Monigotes, ciencia, internet, humor y gráficos absurdos: cómo 'xkcd' ha creado el mejor webcómic de todos los tiempos

Randall Munroe, autor de 'xkcd', ha destilado a base de monigotes, gráficas y ciencia, el auténtico sentido de la red

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Has leído sus webcomics aunque no conozcas su nombre: Randall Munroe. O aunque no conozcas el nombre del cómic que le ha dado la fama, xkcd. Algunas de sus mejores tiras han sido recopiladas en libros y acaba de salir en español uno de los últimos, 'Instrucciones para...', que elabora sofisticados e innecesariamente enrevesados sistemas para llevar a cabo las acciones más simples.

Siguiendo la estela del mítico profesor Franz de Copenhague, Munroe pone en marcha loquísimos inventos. Con ellos, podremos llevar a cabo acciones tan elementales como predecir el tiempo (analizando los píxeles de las fotos de Facebook), averiguar si eres un baby boomer o un niño de los noventa (midiendo la radiactividad de tus dientes), hacerte un selfie (con un telescopio) o dar suministros a tu casa (destruyendo el tejido del espacio-tiempo).

Los cálculos físicos y matemáticos absurdos son la clave del humor de Munroe, un observador meticuloso y paciente que extirpa los elementos de la vida cotidiana que nos pasan desapercibidos pero que se fundamentan en la ciencia más elemental (o no tanto) y los convierte en deducciones brillantes. Su estilo gráfico, con monigotes de palo, y su tendencia a usar gráficos meticulosos y datos extraídos de fuentes contrastables redondean un humor que es puro internet por su devoción por la chorrada, pero también por sacar punta de los conocimientos más peregrinos.

Las tiras de Munroe han sido recopiladas en distintos volúmenes y este 'Instrucciones para' es el último de ellos, aunque no es una recopilación, sino material inédito con textos acompañando a sus muy reconocibles ilustraciones. Es, de hecho, una puerta de entrada magnífica al mundo del dibujante, ya que la estética y los kilométricos diálogos con los que a veces llena la pantalla pueden hacerse cuesta arriba para los recién llegados. Estos textos acompañados de dibujos, más afines al concepto de "libro de humor" tradicional son más asequibles.

El uno por ciento

Hay una frase muy célebre de Munroe que resume perfectamente su tipo de humor. Haciendo referencia a la no-accesibilidad de sus historias, afirmó en una entrevista con The New York Times que "se puede dibujar algo que atraiga al 1% de la audiencia", para luego añadir: "El 1% de Estados Unidos, es decir, tres millones de personas. O sea, más lectores de los que pueden tener las tiras cómicas más modestas". Esa es la clave de su humor: un dato objetivo observado con ironía y lógica aplastante para extraer de él un filo adecuado a lo que quiere comunicar, a menudo con sentido irónico, dándole la vuelta al dato inicial.

Pero esto es solo la superficie, claro: su humor puede llegar a ser extremadamente enrevesado, aunque a veces ni siquiera parezca un chiste. Por ejemplo, este cuadro (que adquirió una notable popularidad cuando tuvo lugar el accidente de Fukushima, y fue republicado por numerosos medios de todo el mundo) en el que se explican las dosis de radiación necesarias para matar a un ser humano, con cuadros de colores que aumentan de forma exponencial, desde el mero de estar cerca de alguien a pasar por una máquina de rayos X o acercarse a un accidente nuclear. No hay chistes, pero el hecho de plantearlo visualmente de esta forma implica un extravagancia irónica, extraña y sutil, muy propia de Munroe.

Otro ejemplo de su peculiar punto de vista y su relación con la ciencia: en los dos volúmenes de sus libros '¿Qué pasaría si...?', que ostentan el subtítulo "Respuestas serias y científicas a preguntas absurdas", recoge preguntas que le han hecho sus lectores de todos los campos de la ciencia. Por ejemplo: "¿Desde qué altura habría que dejar caer un filete para que se cocinara al caer al suelo?". O "¿Qué pasaría si hicieras una tabla periódica con ladrillos en forma de cubo, donde cada ladrillo estuviera hecho del elemento correspondiente?".

Password Strength 2x Una de las tiras más populares de Munroe, y que demuestra bien el extraño equilibrio de sus historias entre el humor, el ensayo y la observación meticulosa.

Lo curioso es que las respuestas son... extremadamente científicas. Agarra ideas que todo el mundo entiende y explora qué ocurre cuando se llevan esas ideas hasta sus límites. Que al final es una de las motivaciones de la ciencia: explorar los límites del conocimiento humano. Munroe, con su humor, se dedica a estirar esos límites, solo que no lo hace para publicar un paper, sino para generar un humor por la vía de la extravagancia o de la lógica imprevista.

Munroe también ha hecho mucho por ayudarnos a entender internet. Su legendaria viñeta de "No puedo ir a acostarme, hay alguien equivocado en internet" es graciosa porque es exactamente lo que todos hemos sentido al enzarzarnos en una discusión virtual. Pero hasta que llegó él, nadie había examinado esa psicología del internauta tan universal con semejante lucidez.

Su ojo clínico es tan agudo que sus chistes son atemporales. Por ejemplo, hace poco pudimos volver a ver aparecer por todas partes esta vieja viñeta acerca de cómo funcionan las estructuras digitales. Algo complejo y en equilibrio precario es mantenido por una sola persona que lo mantiene desde 2003 con un ordenador en Nebraska (por ejemplo). Cuando un fallo aparentemente intrascendente generó errores en aeropuertos y sistemas informáticos de todo el mundo y paralizó todo tipo de empresas durante 24 horas hace un par de semanas, era inevitable no acordarse de Munroe.

Es inevitable que algunas de sus viñetas hayan caducado, como este precioso mapa de las comunidades online. Otros son directamente incomprensibles si no fuiste un programador en los noventa. Y aún así, tienes un valor histórico incalculable. Alguien entendió internet y lo expresó en chistes graciosísimos. Y eso ha cambiado para siempre nuestra forma de ver las redes.

Cabecera | xkcd

En Xataka | Este cómic histórico lleva 2374 números, he pasado meses intentando leerlos todos... pero creo que no voy a acabar nunca

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