Ya hemos hablado en una ocasión anterior de que en México el arte callejero se está transformando, esto gracias a varios colectivos artísticos y grupos de personas que están cambiando los graffitis por una obra de arte legal, y quienes están adoptando otras corrientes artísticas como el caso del muralismo, corriente con gran tradición y herencia en México.
En este ocasión estamos ante un nuevo y fascinante proyecto que llega a Pachuca, Hidalgo, dentro de la zona centro de la República Mexicana, un ambicioso proyecto que busca transformar la imagen tanto física como social, que se tiene de un barrio conflictivo dominado por la inseguridad: el Barrio de Palmitas.
Barrio de Palmitas: la transformación del tejido social a través del arte
Esta obra está a cargo del colectivo Germen Crew, quienes nacieron en Guadalajara durante 2012. Fueron contactados por el Ayuntamiento de Pachuca dentro del programa "Pachuca se pinta", les presentaron el proyecto y así el colectivo ayudó a desarrollarlo y darle vida.
El proyecto consta de tres etapas, dos de ellas ya concluidas. Según explican, la primera fue pintar todas las casas de color blanco, esto con la intención de ofrecer un sentido de identidad, como muestra de esperanza y de que todos los que ahí viven, son iguales. Le siguió la etapa de color, donde la idea era que las casas formaran parte de un todo y no fueran elementos independientes, por ello veremos curvas, líneas que atraviesan cada casa, como si el viento fuera pintando sobre ellas, ya que Pachuca es conocida como "La bella airosa".
La tercera etapa se espera sea concluida en aproximadamente dos meses, y consiste en plasmar diversos murales dentro de los colores, es así como estaremos ante un gran mural de poco más de 20 mil metros cuadrados, el más grande de México y único en la región, ya que al estar dentro de una pendiente, puede ser admirado desde varios ángulos a distancia, así como al adentrarse en las calles y callejones del barrio.
Lo interesante de este proyecto es que los habitantes del barrio son pieza primordial, ya que el colectivo, a través de actividades y pláticas de sensibilización, está integrando a todos los vecinos, ya que no se trata de una imposición, se les ha explicado en qué consiste y cuál es el objetivo final de esto.
Germen Crew se apoyó de los jóvenes que viven en Palmitas, a quienes se le dio empleo para que tuvieran ese sentimiento de pertenencia al proyecto, y de igual forma los vecinos sintieran esa integración siendo participes del cambio cultural. Palmitas es considerada una zona peligrosa, pero desde que inició el proyecto, varios de los habitantes mencionan que la violencia ha diminuido.
Ahora la verdadera prueba será cuando se entregue el mural, ya que cada familia es responsable de mantener el color de su casa y hacer que luzca como parte de un todo, para ello se la ha proporcionado los códigos de color, en caso de que necesiten dar mantenimiento. Al final el macromural le pertenece a los habitantes de Palmitas y de ellos depende que se mantenga con vida.
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