Una versión anterior de este artículo fue publicada en octubre de 2018.
Decía Schopenhauer que el mundo empírico carece de sentido y propósito. Algo que Nietzsche y después Heidegger ampliarían: sólo nuestra voluntad nos impulsa en este mundo sin sentido y lleno de sufrimiento. Sartre iba un paso más allá para negar la mayor: si no hay sentido, no existe Dios, y por tanto somos libres de crear nuestros propios valores; de esta forma, y contrariamente a lo que habían deducido otros pensadores, la existencia precede a la esencia: determinando nuestros valores estamos creándonos a nosotros mismos.
Camus le daría la razón: de acuerdo, no podemos encontrarle sentido a la vida, pero el análisis de la historia de las rebeliones demuestra que la naturaleza humana sí existe e influye en nuestro mundo.
No es que esté haciendo gala de mis conocimientos. En realidad me he limitado a traducir y leer una página, pero una en la que podemos perdernos casi en la totalidad de la historia del pensamiento occidental. Deniz Cem Önduygu, graduado en arte y aficionado a la filosofía, ha organizado una gigante herramienta de pensamiento que sirve como para para viajar por los 2.600 años de la historia de la filosofía.
Son cien autores esenciales, ordenados cronológicamente, con sus grandes ideas indexadas. Y lo más importante: con un sistema de conexiones interactivas que sirve para ver cómo se conectan o refutan las ideas de cada filósofo a lo largo de los años. Muchas de las aportaciones vienen unidas al origen de la cita, por lo que también puedes consultar la bibliografía de la que Önduygu se ha valido. Como modesto estudiante, el joven además recuerda que no se trata de ningún experto, y pide a los lectores que, en caso de ver alguna imprecisión en los planteamientos filosóficos, se lo hagan saber para corregirlo como es debido.
Pero no parece que vaya a ser el caso. Su trabajo es tan exhaustivo que parece que todo estaría correcto. Se trata de una herramienta que cualquier estudioso y docente debería conocer y recomendar, consultarlo cuando haga falta como fuente. Es fácil que un profesor nos resuma los principios de Kant en 18 puntos esenciales, pero ya no lo es tanto expandir este pensamiento antes y después en el tiempo para ver cómo las ideas dialogan a lo largo de la historia entre sí.
Cojamos una de las hipótesis más populares de la historia del conocimiento: para Platón, nuestro objetivo en la vida debería ser penetrar en el pensamiento oculto en la realidad. Ir más allá de las sombras que se nos proyectan en la caverna. Aristóteles contradijo a su maestro: de nada nos sirve "filosofar" si nos alejamos de la experiencia concreta.
San Agustín y Santo Tomás de Aquino se centraron en la experiencia sensorial: mientras que el verdadero conocimiento sólo conoce de un mundo atemporal e inmaterial (como, por ejemplo, las matemáticas), nuestros sentidos nos conducen a la ilusión, y para nuestra desgracia el conocimiento racional se adquiere a través de la vista, el oído, etcétera. Kant manifestaría esta paradoja de otra forma: somos incapaces de acceder al reino de las cosas tal y como son. Nuestros sentidos siempre influirán en nuestro modo de percibir la materia.
En definitiva, se trata de un mapa interactivo en el que pasar horas y horas viendo las rimas que los hombres más preparados de cada tiempo han creado a lo largo de los siglos sobre las grandes preguntas de la humanidad. Como advierte su creador, será mucho mejor que utilices un navegador para sumergirte en su página infinita. Un link para guardar en favoritos y que consultar siempre que nos haga falta.
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