Sin llamada, pero con doble verificación: es difícil que el voto telemático del Congreso falle

La informática es como ese hermano pequeño al que sabemos, porque no alza demasiado la voz, que podemos encasquetarle la culpa de casi cualquier trastada. Ha sido él, decimos, y todos nos creen porque no le entienden bien, es joven y cuadra que cometa errores. Ayer, en el Congreso de los Diputados, el Gobierno logró sacar adelante la Reforma Laboral con un sólo voto de diferencia, el del diputado del Partido Popular Alberto Casero, que dijo sí a la ley del Ejecutivo mediante voto telemático por culpa, según explicó su partido, de un fallo informático.

¿La culpa fue del software? El sistema de voto telemático del Congreso de los Diputados se basa en un método de doble confirmación pensado, precisamente, para reducir al mínimo los posibles fallos. Para poder usarlo, los parlamentarios deben entrar en la intranet de la Cámara Baja con sus credenciales, buscar la iniciativa que se va a votar y clicar en ella. Una vez hecho esto, aparece una pantalla con tres opciones, diferenciadas además por color, según La Sexta: sí en verde, no en rojo y abstención en amarillo.

Una vez se ha emitido la votación, el sistema conduce al diputado a una segunda pantalla en la que le presenta el borrador de su voto y le pregunta si está seguro de la votación que ha emitido. Aquí, el parlamentario tiene que confirmar la opción elegida o, en el caso de que se haya equivocado, volver atrás para pulsar el voto que verdaderamente quería elegir. Si sigue adelante, se genera un certificado digital con su elección que queda registrado en la intranet del Congreso.

Confirmación telefónica. En teoría, tras la emisión de los votos telemáticos y antes de la votación presencial en el Congreso, la Presidencia de la Cámara Baja, en este caso encabezada por Meritxell Batet, debe además verificar todos los votos emitidos a distancia mediante una llamada telefónica con el diputado en cuestión, según el reglamento de la Cámara.

Sin embargo, desde El Confidencial explican que la implementación del sistema de doble verificación del sistema informático ha dejado en desuso esta previsión y los votos a distancia ya no se verifican por teléfono.

El sistema nunca ha fallado. Fuentes parlamentarias consultadas por diferentes medios aseguran que el sistema se lleva usando algún tiempo, se ha utilizado en cientos de votaciones (especialmente durante los momentos más duros de la pandemia) y nunca se ha producido un fallo informático. Lo que, claro está, no quiere decir que sea infalible.

Lo que sí se ha producido en ocasiones anteriores son fallos humanos en la votación telemática, como el del exministro José Luis Ábalos en la elección de los jueces Enrique Arnaldo y Concepción Espejel, a propuesta del PP, como candidatos al Tribunal Constitucional. En todos estos casos no se ha permitido cambiar el voto.

El diputado se había equivocado antes. El diputado del PP que defiende que el sistema falló al emitir su voto, Alberto Casero, ya se había equivocado en otras dos ocasiones con anterioridad al emitir votos telemáticos: votó lo contrario que todos los parlamentarios de su partido en la tramitación como Proyecto de Ley por el procedimiento de urgencia del Real Decreto sobre la reforma laboral y en uno de los puntos de la moción del PP sobre la observancia constitucional del programa legislativo del Gobierno, según recogen las Actas del Congreso.

Esto encajaría con un posible fallo humano por parte del diputado popular, que se habría equivocado al votar sí a la convalidación de la reforma laboral y no a su tramitación como proyecto de ley. Convalidación y proyecto de ley son procesos parlamentarios diferentes para aprobar una norma.

Una diferencia importante. Que Alberto Casero y su partido defiendan el error del software y nieguen el fallo humano no tiene que ver sólo con la imagen de la formación, sino, sobre todo, con las implicaciones jurídicas de uno y otro.

Y es que el Tribunal Constitucional ya ha tratado casos parecidos con anterioridad en parlamentos regionales, y sólo ha permitido que se anule la aprobación de la norma cuando se ha demostrado que, efectivamente, medió en la votación un fallo informático que impidió al parlamentario ejercer su voto correctamente, según explica El Periódico de España. En el caso de fallo humano, tanto si se comete de forma presencial en el Congreso como telemáticamente, la elección es irrevocable.

No más “error informático” como excusa. Los profesionales informáticos han mostrado su malestar con todo este asunto, ya que, señalan, están hartos de que se atribuya a la disciplina errores con los que, en realidad, no tiene nada que ver. “Rechazamos totalmente, no sólo en esta situación, sino en muchas otras, que se ponga al error informático como excusa para todo. La informática funciona, es transparente y una ventana a la democracia de nuestro país”, señalan en una nota de prensa conjunta el Consejo General de Colegios en Ingeniería Informática de España (CCII) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingeniería Técnica en Informática de España (CONCITI).

Asimismo, tanto el CCII como el CONCITI ofrecen al Congreso un peritaje gratuito para demostrar que el sistema funcionó correctamente, es fiable y que, por lo tanto, no se ha tratado de un error informático.

Imagen 1 | Sergio R Moreno/GTRES

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