un aumento del precio.
Frente a este posible aumento, explican que "la Comisión Europea prestará atención a la variación del precio de los cargadores a nivel de la UE y podrían incluirlo como parte de un ejercicio de control".
Una idea que hasta poco tenía bastantes detractores. Fue Apple con los iPhone 12 quien decidió no incluir en la caja ni cargador ni auriculares. Aquello fue en 2020. Es cierto que Apple sigue utilizando un cargador propietario, algo que deberá cambiar antes de 2025, pero muestra lo mucho que ha cambiado el debate. Hoy por hoy, son muchos los fabricantes de móviles que ya no añaden el cargador con sus móviles.
Lo que hasta ahora era la opción innovadora, pasará a ser por defecto. E incluso tendremos derecho de que todos los fabricantes nos ofrezcan esta posibilidad.
Imagen | Solen Feyissa
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