Imagina una sociedad donde todos llevamos un número flotando sobre la cabeza y dicho número decide tu suerte: si estás en un buen puesto, puedes optar a ciertos privilegios (por ejemplo, más facilidades a la hora de viajar). Sin embargo, si tu puntuación es baja serás castigado y tu mundo será mucho más restrictivo. De hecho, puede que hasta se muestre tu foto en público para exponer tu deshonra. Sería como una especie de videojuego, con la pequeña diferencia de que afectaría a toda tu vida.
Suena a una especie de distopía, ¿verdad? Por muy sorprendente que parezca, no se trata de un episodio de 'Black Mirror', sino que es una imagen que se podría producir en China en un futuro no muy lejano.
Durante los últimos años, China ha estado experimentando con un sistema conocido como “crédito social”, nombre genérico que se le ha dado a una serie cada vez mayor de listas negras y sistemas de puntuación interrelacionados entre sí y diseñados para dictaminar quien es persona de confianza en una sociedad, y quien no.
En esencia significa que puede que pronto los números y los algoritmos controlen las vidas de los chinos.
De hecho lo pude experimentar en mis propias carnes hace unas semanas cuando estaba de vacaciones en China. Cuando cogí un tren bala de Pekín a Shanghái pude escuchar por megafonía, en inglés, un mensaje nada alentador:
Here's a dystopian vision of the future: A real announcement I recorded on the Beijing-Shanghai bullet train. (I've subtitled it so you can watch in silence.) pic.twitter.com/ZoRWtdcSMy
— James O'Malley (@Psythor) 29 de octubre de 2018
“Estimados pasajeros: aquellas personas que viajen sin billete, se comporten de un modo inapropiado o fumen en espacios públicos serán penalizadas de acuerdo a la legislación vigente y será registrado en el sistema de información de crédito personal. Para evitar puntos negativos en el crédito personal siga la normativa pertinente y aténgase a las instrucciones del tren y de la estación”.
En otras palabras, estaba diciendo: ni se te ocurra subirte al tren sin billete o fumar a escondidas o podrías ver cómo te prohíben el acceso a todos los trenes de China.
De momento existen aproximadamente 40 experimentos a nivel local en diferentes municipios por toda China, cada uno con diferentes normas y castigos. Sin embargo, el gobierno chino quiere tener en el futuro un sistema nacional que conecte todas estas bases de datos, lo que significa que si metes la pata en un ámbito de tu vida podría afectar al resto.
Por ejemplo, según Quartz, en Zhejiang si no reciclas de forma adecuada podría tener un impacto negativo en tu aptitud a optar a un crédito en el futuro, puesto que tu comportamiento negativo podría ser utilizado como prueba de que no eres una persona de confianza.
En Shenzhen existe un experimento en el que las cámaras de videovigilancia están siendo utilizadas para captar peatones que cruzan por donde no deben utilizando un sistema de reconocimiento facial. Si cruzas la calle en rojo podría registrarse en el sistema de crédito social y tu cara podría acabar expuesta en pantallas por la ciudad para mostrar lo mal que te has portado.
En algunos experimentos, como en el de Rongcheng, la gente está recibiendo un valor numérico en base a su comportamiento. Según Ed Sander de ChinaTalk, cada ciudadano empieza con 1000 puntos que puede ir perdiendo por mala conducta si se salta un semáforo en rojo o conduce bajo los efectos del alcohol. Pero no te preocupes, si quieres recuperar puntos puedes hacerlo donando dinero a la beneficencia o participando en voluntariados. Algo parecido pero opuesto ocurre en Shenzhen, donde si eres uno de los ciudadanos en lo más alto del ránking tu cara será expuesta en las pantallas de la ciudad a modo de ejemplo para los demás y no para tachar tu nombre.
La alargada sombra de Alibaba
Sin embargo, el mayor sistema de crédito social funcionando en la actualidad no está controlado por el gobierno, sino por una compañía llamada Ant Financial, una empresa afiliada a uno de los mayores gigantes tecnológicos de China: Alibaba.
Alibaba es la tienda online más grande de China, tan grande como Amazon y eBay juntas, aunque también hace mucho más. A diferencia de occidente, en Asia las tarjetas de crédito nunca llegaron a popularizarse y Ant Financial creó el sistema de pagos Alipay: una plataforma de pagos digitales utilizada por millones de personas que no está vinculada a los bancos tradicionales. Se puede utilizar para comprar en las tiendas online de Alibaba, en Taobao y Tmall, pero también en muchos otros comercios y servicios fuera de Internet, como comida para llevar y alquiler de bicis. Es prácticamente imposible estimar la cantidad de datos que Alibaba podría tener de sus usuarios.
Y ahí es donde aparece el crédito social. Como si se tratase de una tarjeta de puntos del supermercado, Ant Financial ha lanzado un producto llamado “Sesame Credit”: un sistema que le da a cada usuario registrado una puntuación basada en un conjunto de datos, como sus compras realizadas, si ha pagado a tiempo o incluso quienes son sus amigos, un punto polémico.
Tu puntuación de Sesame Credit se utilizará para darte acceso a determinados privilegios y bonus en base a tu puntuación. Por ejemplo, si tienes una puntuación lo suficientemente buena, puede que tengas la opción de alquilar una bicicleta sin necesidad de pagar una fianza. Si está lloviendo y tienes los puntos necesarios, el sistema te ofrecerá la posibilidad de alquilar un paraguas para que te lo lleves. (Increíble pero cierto, en China es normal alquilar paraguas).
Pero las recompensas no se quedan ahí y aumentan para las personas con mejores puntuaciones. En Ford lanzaron una promoción que permitía a las personas con muchos puntos probar el nuevo Ford Explorer y, aunque parezca aterrador, en un hospital de Zhejiang una buena puntuación de Sesam Credit te permite saltarte la cola de espera para tratamientos o alquilar una silla de ruedas gratis.
La gran pregunta ahora es cómo evolucionará este sistema. El gobierno chino ha dicho que quiere tener el sistema operativo a nivel nacional para 2020, aunque no está claro cómo será el sistema nacional, si se tratará de un sistema de puntuaciones o si simplemente será un conjunto de listas negras interconectadas. Parece claro el rumbo que se está tomando.
Así que puede que en los próximos años toda la población de China forme parte de una especie de videojuego, lo quieran o no.
Fotos | iStock
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