Cada atentado en suelo europeo depara el mismo carrusel de reacciones: indignación, horror, condena, compasión y, de forma cada vez menos marginal, odio. A cada acción terrorista le siguen virales y cadenas como las de ayer, en las que se acusaba a una mujer con hijab de pasear con indiferencia frente a los cadáveres, señalando la connivencia de facto de los musulmanes en Europa con las acciones de terror.
¿Cómo combatir el prejuicio? Desde Muslims United for London, poco después del ataque que terminó con la vida de varias personas cuyo autor es un joven británico nacido en Kent convertido posteriormente al Islam, tuvieron una idea brillante: recaudar miles de libras y donarlas a las víctimas de los repudiables ataques. ¿Resultado? En menos de 24 horas, una campaña de donaciones ha obtenido ya más de 23.000 euros.
El hecho es significativo y pone de relieve que, con las herramientas adecuadas, la solidaridad al margen de razas y religiones se impone sobre otras campañas que buscan criminalizar a un determinado grupo demográfico.
La idea surgió originalmente de Muddassar Ahmed, gerente de Unitas Communications, una organización de carácter musulmán que ha colaborado en multitud de proyectos con diversas organizaciones internacionales como Naciones Unidas o La Liga Árabe. Ahmed confesó en la televisión británica ITV que los atentados le habían dejado en absoluto estado de shock, lo que le impulsó a lanzar la campaña de crowdfunding.
3.000 libras en menos de una hora
A la hora y tras una intensa agitación en las redes sociales, las mismas en las que se cruzaban imágenes acusatorias hacia una mujer con hijab de forma torticera, lo recaudado ascendía a los 3.000 euros. Poco después la cifra se disparó conforme recibía más y más apoyo de la prensa convencional y digital. Un día después el proyecto ha superado más del 50% de su objetivo inicial (estipulado en 30.000 libras) y ha permitido que la comunidad musulmana visibilice su solidaridad con las víctimas y su rechazo al terror.
Algo que en un clima de creciente tensión racial y religiosa en muchos países de Europa no siempre se da por hecho, por más que la abrumadora mayoría de víctimas del terrorismo yihadista sean musulmanes viviendo en países musulmanes.
Es significativo que al mismo tiempo que Muslims United for London comenzaban a recaudar más y más donaciones para las familias de las víctimas del atentado, el presidente de la Fundación Ramadán, Mohammed Shafiq, emitía un comunicado público alertando sobre la posible desprotección de mezquitas y lugares de socialización entre musulmanes ante posibles ataques de grupos de extrema derecha.
Es la nota positiva en una reacción post-atentados que ha sido similar a la ya vivida en Bruselas hace un año o en París hace año y medio. Y aunque, como ellos mismos reconocen, el dinero no puede reparar el daño causado por el ataque y las víctimas perdidas, sí aspira a tener un componente de pacificación social y de unión entre la sociedad británica para evitar las divisiones y los enfrentamientos vividos en el último año. Un detalle de luz y optimismo en un contexto de pesimismo y horror.
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Imagen | Matt Dunham/AP Photo
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