Kanye West, ego insuperable, alfa y omega de todas las cosas que importan en este planeta y posible candidato a la presidencia de los Estados Unidos, ha visitado hoy Trump Tower, el equivalente contemporáneo y real a la Estrella de la Muerte. Sabemos que se ha entrevistado o no con el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, y es uno de los sueños-meme hechos realidad. Porque de la conjunción de ambas mentes sólo puede nacer MAGIA.
Obviando las titánicas obras de acondicionamiento de Trump Tower, incapaz por sí misma de sostener el peso de ambos egos, el resultado de la potencial reunión es imprevisible. De lo que debatan ambas excepciones a la mediocridad intelectual de la historia de la humanidad puede depender, en gran medida, el futuro del universo, de modo que en Magnet hemos decidido divagar dentro de un abanico de lo posible.
Esto es lo que ambos dos pueden estar debatiendo ahora mismo.
1. Kanye West como vicepresidente en la sombra
¿Os acordáis de Mike Pence? Ya no, y todos aquellos artículos que escribimos advirtiendo sobre sus previsibles políticas nocivas para con las mujeres que deseen controlar quién entra o sale de su útero y las personas que hayan decidido tener relaciones sexuales con quien les plazca son ya papel mojado. Pence era sólo una tapadera: Kanye es el vicepresidente.
Juntos podrían ser como Darth Vader y Tarkin, destruir planetas, publicar El Más Alucinante Disco de Rap de la Historia.
2. Kanye West al frente del Departamento de Asuntos Kanye
Al fin, un presidente comprende la magnitud de Kanye West y elige a un cargo capacitado para dirigir el Departamento de los Asuntos Kanye, que se encargará en su totalidad de dictaminar y vigilar las políticas orientadas a ponderar de forma oficial la importancia histórica de Kanye. Y qué mejor que Kanye para dirigirlo.
3. Incluir The Life of Pablo en la Constitución
El tibio recibimiento que los medios especializados han otorgado a The Life of Pablo, tras las obras maestras reconocidas de Yeezus y My Beautiful Dark Twisted Fantasy, es una injusticia histórica que nadie puede volver a repetir. De ahí que uno de los primeros pasos, en conjunción con la liquidación de la Organización Mundial del Comercio, sea incluir The Life of Pablo en la Constitución como ABC de todo estadounidense digno.
4. Crear un Kanye para cada país del mundo. Y un Trump
¿No es una injusticia lastimosa que sólo Estados Unidos disfrute en realidad de Kanye West y de Donald Trump? Eximiendo los dilemas morales de clonar a dos personalidades tan únicas e irrepetibles hasta el punto de la excelencia humana, West y Trump podrían ejercer de filántropos y regalarse a sí mismos al mundo.
5. Dotar de flow a Donald Trump
Es sabido por todos que Trump no es un hombre especialmente caído en gracia entre la comunidad afroamericana. De modo que qué mejor que contratar a Kanye West como asesor de imagen para congraciarse con la minoría mayoritaria de Estados Unidos. Trump aprendería trucos tan hábiles como boicotear la entrega de premios Grammy a Taylor Swift o fingir desmayos en el escenario para ahorrarse el resto de la gira.
100% african-american.
6. Moldear la futura candidatura de Kanye, 2020
Si Kanye anuncia que desea presentarse al máximo puesto político del planeta, Kanye afirma que va a ser el próximo poseedor de tal cargo. Pero para ello tiene que aprender: ¿quién puede aconsejar mejor en los vericuetos de surgir del circuito de estrellas televisivas y pop para reventar el sistema político por dentro con un mensaje disruptivo y totalmente despegado de la realidad para después y de forma inesperada ganar la presidencia del país?
7. Escribir la sinfonía definitiva de los perdedores de la globalización
Exceptuando los catorce artículos diarios publicados en los medios estadounidenses y no estadounidenses sobre los olvidados votantes de Pennsylvania y Ohio, ¿alguien está prestando atención a los olvidados votantes de Pennsylvania y Ohio? No. Ni siquiera tienen quien les cante, olvidando la insignificante estrella de Bruce Springsteen y sus temáticas profundamente enraizadas en las tribulaciones del Rust Belt. Nadie.
De modo que quién mejor que un rapero rebotado de la Universidad que ha cimentado su carrera en torno a la adulación propia y la autoidolatría pop para dar forma artística a los anhelos y desvelos de Michigan y Wisconsin.
8. Kanye como Secretario de Estado en la sombra
El munto asiste pasmado a la elección del CEO de Exxon-Mobil como Secretario de Estado. "¡Es un conflicto de intereses clarísimo!", claman algunos descreídos. "¡Este hombre sólo defenderá sus intereses comerciales!", explican otros. Error: Kanye sería en realidad su pupilo, una figura que entre bambalinas, como el Rasputín del Zar, cosería y descosería los hilos del mundo.
Kanye es mejor: no defiende ningún interés comercial, ¡sólo se defiende a sí mismo frente al mundo, siempre en guerra contra su talento!
9. Oficializar todos los premios para Trump y Kanye
Claramente despechado por la ceguera de los Emmy a la hora de entregarle repetidamente algún premio por su talento televisivo, Trump aireó su celo para con la organización en pleno debate con Clinton. Y sabido es por todos que Kanye jamás ha sido suficientemente bien ponderado por los Grammy o por el mundo, en general, incapaz de atisbar su talento.
La conjunción de Trump-Kanye como candidatos (y vencedores) en cualquier ceremonia de premios de cualquier categoría creativa acabará con el debate.
10. Convertir a Kanye en predicador oficial del Trumpismo
Es una opción ya en camino, tras sus declaraciones desvelando su apoyo sincero por Donald Trump. Kanye tiene el don de los telepredicadores y de los párrocos evangelistas de los estados del sur, el carisma magnético de JFK y la retórica glorificada de FDR, el liderazgo natural de Abraham Lincoln y Martin Luther King Jr., el don viral de su esposa, Kim Kardashian, y el arma más grande que un ser humano jamás haya recibido: a sí mismo.
Con él, Trump no necesitaría a los medios, que tanto desprecia, ni siquiera a Steve Bannon o Breitbart News. Su predicador, trovador medieval, discípulo aventajado, llevaría su palabra a todo el mundo.
11. Un plan para dominarlos a todos
Quizá haya llegado ya la hora y todas aquellas señales dibujadas en el horizonte por Chtulhu se cumplan de una vez: el fin del mundo ha llegado y el anillo que habrá de dominarnos a todos se está forjando en este momento en la chimenea dorada de Trump Tower. Kanye pone el talento, Trump pone el pelo: juntos, sólo juntos, conseguirán lo que ningún otro déspota pudo, la dominación global.
Será el más bello final de la civilización jamás imaginado.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario