2016 está siendo un año tan ajetreado que el Brexit, la decisión de los votantes del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, parece un vago y difuso acontecimiento del pasado. Pero sucedió, y las consecuencias en la economía y en las vidas de los británicos se han ido amontonando poco a poco. Todo ello pese a que oficialmente el gobierno británico, ahora comandado por Theresa May, aún no ha activado el artículo 50 del Tratado de Lisboa. Lo hará en la primavera del año que viene, según lo anunciado.
Pese a ello, la salida de la Unión Europea formalizada en el referéndum sí ha supuesto un terremoto tanto económico como político en las islas. Desde la carencia de productos muy queridos y básicos en la rica dieta de los ingleses hasta amenazas veladas, una vez más, de Escocia de marcharse de la unión dado lo adverso de los resultados de la votación, Reino Unido puede rastrear, en apenas un puñado de meses, las cicatrices que el Brexit tiene en el país. Y las que, en caso de activarse la cláusula, tendrán en el futuro.
Veamos cuáles son las más significativas hasta hoy.
1. La libra se ha desplomado a mínimos históricos
Desde el punto de vista económico, es la consecuencia directa más importante y visible de la salida de la Unión Europea. Sólo en la primera noche post-referéndum cayó un 18% frente al dólar, y se ha mantenido en niveles semejantes desde entonces, alcanzando su valle el 15 de agosto. Respecto al euro no le va mucho mejor: antes del voto #Leave una libra se cambiaba a 1,35€; hoy la diferencia se ha reducido a 1,10€. Buenas noticias para los europeos (es más barato viajar allí), pero muy, muy malas para los ciudadanos británicas.
2. Los dos grandes partidos están abiertos en canal
Pasemos a la política, el escenario que, acertadamente, diversos analistas políticos británicos ya definen como un permanente "clusterfuck", nuestro equivalente a "sindiós". El Partido Conservador quedó descabezado tras el referéndum: desde entonces ha habido un cambio integral del gobierno, incluido el Primer Ministro, que ya no es David Cameron sino Theresa May. El Partido Laborista, por su parte, ha intentado sin éxito desbancar a Corbyn de su posición de liderazgo. Pese a que las élites no le apoyan, las bases sí.
En ambos, la reacción al Brexit ha sido diversa. Algunos sectores se muestran a favor, especialmente en el lado conservador, pero otros son más escépticos y observan con preocupación las consecuencias electorales que la salida pueda tener para ellos. En cualquier caso, llevan tres meses escenificando abiertas batallas campales.
3. Escocia quiere otro referéndum de independencia
De hace una hora: "Nicola Sturgeon anuncia una nueva propuesta de referéndum de independencia". Sturgeon es la líder del SNP, el partido nacionalista escocés que apoyó la permanencia en Reino Unido y que logró que la abrumadora mayoría de los votantes escoceses optaran por quedarse en la Unión Europea. Según el SNP, la salida del Brexit no es favorable a los intereses de Escocia, por lo que, tan sólo dos años después de la derrota en el referéndum por la independencia, el país tenga el derecho a preguntar de nuevo a su población.
¿Las posibilidades de éxito? Inciertas, ahora, pero el escenario ha cambiado desde 2014, cuando la posible salida de la Unión Europea pudo haber jugado un papel fundamental a la hora de decantar el voto escocés por el "No".
4. Los ingleses se han quedado sin su Marmite
Producto inexistente en las estanterías de México o España, el Marmite es uno de los símbolos de las gastronomía británica, y utilizado a diario por millones de ciudadanos ingleses. ¿Qué ha sucedido, entonces, para que de repente la prensa haya entrado en pánico hablando de carestía de Marmite en Tesco? Que el distribuidor se niega a pagar el precio más caro que su fabricante, así como los fabricantes de otros productos como el suavizante Mimosín o la mayonesa Hermann's, quiere imponer a consecuencia de la caída de la libra.
Dicho de otro modo: nadie quiere verse penalizado por el desplome de la moneda británica, así que, ante el desacuerdo, el Marmite desaparece de las estanterías del supermercado. El problema de las importaciones de alimentos, a nivel general, es acuciante para Reino Unido, un país que depende notoriamente del exterior.
5. Los ataques racistas han aumentado en un 41%
En el terreno social, el Reino Unido es un país más dividido que nunca. El escaso margen por el que se impuso el Brexit es una señal, pero también lo es el aumento de los ataques de odio y xenófobos que se han registrado en Reino Unido desde el inicio del proceso. En los días posteriores al referéndum, se registraron ataques contra centros de al comunidad polaca, inmigrantes indios y musulmanes en numerosas ciudades del país. De los 3,886 de 2015 en el mismo mes se pasaron a los 5,468 en 2016.
6. Varias empresas internacionales se plantean irse
El runrún es generalizado para múltiples multinacionales, pero se ha manifestado con especial virulencia en la figura de un inesperado país: Japón. Esta misma semana, su embajador advertía de los peligros de un Brexit "duro", esto es, sin acceso al mercado único de la Unión Europea (y que es improbable dada la reticencia de numerosos gobiernos de la Unión). Para el embajador, esto sería un revés importante para las fábricas y empresas japonesas asentadas en Reino Unido, por lo que podrían optar por trasladarse a otro país.
Hay más empresas que han tanteado la posibilidad de dejar el Reino Unido en caso de Brexit duro. La situación es especialmente preocupante para Londres, cuyo sector financiero perdería un vínculo esencial con un mercado mucho más grande, el del continente europeo, y que ya se está planteando alternativas en caso una ruptura drástica.
7. Su déficit comercial ha aumentado
Aunque en general la situación económica, más allá de la libra, no ha empeorado de forma drástica (tampoco se han iniciado las negociaciones ni se ha activado el artículo 50), hay algunos indicadores que podrían ser preocupantes. La situación del Marmite a cuenta de la libra se puede aplicar también al déficit comercial del Reino Unido, que ya era grande de por sí y que ha crecido durante los últimos meses a consecuencia de la debilidad de la moneda nacional. La inflación, además, ha aumentado desde el referéndum, entre otras consecuencias.
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