Se cumplen nada menos que 125 años del nacimiento de Howard Philips Lovecraft, uno de los autores de literatura de terror más importantes de todos los tiempos, y creador de todo un estilo, el horror cósmico, del que ya hemos hablado en otras ocasiones.
La prosa de Lovecraft está tan bien definida que reserva pocas sorpresas para los habituales: descripciones vagas y ominosas, materialismo extremo, difuminación de las fronteras entre sueño y realidad y una mitología propia, tímida al principio y más consistente después, con la que plantaba ante el lector una serie de criaturas que vivieron hace eones y cuya magnitud e intenciones no podríamos ni intentar empezar a comprender sin volvernos tarumbas.
Pero muchos lectores no se atreven a dar sus primeros pasos en Lovecraft debido a la extensa creencia de que su estilo es farragoso y sus historias incomprensibles. Es cierto que, si bien durante mucho tiempo se extendió la idea de que el autor de Providence, simple y llanamente, escribía mala prosa, hoy abunda más la creencia de que sus descripciones que no van a ningún sitio y su adjetivación oscura obedecen a una intención clara de sumir al lector en un estado de abotargamiento sensorial, uno en el que cualquier cosa es posible. Es cierto, Lovecraft mejora según uno lo relee, según los tics se vuelven habituales y sus crípticas intenciones se van revelando, pero mientras... ¿por dónde empezar?
Xataka una vez más al rescate. Hemos seleccionado las mejores obras de Lovecraft, y te las enumeramos a continuación con una breve descripción de su contenido y logros. No nos vamos a entretener demasiado recomendando ediciones en nuestro idioma, porque es un tema de fácil solución: Valdemar tiene editada en un par de tomos (I y II) la obra completa del escritor.
A estos dos volúmenes se suman algunas ediciones que deben figurar en toda biblioteca lovecraftómana que se precie: la soberbia traducción que ha hecho Ediciones Nevsky de La sombra fuera del tiempo; la increíble edición, profusamente anotada, de En las montañas de la locura de Cátedra; y, como no, la inmortal antología de Alianza Editorial Los mitos de Cthulhu, perfecta para introducirse en el horror cósmico. Y con eso hay de sobra para dar los primeros pasos. Estas son nuestras recomendaciones:
Las ratas en las paredes
Publicado en 1924, uno de los relatos del autor donde más acusada está la influencia de Edgar Allan Poe, aunque en su tramo final deriva a algo mucho más pulp y personal. Un joven se instala en una mansión propiedad de su familia y comienza a oir ruidos que hacen enloquecer a sus gatos y a sí mismo. Cuando descubre qué se oculta realmente detrás de las paredes, se topa una herencia familiar completamente horripilante. Conecta con la obsesión de Lovecraft por los sueños, se menciona explícitamente a Nyarlathotep e, implícitamente, a Shub-Niggurath.
El modelo de Pickman
Relato corto publicado en 1927. El narrador habla de un pintor amigo suyo, Pickman, y de unos cuadros poblados por criaturas horrendas. No se explica de dónde puede salir esa impía inspiración. Ideal para iniciarse en Lovecraft, ya que no solo es un cuento breve perfecto, sino que pone sobre la mesa algunas de las teorías que el propio Lovecraft había explicado en su ensayo El horror sobrenatural en la literatura acerca de dónde puede encontrar sus ideas el artista del miedo.
El color que cayó del cielo
Horror cósmico en estado puro publicado en 1927. El narrador intenta descubrir qué secreto se esconde tras la caída de un meteorito en Arkham (todos juntos: Massachussets) que está produciendo todo tipo de efectos en la zona contigua: vegetación rara, animales raros y personas raras.
Se trata de una de las pocas historias de ciencia-ficción que toca tropos más o menos convencionales del género, y el resultado es aterrador. Eso sí, que nadie espere descripciones exactas y específicas del horror espacial, esto es pura desolación cósmica.
La llamada de Cthulhu
Uno de los relatos más memorables de Lovecraft, publicado en 1928, y único del que se extraen detalles concretos sobre el entrañable dios sumergido que todos adoramos.** La estructura no es tan sencilla de seguir como la de otros cuentos de Lovecraft**, ya que tiene narraciones secundarias supeditadas a la principal, fragmentos de periódicos y demás documentación, pero el resultado es impecable y puro Lovecraft: estatuíllas del dios, ritos impíos en los que los participantes braman la famosa letanía ininteligible para convocarlo, gente que se vuelve loca de contemplar algo a lo que el lector solo le llegan abstractos ramalazos sensoriales... Merecidamente mítica.
El horror de Dunwich
Un relato escrito en 1929 que ha pasado a la posteridad como uno de los principales en poner en pie la mitología básica de Lovecraft. Muy inspirada en los relatos de Arthur Machen, cuenta las desventuras de un extraño chaval que vive en la aldea maldita de Dunwich: con solo diez años ya tiene aspecto de adulto, los animales le rehúyen, estudia brujería de su abuelo e intenta robar un ejemplar del Necronomicon de la universidad de Miskatonic. Un heroico librero pondrá fin a sus tropelías en el que es uno de los escasísimos relatos de Lovecraft en el que ganan los pobreticos humanos.
El que susurra en la oscuridad
Otro relato de horror cósmico en estado más o menos puro, publicado en 1931. Aquí entran en juego menciones a Cthulhu, Nyarlathohep y un buen puñado de la aristocracia monstruosa del autor. Además, presenta en sociedad a los Minions lovecraftnianos, los Mi-Go.
Un investigador comienza a cartearse con un hombre que dice haber contactado con unas entidades extraterrestres que le han enseñado todo tipo de maravillas imposibles de conseguir con la ciencia humana. El encuentro entre ambos, en efecto, acaba con prodigios científicos inconcebibles.
En la noche de los tiempos
Novela corta publicada en 1935 y esencial dentro del ciclo de los mitos de Cthulhu. Un profesor universitario sufre una crisis amnésica que dura cinco años, durante los que pierde a casi todos sus amigos a causa del extraño comportamiento que desarrolla. Al volver a su vida normal es asaltado por unos sueños en los que aparece la Gran Raza de los Yith, una estirpe de antiguos alienígenas capaces de viajar en el tiempo y el espacio y que viven eternamente en forma astral.
Aterrado por la posibilidad de haber sido poseído por un Yith durante ese tiempo, investiga casos similares al suyo hasta que los sueños desaparecen. Pero la pesadilla auténtica está a punto de empezar. Esta es una de las obras maestras de horror cósmico más puro del autor, que es capaz gracias a los delirantes sueños del narrador entretejer una sensación de pequeñez galáctica que resume la esencia del género.
En las montañas de la locura
Aunque no es la mejor, si es una de las obras más conocidas de Lovecraft, que con una documentación exhaustiva y basándose en hechos reales, relata en esta novela de 1936 una expedición a la Antártida que culmina con el descubrimiento de una civilización congelada. El resultado, que tiene un tramo final delirante y que es puro Lovecraft, conecta con buena parte de los Mitos: los shoggoths, los Antiguos o referencias a Cthulhu y la ciudad de R'lyeh entre otra zoología tentacular.
La sombra sobre Innsmouth
Una de las novelas cortas más conocidas de Lovecraft, publicada en 1936 y que suma una serie de características que la hacen especialmente representativa: seres anfibios, una conspiración comunitaria, un peculiar racismo teórico sobrevolando la atmósfera, y cómo no, relación con los Mitos al mencionarse a Cthulhu, Dagon y la ciudad de R'lyeh.
El argumento es extremadamente sencillo: un visitante de la localidad portuaria de Innsmouth comienza a ver detalles en los lugareños que no le gustan un pelo, y empieza a oir horribles historias sobre cruces impíos entre estos y unas criaturas salidas del mar.
El ser en el umbral
Publicado en 1937, es una entrada menor en el canon de los mitos de Cthulhu, camuflada en una mórbida historia de vampirismo anti-canónico en la que un joven cuenta cómo ha llegado a asesinar a su mejor amigo después de que éste, su mujer y el padre de ésta se hayan visto envueltos en unos confusos cambios de personalidad que hacen pensar al protagonista que allí no hay casi nadie ocupando su auténtico cuerpo.
El relato lanza abundantes referencias a otras historias de Lovecraft, aunque la más interesante es a La sombra sobre Innsmouth -uno de los personajes podría ser un repulsivo híbrido de los que allí se describían- y al hechicero real Arthur Edward Waite.
El caso de Charles Dexter Ward
Novela epistolar escrita en 1927, pero no publicada hasta después de la muerte de su autor, en 1941. En ella, el protagonista del título se obsesiona con un antepasado, un hechicero proscrito al que incluso se parece físicamente.
Experto en cábala y alquimia, la influencia del misterioso ancestro viaja en el tiempo hasta la época de Dexter Ward, que trama un plan para resucitar al brujo. En esta novela se menciona por primera vez a Yog-Sothot, y se usa el Necronomicon (con otro nombre) como libro de hechizos. Excelente atmósfera en la que, para muchos, es la mejor novela del autor.
Imagen | YunaXD
En Xataka | Lovecraft lo sabía: el horror está ahí fuera
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