Del Amazonas a los bosques húmedos y los pico más altos (con varios "seis mil" más duros de escalara que el mismísimo Himalaya) pasando por algunos de los desiertos más áridos del mundo, el continente sudamericano no está lleno de contrastes, es un mundo en sí. Hay casi tanta variedad en este continente como en el resto del mundo.
Hemos reunido en una suerte de ruta ideal algunos de los lugares más bellos, impactantes y generalmente alucinantes que podrás ver en ese continente. Hemos dejado de lado a consciencia algunos de los más conocidos o masificados, como Machu Picchu o las islas Galápagos, para centrarnos en los menos conocidos. Obviamente, no son todos los que están ni están todos los que son.
Cataratas de Iguazú, Argentina y Brasil
Sin duda uno de los rincones del planeta con más probabilidades de dejarte con la boca abierta. Visitar las cataratas es una experiencia visceral, experimentarás en primera persona en una mezcla de majestuosidad y brutalidad la potencia de la naturaleza.
Colonia del Sacramento, Uruguay
Uruguay es uno de los destinos veraniegos por excelencia de Sudamérica, con permiso de Brasil. Punta del Este, Punta del Diablo, Atlántida o Paysandú son algunos de los sitios más concurridos por el turismo de playa. Pero Uruguay ofrece algo más que sol y playa, también ofrece rincones encantadores y relajados que te permitirán escapar del bullicio de las playas, como Colonia del Sacramento.
Esta pequeña ciudad a orillas del Río de la Plata es patrimonio histórico de la UNESCO. Situada a 180 km de Montevideo y a una hora en barco desde Buenos Aires, es uno de esos lugares de postales que no creías que podían existir. El barrio histórico nos recuerda la época colonial portuguesa (la ciudad fue fundada en 1680 por el gobernador de Río de Janeiro), destacando la Calle de los Suspiros, la única original de la época portuguesa.
Monte Fitz Roy, Argentina
El glaciar Perito Moreno es el paraje más famoso del Parque Nacional de los Glaciares, sin embargo el Monte Fitz Roy (3.376 m) junto con la zona de El Chaltén son todavía más impresionantes y una de las joyas de la Patagonia. A los pies del Monte Fitz Roy, la población del El Chaltén es algo que la puerta de entrada al pico más alto de Argentina (y Chile).
Es una pequeña y encantadora ciudad que te permite hacer una pausa del mundo moderno. Hay un sólo cajero automático y no hay cobertura de telefonía móvil. Para el urbanita de turno, sería una pesadilla, pero estar un poco alejado de la tecnología moderna confiere al Chaltén un aura especial. No te pierdas, tampoco, la Chocolatería Josh Aike, donde elaboran los deliciosos chocolates, tortas y alfajores de forma artesanal a la vista del público.
Además de escalar el Monte Fitz Roy (es una de las ascensiones más complicadas y duras del mundo), la zona es un pequeño paraíso para los amantes del senderismo e ideal para la práctica del kayak y del rafting.
Parque Nacional Torres del Paine, Chile
A más de 2.000 m por encima de la estepa de la Patagonia, los pilares de Torres del Paine dominan el paisaje de uno de los mejores parques nacionales de Sudamérica. Antes de su creación en 1959, parte de lo que es hoy el parque formaba parte de una explotación ganadera ovina, una hacienda. Todavía hoy el entorno se sigue recuperando de más de un siglo de sobre explotación de sus praderas , bosques y fauna.
Torres del Paine ofrece algo más que sus tres picos graníticos que dan nombre al parque. Lagos azules, senderos que te llevan por bosques esmeraldas, agitados ríos que cruzas sobre sencillos puentes de madera y, por supuesto, un radiante glaciar. Y por supuesto, una fauna rica en variedad, destacando la presencia de pumas y rebaños de guanaco en las estepas que no se inmutan ante la presencia de humanos y sus coches.
Las estructuras en sus 1.810 km2 de territorio están muy desarrolladas, por lo que si al final del día de senderismo te apetece una ducha caliente y un cocktail en el bar de un 4 estrellas, es posible. Pero también puedes optar por el refugio de montaña de toda la vida para una experiencia más auténtica.
San Pedro de Atacama, Chile
Dicen que las grandes cantidades de cobre y cuarzo de la región le dan una energía positiva a los habitantes de la zona. Y es algo que se nota una vez que estás en San Pedro de Atacama. La popularidad de este oasis se debe a su situación privilegiada, es el corazón de los extraordinarios paisajes del norte de Chile. A pocos kilómetros está el mayor lago salado de Chile, campos de geiseres (como el famoso Geiser del Tatio) y formaciones rocosas que parecen de otra galaxia. De otro mundo, también, es la Mano del Desierto. Esta escultura del chileno Mario Irarázabal está en el extremo Oeste del desierto de Atacama, cerca de la población costera de Antofagasta.
En la última década, la popularidad de San Pedro de Atacama fuera de la región fue creciendo de manera exponencial, en parte gracias al rally Dakar que suele pasar por la zona. Ese nuevo interés propició la creación de varios hoteles, resorts, casas de huésped y otros bed & break-fast. Aún así, el lugar supo conservar su ambiente relajado.
Salar de Uyuni, Bolivia
El Salar de Uyuni es otro de esos parajes misteriosos que sólo encontrará en Sudámerica. Es el lago salado más grande del mundo (más de 12.000 km2) y situado a 3.653 m de altitud. Para que te hagas una idea, está casi a la misma altitud que la cima del Teide.
Cuando está seco, el salar es una extensión de blanco puro. La sensación es indescriptible pues estás rodeado de blanco y cielo azul. No hay nada más. Y cuando hay un poco de agua, ésta refleja el cielo, mientras que el horizonte desaparece, es como estar en las nubes. Literalmente.
Lago Titicaca, Bolivia y Perú
Para los Aymarsas y Quechuas, este era el lugar donde nació la vida, el mundo. De hecho, sin el lago Titicaca (puma gris, en aymara) la vida sería casi imposible a esta altitud. Y es que sus 8.562 km2 de aguas navegables (las más alta del mundo) están a 3.812 m de altitud. Sus cielos azules no te dejan imaginar que sus noches son gélidas, siendo la mejor época del año para visitarlo de abril a junio.
La región es una mezcla de catedrales que han visto mejores tiempos, campos labrados a mano y un desolado altiplano. Puede parecer un lugar austero, pero en realidad está lleno de vida y colores, especialmente cuando hay alguna celebración de su pasado precolombino. Como las islas flotantes de los antiguos uros. Ese pueblo construyó con totora (una caña local) esas islas para escapar de las civilizaciones dominantes que rodeaban el lago.
Huacachina, Perú
Este pueblo-oasis es tan de postal que no te puedes creer que exista realmente. Y sin embargo es muy real. Situado a unos 5 km de la ciudad de Ica (y 5 horas en coche al sur de Lima), en el desierto costero del Pacífico, este pueblo de 200 habitantes está totalmente rodeado de dunas. Hacer surf en las dunas, saltar de duna en duna al volante de un buggie o relajarte en uno de los hoteles cerca de la laguna son las actividades más habituales en Huacachina, uno de los puntos favoritos del turismo mochilero.
Cordillera Huayhuash, Perú
Para los fans de trekking y montañismo en general, Perú ofrece un sinfín de posibilidades, la Cordillera Blanca siendo quizá la más famosa. Menos conocida, aunque no menos frecuentada es la Cordillera Huayhuash que a 30 km de la Cordillera Blanca ofrece glaciares, lagos y cumbres de más de 6.000 m de altura. Algunos puertos de montaña por los que caminarás están a más de 4.500 m de altitud.
Al parecer, la vertiente oriental de la zona es la menos concurrida, conservando un poco ese aspecto salvaje que hizo el éxito turístico de la región. A destacar que la mayoría de los pueblos que te encontrarás en zona protegida -antes de forma pública y hora de forma privada- te exigirán un peaje de varias decenas de dólares para cruzar el pueblo o acampar.
Tren Crucero Andino, Ecuador
En más de una ocasión, lo importante del viaje no es el destino sino el propio viaje. Así, en esta propuesta de Ecuador no hablaremos de Los Galapagos y su fauna, sino de una propuesta inusual en el continente sudamericano que satisfará tano tus ansias de viajar como el Sheldon Cooper que llevas dentro: viajar en el Tren Crucero.
Se trata de un tren de lujo que atraviesa los Andes entre Guayaquil y Quito (a 2.849 metros es la ciudad capital más alta del mundo). El Tren Crucera sigue la vía estrecha original construida entre 1897 y 1908. El recorrido dura 4 días (en el precio se incluyen los hoteles) y permite ver paisajes casi inaccesibles de otro modo, llevándote de las costa tropical del Pacífico hasta volcanes helados.
La sección más impresionante del Tren Crucero es una serie de zigzags que le permiten ascender 2.945 metros en tan sólo 56 kilómetros alrededor de una ladera de la montaña llamada la Nariz del Diablo. En el resto del trayecto destacan el pasó por 10 volcanes y por la ladera de la cumbre más alta de Ecuador, el volcán Chimborazo (6.310 metros), antes de llegar a Quito.
Santuario de las Lajas, Colombia
A priori, irse hasta Colombia para ver una basílica suena un poco extraño. Al fin y al cabo, en Europa, abundan los edificios religiosos de toda clase. Pero Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas merece una visita, aunque no seas religioso. Cerca de la ciudad de Ipales, al sur del país y cerca de Ecuador.
Para acceder a la basílica deberás cruzar un largo puente situado a 50 metros encima del río Guaitarra después de haber bajado una escalera y sus 270 peldaños. La primera capilla data de 1803, pero la basílica actual fue construida entre 1926 y 1944 directamente contra la roca del cañón destacan en su interior los murales -nunca mejor dicho- pintados directamente en la roca de la Virgen, de Santo Domingo y de San Francisco. Además, la basílica cuenta con un museo de arte religioso y precolombino.
Caño Cristales, Colombia
El Parque Nacional Natural Sierra de La Macarena, también conocido como Caño Cristales lleva cerrado oficialmente al turismo desde 1989. Y es que la presencia de las FARC en la zona sur hace que sea un destino un tanto peligroso. Sin embargo, desde 2009, es posible viajar hasta la zona con algunos tour-operadores que disponen de un permiso especial.
El río más hermoso del mundo, el río de los cinco colores o el río arco íris, son algunos de los nombres oficiosos por los que se conoce también al Caño cristales. Situado en la Sierra de La Macarena es, en algunas ocasiones entre junio y noviembre, un sitio que te dejará boquiabierto. Cuando los niveles del río están en el nivel idóneo se crea un fenómeno biológico único en el mundo. Una erupción de algas Macarenia clavigera en el lecho del río lo transforman un colorido río que contrasta con las rocas grises y la abundante vegetación que rodea el río.
Salto Ángel, Venezuala
Sí, es el lugar más famoso de Venezuela, pero al ser la catarata más alta del mundo, con casi 1.000 metros de caída de agua (979 me divididos en dos saltos, siendo el más largo de 807 m). Situada en el Parque Nacional de Canaíma. El nombre de la catarata se la debemos al aviador James Crawford Angel Marshall, más conocido como Jimmie Angel, que sobrevoló y localizó el salto de agua en 1937. Para los indígenas de la zona, se llamaba Kerepakupai Vená o salto del lugar más profundo.
Kaieteur Falls, Guyana
De este antiguo territorio británico no podemos dejar de mencionar las cataratas de Kaieteur. Sí, hemos mencionado las de Iguazú y del Salto Ángel y aunque esos saltos de agua no te interesen especialmente, ver cómo algo más de 110.000 litros de agua caen de un acantilado de 250 metros de alto en mitad de la jungla no te puede dejar indiferente.
Y éste sería el recorrido
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