De tanto en cuanto sucede. Un objeto cotidiano trasciende a su carácter popular y se transforma en un producto de lujo, en una indeleble señal de poder y ostentación. Así, hay quien desembolsa más de 300.000€ por una botella de vino de 1947, más de 12.000.000€ por un vestido diseñado para la ocasión, y más de 2.000.00€ por un mapa elaborado en 1789. De lo mundano a lo majestuoso. Un proceso que, durante los últimos años, está transformando a la zapatilla deportiva.
La subasta. Sólo así se entiende que un par de zapatillas elaboradas por Nike a mediados de los setenta se hayan subastado en Sotheby's por 390.000€. Se trata del modelo Moon Shoe, diseñado en persona por Bill Bowerman, entrenador de atletismo y fundador de la compañía, para los atletas olímpicos de 1972. Bowerman moldeó la suela con su plancha de gofres y fabricó manualmente doce esquivos pares. Hoy, sólo uno sobrevive sin estrenar. Es el subastado por Sotheby's.
Se trata de las zapatillas más caras de la historia.
Quién. Su comprador responde al nombre de Miles Nadal, un "ávido" coleccionista que ha superado con mucho la puja inicial, fijada por la casa en 160.000$. Durante las semanas anteriores, Nadal ya había desembolsado más de 800.000€ por una colección completada subastada por Sotheby's en colaboración con Stadium Goods, reputada tienda de zapatillas deportivas dedicada al coleccionismo de ejemplares legendarios, descatalogados, raros o de puro y simple lujo.
¿Por qué? El valor simbólico de Moon Shoe, una de las zapatillas más famosas de todos los tiempos, estaba fuera de toda duda. Restaba descubrir el valor económico. Los motivos que llevan a una figura como Nadal a desembolsar semejante cuantía estriban en el nuevo estatus del calzado deportivo. Se trata de un valor bursátil, un bien de lujo sobre el que brokers experimentados invierten enormes fortunas. Un especulador avezado puede mover hasta 50.000$ al año.
Bolsa. Páginas como StockX funcionan al modo de Wall Street, asignando un valor de mercado a cada modelo, añadiendo cotizaciones, precios medios de venta y gráficas históricas de rendimiento. Se trata de un mercado especulativo, donde la compra y venta de zapatillas, siempre de segunda mano, no tiene ninguna finalidad práctica (nadie las adquiere para llevarlas). Stadium Goods, GOAT o Fight Club siguen la misma lógica, y ofrecen sus productos como auténticos bienes exclusivos, lujosos.
Las Moon Shoe son el ejemplo extremo, la botella de vino que nadie jamás abrirá. Pero otros modelos de uso diario, como las Yeezy Boost 350 V2, ya cotizan por encima de los 1.300€. Unas Gucci desgastadas superan los 700€.
Millones. En consecuencia, el mercado de compraventa está moviendo miles de millones de euros. Hace algunos meses Farfetch, un gigante de la moda, adquiría Stadium Goods por algo más de $250 millones. La exclusividad, las líneas limitadas y los modelos históricos gozan de gran popularidad y cotizan al alza, tanto que una zapatilla con apenas cuatro años de historia multiplican hoy por quince su valor en el mercado secundario. En esa lógica, el valor de las Moon Shoe parece razonable.
El camino de la zapatilla deportiva hacia el lujo absoluto es, tras el hito de ayer, indiscutible.
Imagen: Stadium Goods