Todos vamos a morir. Es un comienzo devastador, lo sé, pero imagina que, más allá de la reciente insistencia de los anuncios de televisión en recordártelo, te lo estuvieran diciendo un día sí y otro también. Y que te lo hicieran como echándotelo en cara, como si morir no sólo fuera a terminar tu vida, sino fastidiar la de los demás.
Bienvenidos al día a día de George R.R. Martin, autor de la saga literaria 'Canción de Hielo y Fuego', adaptada a televisión por la HBO como 'Juego de tronos', porque desde 2011 sólo hay algo de lo que se hable más que la salida de un nuevo libro: la supuesta e inminente muerte de su artífice.
En un lugar de Poniente...
En 1996, George R.R. Martin da comienzo a su novela-río con el libro 'Juego de tronos'. Es una época sencilla e inocente, en la que Martin cree estar empezando una trilogía cuya repercusión se limitará al mundo de las letras, si acaso se le pregunta con nostalgia sobre la serie de televisión de 'La bella y la bestia' en la que fue guionista y aún no se sabe que Gran Hermano puede ser algo más que una licencia literaria. La televisión nos sorprenderá años después y no porque la serie de Ron Perlman y Linda Hamilton se vuelva de culto.
Porque en 2011, tras la salida del último libro publicado a día de hoy, 'Danza de dragones', HBO estrena la adaptación catódica y nada vuelve a ser igual. La popularidad de la saga se dispara: el público, al dirigirse a los libros, contempla que la historia no está terminada; los fans literarios, hasta el año pasado, responden con ese aire de suficiencia que da el poder decir “en el libro es mejor” o “ya verás, ya, cuando lleguen a X”.
George sale al candelero, con su pelo cano, su barba fina y el gorro. Y alguna gente se pone nerviosa, ¿éste es el tío del que depende mi nuevo mundo de fantasía favorito después de ‘Mi pequeño pony’? ¿No parece demasiado viejo? ¿¡Qué tiene, setent… sólo 62 años?
El autor ante los fans
Por lo visto, ser obeso, tener 62 años (hoy ya 68) y aparentar algunos más sólo puede significar una cosa: que vas a morir pronto.
Da igual que la mayoría de las celebridades que palman a nuestro alrededor hayan pasado la barrera de los setenta o que, por ejemplo, a Stephen King no se le pregunte sobre su muerte pese a su historial de abuso de alcohol y drogas, sobrevivir a un atropello casi mortal y, para colmo, ser un año mayor que Martin.
Pues ya está bien.
No preguntes tú también, que es de mal gusto. El escritor no ha tenido ningún problema de salud y tus prejuicios le tienen tan harto que ya ha sacado el dedo y mandado a procrear a solas a todo el que pregunta por su muerte.
Y si pasara, incinerado por un dragón o atrapado en una cabalgata dothraki, al menos David Benioff y D.B. Weiss, creadores de la serie, conocen el final. Te guste o no, este mundo ha dejado de pertenecer a George R. R. Martin para ser parte de algo más grande: un entramado de series de televisión, videojuegos y otros derivados.
El caso es que vivimos en una situación inédita en siglos pasados, en la que un autor está demasiado expuesto a sus fans y es consciente del alcance internacional de su fama. Algunos lo encajan mejor que otros, que no todos se recluyen, pero poco se puede hacer al respecto.
E igual de expuestos están las editoriales, que acarrean igual el nerviosismo de los fanáticos.
¿Qué pasará con la edición española?
Contactados al respecto, la gente de Gigamesh, editores en España de 'Canción de Fuego y Hielo', ponen el dedo en la llaga: simplemente, esperarán a que se edite la nueva entrega, 'Vientos de invierno', y cualquier otra cuestión les parece morbosa.
Mientras luchan por cubrir la enorme demanda de los libros, que ya ha vendido más de un millón de ejemplares en castellano en nuestro país, afrontarán la edición de 'Vientos de invierno' como han hecho siempre: poniendo cuidado en la traducción y con tiradas que cubren la demanda como pueden, que no son ni mucho menos una editorial gorda.
¿Por qué se retrasa?
Por si fuera poco, al fan morboso se le une el que convive con la tragedia desde 2016, año en que 'Juego de tronos', la serie, se adelanta a 'Canción de hielo y fuego', la trilogía-que-era-cuatrilogía-ya-septalogía. Al contrario que, digamos, J.K. Rowling, que puede terminar la saga de 'Harry Potter' antes del estreno de las últimas películas (y a la que nadie pregunta tampoco por su muerte), George R.R. Martin no llega. ¿Por qué?
Lo típico: empiezas una historia con una estructura de tres libros en mente, se lo dices a tu editor y a los fans, salta tu imaginación y, para cuando vas por el segundo, te das cuenta de que no puedes parar.
No es que Martín no se concentre en la siguiente entrega, es que corre en todas direcciones a la vez. Para que te hagas una idea, 'Festín de cuervos' y 'Danza de dragones' empiezan como un único volumen, pero Martin decide dividirlo entre andanzas sureñas y norteñas al ver que para su impresión se tendría que sacrificar un árbol común, como una secuoya (aproximación exagerada, pero ya me entiendes). Ha escrito varios relatos ambientados en Poniente y hasta el guión de algún episodio de la serie.
Por establecer un símil, George no está subiendo una montaña, es que en algún momento decide recorrer la cordillera entera, meterse en las cuevas, cartografiar la zona y tomar algo junto a los lugareños en un apeadero perdido.
Va, en serio, ¿por qué se retrasa?
Hasta aquí, como la vida de cualquier escritor, llena de decisiones y borradores. Escribir es reescribir, dicen.
A estas alturas, tampoco vamos a exigirle el ratio de palabras por minuto de Stephen King, pero tantos años de oficio le permitirán agilizar la creación ahora que ha prometido no distraerse, dirás.
Pues te equivocas: George escribe con un sólo dedo, como tu padre cuando manda un correo electrónico. O mejor dicho, con dos: uno por cada mano. Aunque en contra de lo que dicta el sentido común, es algo confirmado por gente que le conoce muy bien, porque verás...
Poniente es un reino compartido
¿Te parece poco motivo para su tardanza que escriba como si un cuervo picoteara sobre el teclado? ¿Qué te parece que el propio autor se pierde dentro de su obra? Son tantos los personajes, las localizaciones, las tramas, que no puede escribir sin la ayuda de Elio M. García y Linda Antonsson, creadores de la web Westeros.org y fans con la paciencia y diligencia suficiente para tomar nota de todo lo narrado y sugerido.
La cosa va así: George se sienta en su viejo ordenador, con procesador de textos de 1987 (el flamante Wordstar), y escribe la decimocuarta escena de crueldad inusitada contra uno de los doscientos personajes secundarios. Luego llama a Elio o a Linda y les pregunta si ese personaje sigue vivo, si es posible que esté en ese lugar y si debe matar a más gente.
Al contrario que en la saga literaria, donde las buenas acciones no quedan sin castigo, la paciencia de Elio y Linda se ha recompensado con la coautoría, junto al propio Martin, de 'El mundo de fuego y hielo'.
Así que por todas estas razones vas a tener que esperar pacientemente a que llegue 'Vientos de invierno'. El propio Martin, como os contamos ya en Xataka, ha aclarado que le quedan meses para terminarlo, aunque también adelanta que se publicará un relato que hasta ahora sólo había leído en convenciones y el primer libro de una recopilación de historias de los reyes Targaryen, 'Fuego y sangre'.
Si quieres malgastar una pregunta a George R. R. Martín, puedes repetirle cuándo terminará el manuscrito, mencionar 'Wild cards', la nueva serie de televisión que está preparando o arriesgarte incluso a preguntar si dejará vivo a tu personaje favorito.
Pero por el amor de los dioses antiguos y los nuevos, no le preguntes si morirá antes de haber terminado: podría sacarte el dedo y lo mismo es uno de los que utiliza para escribir.
Imágenes | Malenkov in Exile, Key Foster
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