Entra en vigor la nueva normativa de la Unión Europea contra las restricciones geográficas. A partir de hoy 3 de diciembre de 2018 los consumidores residentes en cualquier país de la UE podrán comprar en páginas webs de cualquier país comunitario sin que automáticamente se redirija a su dominio habitual.
Según los datos de 2015, el 63% de los comercios online no permite a los usuarios realizar pedidos desde otro país. Una práctica que en algunos sectores como el de los electrodomésticos es mucho más acusada. Con la nueva normativa de la Comisión Europea, este geobloqueo llega a su fin y todos los consumidores podrán comprar indistintamente de su procedencia y su diferencia con el origen de la tienda online.
En qué consiste la normativa europea contra el geobloqueo
La nueva ley fue aprobada a principios de año y dará acceso a cualquier página web europea independientemente del origen de la IP. Aún así, hay algunos detalles y excepciones que habrá que tener en cuenta.
En primer lugar, que se elimine el geobloqueo no implica que las empresas estén obligadas a enviar a todos los lugares de la UE. Si bien, sí deberán ofrecer las mismas condiciones de entrega en los distintos países. Esto implica que si una tienda realiza envíos a un país, no podrá estar restringido únicamente para los habitantes de ese país. Todavía hoy no era raro ver algunas páginas webs donde obligatoriamente te solicitaba una dirección en el país en concreto. Con la nueva normativa esto no será posible.
Pese a que la nueva normativa pretende eliminar el bloqueo geográfico en las compras por internet, su aplicación por ejemplo excluye el contenido digital multimedia. Es decir, los servicios de Netflix, Spotify o Youtube podrán seguir discriminando en función del país de la Unión Europea. Un punto que eso sí, la UE se ha comprometido a revisar para 2020.
Entre los productos que se ven afectados están las tiendas online, las distintas plataformas y las aplicaciones. De acuerdo con el reglamento que entra hoy en vigor:
"Los comerciantes no podrán aplicar distintas condiciones de pago por motivos relacionados con la nacionalidad, con el lugar de residencia o con el lugar de establecimiento de un cliente, con la ubicación de la cuenta de pago, con el lugar de establecimiento del proveedor de servicios de pago o con el lugar de emisión del instrumento de pago en la Unión Europea”
Los servicios en la nube, los alojamientos en páginas web o los cortafuegos serán accesibles para todos los usuarios de la Unión Europea independientemente del país de origen. También aquellos servicios relacionados con una ubicación física. Un ejemplo de ello es el alquiler de un coche. Si viajas a Italia y quieres reservarlo en una web nacional, podrás hacerlo aunque seas español y tu tarjeta de crédito sea de un banco de España.
Estas medidas se engloban en el objetivo de la Unión Europea de conseguir el Mercado Único Digital, una propuesta que está encima de la mesa desde 2015. La Unión Europea quiere eliminar las aduanas entre los distintos países, también las online. Según un informe de la CE, el 27% de los comerciantes que bloquean geográficamente lo hacen para evitar realizar envíos lejanos y el 22% para no usar ciertos métodos de pago.
Los precios de las tiendas online no deberán discriminar por países, aunque se incluye la posibilidad de diferentes precios brutos en función de los tipos de IVA. La nueva normativa genera bastantes dudas en las pymes, principalmente por un tema logístico. Desde la Asociación Española de Economía Digital, ponen como ejemplo el tema de la gestión de pagos. No hay problemas en ofrecer pagar con Visa, pero el control de fraude puede funcionar de manera limitada en los bancos de algunos países.
Algunos ejemplos de casos que la UE quiere evitar
La Comisión Europea nos ofrece un documento con múltiples ejemplos posibles de casos que pueden llegar a ocurrir y su explicación de cómo la nueva normativa cambiará la situación. Estos son algunos de los más representativos:
Sobre puntos de recogida:
Un cliente belga quiere comprar una cámara y encuentra la mejor oferta en un sitio web alemán que, no obstante, solo ofrece puntos de entrega/recogida en Alemania o la recogida en las instalaciones del comerciante. El cliente tiene derecho a pedir los productos y recogerlos en las instalaciones del comerciante o a que los entreguen en otra dirección o punto de recogida en Alemania, como si se tratara de un consumidor alemán.
Sobre precios en los servicios de alojamiento web:
Una consumidora búlgara quiere comprar a una empresa española servicios de alojamiento web para su sitio web. Podrá acceder a este servicio y adquirirlo en las mismas condiciones que los consumidores españoles, es decir, sin tener que pagar un precio neto diferente (IVA no incluido) al de un consumidor español.
Sobre descuentos concretos a residentes:
Una familia italiana visita un parque temático francés y quiere beneficiarse de entradas con descuento familiar. La familia italiana podrá adquirir las entradas de la misma forma que las familias francesas.
Sobre la redirección de páginas web:
Una consumidora irlandesa quiere acceder a la versión italiana de un sitio web de una tienda en línea de ropa. Aunque escribe la URL del sitio italiano, se le sigue redirigiendo al sitio irlandés. A partir del 3 de diciembre de 2018, la redirección exigirá el consentimiento explícito del consumidor. Además, incluso aunque la consumidora dé su consentimiento para la redirección, la versión original que deseaba visitar debe seguir siendo accesible.
Sobre limitaciones por edad:
La venta de un DVD concreto está sujeta a límites de edad diferentes en Suecia y Francia. Un comerciante francés que venda un DVD a un cliente sueco con entrega en Francia, simplemente como consecuencia de la obligación del presente Reglamento, no es responsable de la observancia de los límites de edad posiblemente más estrictos de Suecia, ni informará a los clientes acerca de los límites de edad aplicables en dicho país.
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