Granada y su área metropolitana vuelven a estar en alerta después de una cadena de decenas de terremotos en la última semana. Aunque son seísmos que se caracterizan por ser de magnitudes pequeñas, han conseguido que los vecinos salgan a las calles asustados y paralizados por los temblores que se repetían cada hora. Corrían hacia descampados, alejados de cualquier techo que pudiese caérseles y lo relataban en las redes sociales. Hace tan solo dos días tres seísmos de más de 4 grados se produjeron en apenas 20 minutos. Se sintió uno más fuerte en la localidad de Santa Fe de 4,4 el fin de semana y más de 200 de magnitud cercana a 3.
Casi 600. Un dato ilustra los dos meses de excepcionalidad que ha vivido Granada a causa de los terremotos. Según el Instituto Geográfico Nacional, desde el 1 de diciembre hasta hoy se han producido casi 600 terremotos. De media, los granadinos han sufrido casi 10 terremotos al día. Esto es uno cada dos horas prácticamente.
Pero no se trata de un fenómeno ajeno a Granada, ya que está situada en una de las zonas con mayor actividad sísmica de España: el límite entre la placa tectónica euroasiática y la africana.
¿Por qué son tan comunes? El origen de los terremotos en Granada se produce por la actividad de las placas litosféricas continentales, según explica el IGN. Y para desgracia de los granadinos, en el sur y sureste de la península coinciden las dos placas mencionadas, que están en continuo movimiento. Más concretamente, las placas euroasiática y africana se están aproximando entre 4 y 5 milímetros al año en la zona de la Vega de Granada, donde están ubicadas las localidades de Atarfe y Santa Fe, epicentros de estos últimos terremotos. ¿El resultado? Esta zona concentra gran parte de los temblores que se registran en nuestro país.
La desgracia del Sur. Una investigación de la Universidad de Granada y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra ha analizado con detalle el origen de los últimos terremotos y detalla que se producen como consecuencia de la liberación brusca de la energía acumulada en las fallas debido a este movimiento entre placas. También se le achaca al hundimiento que sufre la Cuenca de Granada, en cuyo borde se encuentran las fallas que los causan.
Hay que tener en cuenta que algunos expertos indican que también existe cierta sismicidad a profundidades intermedias que se extiende en la parte occidental del mar de Alborán y, ocasionalmente, terremotos a profundidades de más de 600 km con epicentro en la provincia de Granada cuyo origen está posiblemente relacionado con la historia tectónica del arco de Gibraltar, aunque el IGN advierte que "no existe un acuerdo unánime" sobre ella.
Antecedentes. En la provincia de Granada han ocurrido importantes terremotos a lo largo de la historia, siendo la cuenca de Granada la más activa sísmicamente. El más antiguo del que se tiene constancia ocurrió en 1431 al sur de Granada que tuvo una intensidad macrosísmica de VIII-IX, lo que significa que fue "gravemente dañino", según las tablas de intensidad del IGN, y que incluso produjo grandes daños en la Alhambra. El más virulento fue el de 1884 en Arenas del Rey, que alcanzó una intensidad de IX-X, "muy destructor", y dejó 839 víctimas mortales.
También sembraron el terror el de Albolote, en 1956, con 11 fallecidos o el de Dúrcal, uno de los más potentes jamás registrados en nuestro país, de magnitud 7,8. En el Mar de Alborán se produjo un importante terremoto en 2016, que dejó más de 20 heridos en Melilla.
Terremotos débiles que asustan. Pero lo normal en esa zona son los terremotos clasificados como III. Es decir, terremotos débiles que pueden ser percibidos por las personas que se encuentran dentro de edificios sintiendo un balanceo o un ligero temblor. Los clasificados en VI, sin embargo, como los producidos esta semana, son considerados terremotos "levemente dañinos". Estos seísmos son sentidos por la mayoría de la población. Algunas personas incluso pierden el equilibrio y muchos se asustan y corren al exterior, como vimos el otro día.
Enjambres. El Instituto Geográfico y la Red Sísmica Nacional indicaban hace unos días de que lo que sucede en Granada estos días es una "serie" de terremotos superficiales y de más de 200 réplicas desde el terremoto principal, pero algunos expertos apuntan que el fenómeno de Atarfe-Santa Fe puede encuadrarse también en lo que se denomina como un enjambre sísmico.
¿En qué se diferencian?
Las réplicas son movimientos de menor magnitud que siguen a los terremotos principales. Están causadas por ajustes o deslizamientos que tienden a recuperar la estabilidad de la zona afectada. En un enjambre, no hay un choque principal, ni un gran terremoto que inicie una secuencia y ocurren a ritmos y magnitudes que no obedecen a ninguna de las condiciones que siguen las secuencias de réplicas. Una de las diferencias principales entre réplicas y enjambres es que las primeras se producen al poco tiempo de los sucesos principales, mientras que los enjambres pueden mantenerse durante períodos muy largos.
Podría ser peor. Para que os hagáis una idea. En Matsushiro (un suburbio de la ciudad japonesa de Nagano) se generaron alrededor de 1 millón de terremotos como parte de un enjambre entre 1965 y 1967. Todos sabemos que los terremotos en Japón son el pan de cada día y son parte de la identidad del país (lo hemos visto en su tipo de arquitectura). Esperemos que el destino de Granada no siga el mismo camino.
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