Raymond Briggs consigue que se den la mano la ternura más exquisita y la denuncia antinuclear
Si eres un niño o niña de los ochenta, quizás recuerdes un álbum que en torno a mitad de la década estaba por todas partes. El talante pacifista y la estética de colores suaves de 'Cuando el viento sopla' de Raymond Briggs lo convirtió en presencia obligada en librerías, porque fue un best-seller, pero también en habitual de todo tipo de entornos escolares: bibliotecas, colegios y aulas, en todos había un ejemplar de este cómic antinuclear.
Celebrando el cuarenta aniversario de su primera y única publicación en nuestro país, allá por 1984 (solo dos años desde su publicación original), Blackie Books ha reeditado este álbum de aspecto engañoso: sus amables dibujos esconden un brutal alegato por el pacifismo que no tiene problemas en mostrar las imágenes más crudas por sorpresa. Por eso decimos que si te acercaste a él en el colegio esperando una tranquilizadora fábula con moraleja, puede que su tramo final se te quedara marcado a fuego.
El argumento es tremendamente sencillo: una pareja de jubilados ingleses, los Blogg, oyen alarmados en las noticias que un ataque nuclear ruso es inminente. Ni cortos ni perezosos inician los preparativos para protegerse del posible invierno nuclear. Su ingenuidad cuando comparan la tensa situación política internacional de principios de los ochenta con la Segunda Guerra Mundial que vivieron en su juventud se suma a la profunda desinformación que les llega desde las instituciones. El resultado es una historia apacible, de humor casi costumbrista y que transpira una atroz calma tensa, hasta llegar al demoledor final.
Una historia que habría sido inconcebible sin el trazo personalísimo de Briggs, popular sobre todo por sus relatos para niños no exentos de componentes macabros. El estilo amable, casi naïf de Briggs se da la mano con la tradicional escuela británica de caricaturistas, y que se manifiesta en 'Cuando el viento sopla' en los grotescos retratos de los bandos en liza, en contraste con las apacibles escenas domésticas en las que los Blogg hablan tanto de cómo protegerse de la radiación como de la forma de organizar los turnos para orinar en un barreño si en algún momento cae la bomba
Una edición para celebrar
La edición que ha lanzado Blackie Books tiene el mismo tamaño y formato que la que llegó a España en los años ochenta, pero con unos cuantos extras. Aunque respeta la estupenda traducción de Rosa Montero de la época, incluye una introducción de Paco Roca y un epílogo de Daniel López Valle. Y también una larga entrevista a Briggs que le hizo Paul Gravett para The Comic Journal en febrero de 2003.
Todos estos textos son valiosísimos para contextualizar y poner en valor la obra de Briggs. Roca y López Valle hacen hincapié en sus valores creativos (esa aparición de 'Cuando el viento sopla' como un extraño oasis de sensibilidad entre multitud de cómics que hablaban del holocausto nuclear, pero en clave de acción y sátira), y también en su contexto histórico. Aunque este tema no es esencial para disfrutar del libro, entender hasta qué punto la Guerra Fría estaba en un punto delicadísimo ayuda a hacerse una idea de lo ridícula y letalmente entrañables que son las reacciones de los protagonistas a la horrenda realidad que les circunda.
Cuando el viento sopla
Pero es en la entrevista donde se extrae el auténtico jugo de la obra. Es ahí donde se rastrean las influencias de Briggs, más en la larga tradición de cómic satírico británico que en las historias infantiles (por mucho que su fama proceda de ahí) y también donde se descubren valiosos datos, como que los Blogg, protagonistas de la historia, se basan en sus padres... y que 'Cuando el viento sopla' no fue la primera historia que Briggs dibujó sobre ellos (ni sería la última, ya que también publicaría 'Ethel y Ernest: Una historia verdadera', ya directamente basada en sus auténticos padres). Y también habla de unas cuantas adaptaciones, empezando por una radionovela y siguiendo por una obra de teatro.
Además, por supuesto, de la popular película de animación, que en su día realizó Jimmy T. Murakami ('Los 7 magníficos del espacio') y que en su día se difundió tanto como el propio álbum. Tiene una fabulosa banda sonora de Roger Waters con un tema principal de David Bowie, y puedes acceder a ella en Movistar Plus+. Su tétrica mezcla de animación tradicional y stop motion para las escenas "realistas" conecta a la perfección con el cómic original y deja claro, como el cómic original que entra sin problemas a los mejores libros publicados en 2024, que no hay situación cotidiana ni entrañable que pueda amortiguar los horrores de la guerra.
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