Hay personas que son capaces de entrenar la elasticidad de su cerebro hasta el punto de recordar una serie de 500 números en tan solo diez minutos para después recitarla en un campeonato de memoria y optar a un premio de 100.000 dólares. ¿Cómo lo hacen? Básicamente, convirtiendo los números en imágenes y recreando una historia con ellas en su cabeza.
Los campeonatos. Aunque en España el mundillo de las competiciones de memoria haya aterrizado hace tan solo cinco años, instituciones como la World Memory Championship llevan trabajando en las competiciones por países desde 1991. Durante tres días, los representantes de 30 países se enfrentan a diez pruebas que van desde recordar el mayor número de caras y números posible en 15 minutos, hasta memorizar la mayor cantidad de barajas de cartas en un hora.
Además del campeonato mundial anterior, el circuito está formado por torneos organizados por otras instituciones que manejan otros formatos. Los principales son la International Asociation of Memory, Global Alliance of Memory Athletics, Extreme Memory Tournment y la Memory League. De forma paralela, están surgiendo competiciones asociadas a la memoria, pero centradas en una práctica completa. Por ejemplo, la española Berta García es la campeona de Europa del cubo de Rubick a ciegas.
Entrenamiento. Como en cualquier disciplina relacionada con el mundo de la competición hay personas que se dedican íntegramente a ello y otras que compatibilizan el rol de atleta mental con su profesión como es el caso del abogado alemán Simon Reinhard, subcampeón del mundo en 2012 y 2014. Aun así, la mayoría entrenan al menos un par de horas al día y aumentan la dedicación conforme se acercan las pruebas.
Por ejemplo, Nelson Dellis estuvo entrenando 4 horas diarias para prepararse para el campeonato de Estados Unidos el cual logró ganar en 2016. En su caso, el doble campeón mundial Wang Feng es mucho más estricto y entrena tres horas por la mañana y tres por la tarde dejando un periodo de descanso para la mente de hora y media.
Técnicas. El entrenamiento gira en torno a dos variables principales: por un lado la mejora de aptitudes nemotécnicas y por el otro la reducción de los tiempos de realización ya que el tiempo es un recurso limitado en todas las pruebas de competición. Casi todos los atletas coinciden en que para memorizar números el mejor método es convertir éstos en letras y así después construir un relato con ellas. Una vez que el abecedario de letras e imágenes está optimizado, Wang Feng recomienda prestar atención a la forma en la que se enlazan las imágenes para tratar de ser más eficaces y concisos.
El hipocampo. Esta es una de las estructuras más importantes del cerebro debido a su papel en la construcción nuevos recuerdos y la parte que más se desarrolla con los entrenamientos de memoria asociados a imágenes. Este estudio llevado a cabo a principios de los 70 demostró la existencia de las neuronas de lugar, unas células que trazan puntos en común entre el cerebro y su entorno. Es decir, entre los lugares que visitamos y las asociaciones que hacemos respecto a ellos. A esto se le llama procesamiento espacial. De ahí, que los taxistas londinenses que obtienen la licencia para desempeñar este oficio vean aumentado el tamaño de su hipocampo tras memorizar las más de 25.000 calles que componen Londres.
Historia-Lugar-Emoción. Esta es la norma defendida por la atleta Yänjaa Wintersoul-Westgate y explicada en el documental de Netflix 'The Mind'. Esta regla resume el trabajo del hipocampo y los consejos de los atletas anteriores. Se trata de convertir los números en imágenes para después construir una narrativa con éstas. Para reforzar el hilo argumental, Yänjaa recomienda asociar las diferentes imágenes de la historia con emociones y si son viscerales mejor. De esta forma, cuando los atletas mentales están recitando el listado de 500 números que mencionábamos al inicio, mentalmente están repasando un relato cargado de imágenes y sensaciones.
Imagen: Netflix
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