La habilidad con la que algunas personas resuelven el cubo de Rubik es asombrosa. A cualquiera que no esté familiarizado con este rompecabezas y se enfrente por primera vez a él resolverlo le exigirá un esfuerzo considerable. De hecho, es probable que en un primer intento ni siquiera logre completarlo. Sin embargo, hay personas que consiguen terminarlo en solo un puñado de segundos después de, eso sí, haber practicado mucho.
El trabajo con este rompecabezas nos permite desarrollar algunas de nuestras capacidades, como, por ejemplo, la coordinación ojo-mano, la percepción espacial, la capacidad de elaborar estrategias o la memoria. Sí, también la memoria, especialmente si nos proponemos resolverlo en el mínimo tiempo posible. De hecho, esta es una de las habilidades que más trabajan los entusiastas del cubo de Rubik que compiten para completarlo en un tiempo récord. El protagonista de este artículo es uno de ellos.
Los algoritmos marcan la diferencia en la competición con el cubo de Rubik
Algunas personas se toman el cubo de Rubik muy en serio. Al menos lo suficientemente en serio para dedicar muchas horas al estudio de los algoritmos que pueden ayudarles a completarlo con una rapidez que queda fuera de su alcance si no recurren a una estrategia bien definida. Y funciona. De hecho, son un recurso muy valioso utilizado habitualmente por los entusiastas que compiten.
La noción de algoritmo en este ámbito es la misma con la que estamos familiarizados en el contexto de la informática y las matemáticas: es una secuencia de pasos claramente definidos que persigue alcanzar un fin determinado. Incluso existen simbologías diseñadas expresamente para codificar estos algoritmos, como, por ejemplo, la notación Singmaster, que probablemente es la más popular de todas ellas.
Hay muchas personas que consiguen resolver el cubo de Rubik en muy poco tiempo gracias a estos procedimientos, pero el entusiasta al que dedicamos este artículo, que es el propietario de la cuenta de Twitter @edmarter, ha logrado algo inaudito: se ha aprendido de memoria los 3915 algoritmos que le permiten resolver el último tramo del cubo de Rubik, que es la parte más complicada del desafío, en el mínimo tiempo posible.
Como explica @glaciereal, un competidor habilidoso medio es capaz de aprenderse entre 80 y 120 algoritmos con el propósito de resolver la última parte del rompecabezas en dos fases diferentes, pero nuestro protagonista ha logrado memorizar los 3915 procedimientos que es necesario conocer para ser capaz de completar la última etapa del cubo de Rubik en el mínimo tiempo posible.
No obstante, aún hay otro dato impactante que merece la pena que no pasemos por alto. La capacidad de aprendizaje y la asombrosa memoria de este entusiasta le han permitido, al parecer, interiorizar nada menos que 144 algoritmos al día. No cabe duda de que, de ser así, es asombroso. El vídeo que publicamos más arriba es impactante y pone sobre la mesa de una forma rotunda su habilidad y la rapidez con la que identifica cuál es el algoritmo que le permite resolver cada distribución del cubo de Rubik. Espectacular.
Imagen de portada: Marko Blazevic
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