Qué es la SEDA y en qué se diferencia la nueva entidad que ha hecho perder a la SGAE su monopolio un siglo después

Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

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A finales del siglo XIX el sector musical y teatral en España estaba formado por tres grupos: los dueños de las salas, los autores y los editores. Para poner fin a los abusos de poder, en 1899 se fundó la Sociedad de Autores Españoles, que varias décadas después cambió su nombre a lo que hoy se conoce como SGAE. Durante más de un siglo, los derechos de autor en España han sido gestionados en exclusiva por esta entidad privada. Hasta el pasado 1 de septiembre de 2020, cuando el Ministerio de Cultura ha autorizado a una nueva entidad gestión de derechos de autor sobre obras musicales.

José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y Deporte, ha concedido la autorización para operar como entidad de gestión en España a la SEDA (Sociedad Española de Derechos de Autor) al considerar que la concesión de la licencia "favorece los intereses generales de la protección de la propiedad intelectual".

¿Por qué tanto tiempo después se establece una nueva entidad de gestión? ¿En qué se diferencia la SEDA con SGAE? Aquí os explicamos quién está detrás de esta alternativa, qué proponen y cuál es la posición de SGAE ante la pérdida de exclusividad.

Qué es la SEDA

La SEDA se constituyó el pasado 5 de noviembre de 2019, pero no ha sido hasta este mes de septiembre cuando ha recibido la autorización oficial para formarse como entidad de gestión de derechos sin ánimo de lucro.

Manuel Recio (Patacho), fundador del grupo de la Movida Madrileña Glutamato Ye-Ye, es el fundador y presidente de la SEDA. Durante varios años impulsó una pequeña iniciativa denominada "Coalición Autoral", de la que esta nueva entidad es heredera.

El objetivo de la SEDA es equivalente al de SGAE. Y es que esta organización nace aprovechando los cambios legislativos impuestos por la UE por la que los derechos de los autores pueden estar en manos de varias organizaciones. "Proteger los derechos morales de los socios, la promoción cultural de sus obras y la difusión del repertorio" de los artistas estará entre las tareas de la SEDA.

Patacho Recio (Glutamato Ye-Ye) encabeza la SEDA.

SEDA cuenta con el apoyo de más de 200 autores y de varias editoriales musicales que escribieron al Ministerio para que les fuera concedido el permiso de operar.

Entre las razones por las que se ha concedido la licencia está el hecho que se haya presentado un plan de viabilidad para todo el territorio y, según el Ministerio, con una documentación donde se concurren todas las condiciones previstas

El fin del monopolio de SGAE llega tras meses de turbulencias

Los últimos años de la SGAE han sido muy polémicos y plagados de cambios. En 2014, la Sociedad General de Autores y Editores renovaba todos sus órganos y mostró un plan para una SGAE más digital, con una nueva dirección general y un plan de transparencia y control interno para evitar las luchas internas y dejar atrás los escándalos de corrupción. Desde entonces, la SGAE ha visto varios presidentes. Desde José Angel Hevia hasta la soprano Pilar Jurado, en el cargo durante poco más de un año. El pasado mes de abril, la SGAE nombraba como presidente al guionista Antonio Onetti tras una moción de censura.

El propio Ministerio de Cultura y Deporte solicitó a través de la Abogacía General del Estado intervenir a la SGAE por seis meses. La entidad no ha sido intervenida, pero la sombra de ese proceso continúa. Onetti es el 44º presidente de la institución. Además del cambio de presidente, la Fundación SGAE también tuvo su propio cambio en la dirección con el nombramiento del compositor Juan Ramón Arnaiz.

Antonio Onetti, presidente de SGAE. Imagen: EFE

Durante estos años, la SGAE ha visto como artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina o Pedro Almodóvar abandonaban la entidad. Decisión similar a la tomada por la discográfica Warner.

En respuesta a los turbulentos tiempos, Onetti envió una carta a los socios de SGAE con varias medidas. Entre ellas la aplicación del límite del 20% a los importes de la franja nocturna, la convocatoria de elecciones en la SGAE para el próximo 22 de octubre para los alrededor de 120.000 afiliados, así como una Asamblea General.

La SEDA aprovecha la situación para intentar captar socios

Entre quienes han observado la deriva de la SGAE está precisamente el fundador de la SEDA. Según explica Manuel Recio, el objetivo era haber obtenido la licencia antes del 30 de junio de 2020. Pero debido a la pandemia los tiempos se han retrasado y no ha sido hasta septiembre cuando han podido obtener la autorización del Ministerio.

¿Por qué la fecha de junio era relevante? Es debido a que era la fecha límite para que los socios de la SGAE pudieran comunicar su baja y empezar a trabajar con la SEDA a partir del 1 de enero de 2021. Y es que los autores de la SGAE deben comunicar su baja con 6 meses de antelación.

Al no poder asumir esta fecha, los socios quedarán asociados hasta enero de 2022. Esto provoca que a efectos prácticos, la SEDA no podrá empezar a trabajar con aquellos que se den de baja de la SGAE hasta 2022.

Comunicado web de la SEDA informando sobre la fecha límite para el cambio en la gestión de derechos.

La SEDA aportó su documentación en febrero de 2020 y presentó subsanaciones en marzo, pero debido a la declaración del Estado de Alarma se frenó la concesión. "La medida llega tarde, no solo por los años que ha tardado sino porque habría estado mejor en junio, cuando muchos autores habrían estado a tiempo de solicitar la baja", explica Patacho en una entrevista con ABC.

Desde la SGAE apuntan hacia los riesgos de la influencia extranjera

En una entrevista con La Vanguardia, el nuevo presidente de la SGAE declara que ve "sorprendente y preocupante" la decisión del Ministerio de Cultura. Onetti explica que la SEDA "incumple las exigencias legales y no concreta qué derechos va a gestionar exactamente".

Según explica Onetti, el plan de viabilidad de la SEDA es "abiertamente inverosímil" ya que entre otros aspectos, su premisa es que "en dos años contará con la mitad de la cuota de mercado".

En otra entrevista, con el El Mundo, Onetti explica que a ellos les parece "estupendo que existan distintas entidades de gestión, porque es bueno que haya competencia". Pero después subraya que "todas las entidades que compitan lo hagan en igualdad de condiciones".

Desde la SGAE apuntan que les preocupa quién está detrás de esa entidad y apuntan a la influencia del exterior. En concreto a las entidades de gestión SACEM, de origen francés y a la británica PRS for Music.

"Al final esto significa que le estamos concediendo a una entidad extranjera la posibilidad de gestionar nuestro patrimonio cultura en nuestro país. Eso sería un despropósito", asegura Onetti.

En la SEDA mantienen un acuerdo con la entidad de gestión francesa SACEM para intentar garantizar la gestión de los derechos de sus socios en el extranjero. Una maniobra interesante pero para aquellos cuyos repertorios pudieran tener recorrido también en el extranjero.

La principal crítica que se realiza a la SEDA es la falta de experiencia y la credibilidad necesaria para postularse como alternativa seria a la SGAE. Por el momento han recibido la licencia del Ministerio de Cultura, pero hasta 2022 no será cuando podamos ver si finalmente los artistas y autores de España deciden darles una oportunidad frente a la histórica SGAE.

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