Finiquitado 2016, uno podría pensar que el mundo es un lugar bastante peor que hace un año. Motivos no faltan: desde el terremoto desatado en Reino Unido tras su voto en contra de la Unión Europea hasta la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, pasando por el imparable ascenso de las democracias iliberales, 2016 ha regado de catastrofismo la política occidental. ¿Pero cuál es el estado del mundo si acudimos a sus cifras?
Con objeto de responderse a esa pregunta, en el Banco Mundial han publicado doce gráficos que abarcan toda clase de cuestiones, desde desempleo hasta utilización de nuevas tecnologías y medios digitales. Nosotros hemos cogido parte de ellos y los hemos sumado a otros gráficos para tratar de entender cuál es el auténtico estado del mundo a día de hoy.
1. Hay más refugiados que nunca
Una palabra dominó la actualidad europea durante los primeros meses del año pasado: "refugiados". En total, más de 65 millones de personas, según UNHCR, fueron desplazados de sus hogares a lo largo del año pasado, de los cuales 21 son considerados refugiados. A día de hoy hay más de 10 millones de personas en el mundo sin estado que les represente, y países como Turquía y Pakistán acumulan en solitario entre 1,5 y 2,5 millones de refugiados. La crisis es global y sin precedentes en la historia.
2. El planeta Tierra sigue calentándose
Tras el récord histórico de 2015, 2016 volvió a ver cómo la temperatura media histórica del planeta Tierra superaba, una vez más, su techo. Ha sido el año más cálido del que tenemos recuerdo, y las temperaturas han aumentado prácticamente en todos los puntos del planeta respecto al año previo. Una nueva señal de cómo el calentamiento global es una ralidad y tiene efectos duraderos en nuestros ecosistemas.
3. El comercio global no levanta cabeza
2016 fue también el peor año para el comercio global desde el inicio de la crisis económica. El flujo de capitales internacionales continuó ralentizándose, siguiendo la tendencia de los años previos. Como apuntan desde el Banco Mundial, no son excelentes noticias: la consecuencia son menos inversiones internacionales a corto plazo y posibles implicaciones negativas para el crecimiento o la reducción de la pobreza mundial.
4. Hay más acceso a móviles que a agua potable
Es uno de los hallazgos del informe anual del Banco Mundial sobre tecnología, Digital Dividends. Mientras las nuevas tecnologías se están asentando de forma masiva en aquellos países con rentas medias o bajas, de momento no están contribuyendo a paliar carencias históricas, como la universalización del agua potable o el acceso mayoritario a fuentes de electricidad. Tampoco, claro, a la conexión a Internet. Como nota positiva: todos los parámetrios van al alza desde principios del siglo XXI.
5. El desempleo juvenil ha repuntado este año
Es un problema bien conocido en España: los jóvenes tienen mayores dificultades para acceder al mercado laboral que los adultos. A nivel global también es una realidad: se calcula que un tercio de la población joven total del planeta se encuentra desempleada. Tras años de descenso en las cifras, 2016 observó un pequeño repunte, que quizá se mantenga a lo largo de este año. La crisis del empleo no tiene visos de terminar.
6. Cada vez hay menos pobres en el mundo
La globalización ha permitido durante la última década que el número de personas viviendo en la pobreza extrema se reduzca drásticamente. La tendencia ha continuado durante los últimos años, según los datos más recientes (2013) del Banco Mundial. En todas las regiones, las condiciones de vida mejoran.
7. Pero cada vez somos más en la Tierra
Pese a que en los años venideros las tasas de natalidad se irán reduciendo, en parte gracias a la entrada de los países en vías de desarrollo en modelos demográficos semejantes a los de los países occidentales, la población mundial sigue aumentando año tras año. Somos ya más de 7.500 millones de personas compartiendo espacio, y es posible que para 2060 hayamos superado los 10.000 millones. Siendo menos pobres.
8. El mundo se desplaza hacia las ciudades
Por primera vez en la historia de la humanidad, hay más personas viviendo en las ciudades que en el campo. Las comunidades rurales están en retroceso y eso redunda en la importancia cada vez más radical de las ciudades como ejes económicos y políticos. Todo ello gracias a la explosión urbana de países como India, China y Nigeria. En el mapa de más arriba, un vistazo a la población mundial urbana dentro de tres años.
9. Cada vez consumimos más energía verde
Pese a que el carbón está en franco retroceso en países como China y Estados Unidos, sigue picando al alza a nivel global. Pero hay dos buenas noticias: primero, ha dejado de ser la primera fuente de energía en gran parte del mundo, reemplazada por el Gas Natural. Y segundo: cada vez utilizamos más renovables. Desde la solar hasta la eólica, el mundo consume más energía, y gran parte de ese crecimiento se debe a la energía verde. La tendencia en el futuro es positiva.
10. La desigualdad es cada vez mayor en Occidente
El gif de más arriba representa la evolución de los ingresos de los diversos percentiles económicos de Estados Unidos desde los setenta hasta nuestros días. Y, con matices, es transportable al resto de países occidentales: mientras las clases medias se han estancado, la riqueza se ha concentrado en las clases más altas, el famoso 1%. Es también el fenómeno detrás del gráfico de la Curva del Elefante de Branko Milanović.
Ambos describen el mismo fenómeno: la desigualdad entre países se reduce, pero la desigualdad dentro de los propios países ha aumentado de forma drástica durante las últimas cinco décadas.
11. En general, los países pobres mejoran
Y de forma generalizada, a todos los niveles. Sus poblaciones están cada vez más vacunadas, tienen mayores garantías para acceder a fuentes de agua potable, están más educadas, son más tecnológicamente dependientes y tienen mejores índices de salud, desde la esperanza de vida hasta el número de muertes por diversas enfermedades. Es, aunque no lo veamos desde los países occidentales, el gran cambio de nuestro tiempo.
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