J. Mendiola y A. González han escrito en este libro su transición hacia una vida desacelerada y calmada
Proponen técnicas como la priorización constante, la monotarea o el uso de bloques de tiempo
Destacan la necesidad de alejarse ocasionalmente de estímulos externos para fomentar la reflexión interna
José Mendiola y Ana González son los autores del libro 'El arte de vivir más lento' (Alienta Editorial), un título recién publicado en el que ambos hacen un recorrido personal a lo largo de su vida hasta llegar a la estación actual: la necesidad de desacelerar, algo que comparten como un impulso recibido en un mundo que nos empuja a vivir a un ritmo frenético.
Priorizar, simplificar, planificar y disfrutar son sus claves esenciales para acceder a una vida más calmada, tomando conciencia de nuestras prioridades y desprendiéndonos de lo superfluo para enfocarnos en lo que realmente importa. Lo que nos hará disfrutar. 'Conciencia', de hecho, es una palabra que se repite mucho a lo largo de las páginas del libro.
Aburrirse por elección
La idea de publicar este libro la venía rumiando José desde hacía un tiempo. Economista de formación y con un pasado en el mundo del marketing, lleva muchos años trabajando como redactor freelance especializado en tecnología, además de haber lanzado la marca de ropa Sslow, nacida con la filosofía que acuña este ensayo. Ya llevaba avanzada una parte importante que encontró una negativa por parte de la editorial. Hasta que un día conoció a Ana.
"Desde el primer café que compartimos surgió la idea de un libro conjunto, simplemente como una idea al aire. Yo también tenía ese pensamiento desde hacía tiempo, al final nos pusimos con ello y José también puso los contactos", nos explica Ana, ingeniera técnica forestal.
Ambos tuvieron experiencias similares: una alta carga de trabajo complicada de gestionar que acabó trasladando el estrés a su atmósfera personal. Con efectos destructivos en los dos casos.
José habla de un momento de "romperse por dentro" que le hizo replantearse su forma de enfocar la vida. Ana, de la necesidad de mucho trabajo personal para detectar qué es lo que realmente le importa en su vida, y concentrarse en ello, tras una etapa dura.
A lo largo de sus páginas, Mendiola y González hablan de técnicas y hábitos apropiados para adoptar este enfoque "lento": el que disfruta de las pequeñas cosas de la vida. "Las cosas normales, como respirar aire puro, beber café, mirar un río o una puesta de sol", dice Ana. Y un fuerte rechazo a la vida multitarea en favor del enfoque en una sola acción.
"Ser capaz de concentrarte en una sola cosa es muy eficaz. He aprendido a poner la máxima atención en ella", nos cuenta la autora haciendo referencia a los bloques de tiempo en el calendario como una parte muy importante de su estrategia: veinticinco minutos de trabajo ininterrumpido. Sin consultar el correo ni las redes sociales, ni parar a tomar un café. Eso también tiene su momento. Pero ese trabajo ininterrumpido es lo que reivindica Ana.
Mendiola nos habla de la importancia de la priorización, además apoyada en la tecnología. "Craft, Todoist, Agenda... intento exprimirla con herramientas que estén a mi servicio. Y de esa forma priorizar lo que hago en cada momento en lugar de dejarme llevar".
Y no solo en el lado puramente productivo. José utiliza las aplicaciones mencionadas y un dispositivo físico que combina la escritura analógica con el entorno digital, ReMarkable, pero también otra aplicación como Day One, un diario que para él resulta crucial a la hora de entender sus vivencias y priorizar lo sucesivo.
El libro también incide en la importancia de identificarse con unos valores que perseguir para que determinen nuestras acciones a futuro. Ana nos explica que "belleza, sostenibilidad o respeto me hacen tomar muchas decisiones en mi día a día. Cuando dudo de qué hacer pienso en esos tres valores y cómo encaja cada posible decisión en ellos". En sus páginas hay incluso una larga lista de valores y atributos para inspirar al lector.
También hay un planteamiento a contracorriente de la era en la que tenemos un smartphone lleno de redes, plataformas de vídeo y juegos permanentemente al alcance de nuestra mano. Una defensa del aburrimiento.
"Cuando te alejas de un móvil, un libro, de cualquier estímulo externo... Yo necesito ese silencio. Todos lo necesitamos. Eso te hace tener que pensar tú. Hay ideas que quizás no te han brotado porque las estás tapando con el móvil, la tele o un libro. No hace falta pasar un fin de semana de retiro: con buscar ese silencio y conexión con uno mismo en tu casa o en un parque, alejado de toda distracción... Salen cosas de tu cabeza de las que no eres consciente hasta que paras", cuenta Ana.
Y de eso habla 'El arte de vivir más lento': de la necesidad de parar y de cómo conseguirlo. Incluso en una era en la que la hiperconectividad y la necesidad de un aumento sostenido de la productividad nos dejan como gatos acorralados por la presión.
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