Amazon siempre ha levantado ampollas en el mundo editorial por sus precios, la venta de libros electrónicos y también por el modelo de autopublicación que ofrece a los escritores. Hasta ahora su negocio de venta ha girado alrededor de la venta online pero eso cambiará hoy cuando abran su primera librería física, Amazon Books.
La compañía de Bezos ha anunciado que hoy a las 9.30 de la mañana (hora Seattle) inaugurarán una librería en la ciudad universitaria de Seattle. En esta tienda se venderán entre 5.000 y 6.000 títulos diferentes con una selección que abarca desde los libros más vendidos a otros seleccionados por los clientes de la tienda online.
A simple vista se puede pensar que el movimiento de Amazon está lleno de ironía. ¿Cómo es que una empresa que ha volcado su negocio a lo online para ser más competitivo que las tiendas físicas decide abrir una librería? "Son datos con corazón" explica Jennifer Cast, vicepresidenta de Amazon books. "Estamos cogiendo los datos que tenemos y estamos creando tiendas físicas con ellos."
Si hay alguien con datos de hábitos de consumo y compra, esa es Amazon sin duda. Información que va desde las reseñas de los productos que se compran a todo lo que ve cada consumidor antes de adquirir un producto. Nos conocen bien y quieren usar esa experiencia para ofrecer una tienda física que se adapte a las necesidades de la gente.
Por otro lado tenemos algo que Amazon lleva tiempo trabajando: la inmediatez. La compañía sabe que nos gusta tener las cosas que compramos al momento y por ello está haciendo esfuerzos para ser más ágil: envío y recepción en el mismo día de la compra, la investigación con drones de reparto para acortar tiempos de entrega y reducir costes...
Para la contratación de la tienda, Amazon ha captado a trabajadores de otras librerías. En Seattle Times ponen como ejemplo a Third Place Books que ha visto cómo quince de sus empleados se han pasado al establecimiento que abre hoy sus puertas.
En la tienda habrá diferentes secciones que irán desde "Los libros de cocina más deseados" a selecciones hechas por el personal de Amazon. Cast aclara que en la tienda no se podrán recoger pedidos de Amazon ni tampoco será un escaparate para las copias impresas de su Amazon Publishing. Se venderán, eso sí, dispositivos electrónicos de la compañía como los Kindle o los tablets Fire.
El status quo de las librerías: preocupación y esperanza
A principios de año la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL por sus siglas) publicaba su informe Observatorio de Librería 2014. Las cifras eran demoledoras: en 2014 se cerraron dos librerías en España al día. 912 murieron y solo 226 abrieron.
El gremio es muy crítico con la situación: en la fecha de publicación del informe quedaban 3.650 librerías independientes y en cuatro años habían perdido 163 millones de euros. Solo el 1% de los establecimientos factura más de un millón y medio de euros al año y en la totalidad del país hay dos librerías por cada 25.000 habitantes.
A la hora de buscar motivos para explicar qué está pasando el gremio no se esconde y asumen su culpa al no haber "sabido dinamizar el mercado" y animar a la gente. Sobre la venta online señalan a la piratería como un problema pero a la vez afirman que el 95% de los libros que se venden así es a través de grandes cadenas como Amazon. El 5% queda para esas más de 3.000 librerías que quedan en España.
En México la situación no es muy diferente, Déborah Holtz (directora de la Feria del Libro Independiente) afirma que solo hay 500 librerías en un país que tiene una población de 120 millones de habitantes. Según ella, es un riesgo ser una editorial independiente en todo el mundo pero especialmente en su país. Con 500 librerías, dice, no es suficiente para llegar a todo el público.
Uno de los países más optimistas con el sector de las librerías es Estados Unidos. Según la American Booksellers Association, el número de establecimientos asociados ha aumentado en los últimos cinco años. A un ritmo lento pero a día de hoy son unas 200 más de las que había en 2010.
Book Industry Study Group, una organización sin ánimo de lucro, analizó la subida de los libros digitales y los analistas señalan que el "apocalipsis digital" nunca terminó de llegar a la industria del libro, al menos no en Estados Unidos donde las cifras para las librerías independientes son buenas.
En Estados Unidos no son todo buenas noticias, a principios de octubre Barnes & Noble anunció el cierre de su última tienda en Washington DC dejando así a la capital del país sin ninguna librería grande en el centro de la ciudad. Este cierre además coincide con el éxito de tiendas independientes en la ciudad y es que el propio David Deason, vicepresidente de desarrollo en B&N, lo explicaba en Washington Post: los hábitos de los consumidores están cambiando.
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