Enero de 2020 ya ha sido calificado como el más cálido desde que se tienen registros y febrero va camino de batir un nuevo récord en el mismo aspecto. Como consecuencia del calentamiento global, la oscilación del ártico muestra un comportamiento anómalo que está provocando una ausencia de invierno en el Hemisferio Norte.
Anomalía. La oscilación del ártico es uno de los fenómenos climáticos de los que más depende el invierno en el hemisferio norte. Se trata de un patrón que refleja la variación entre las presiones de dos puntos de la Tierra. Particularmente, el índice hace referencia a la relación entre las presiones del Ártico y las latitudes medias (paralelos 37 y 45º N). El mero hecho de que sea negativo o positivo implica unas condiciones u otras.
Para que nos entendamos, lo normal es que en invierno este índice presente valores negativos, permitiendo que el aire frío del ártico se sitúe sobre el este de Estados Unidos y Europa Occidental. Por el contrario, cuando los valores son positivos, el frío del invierno tiende a acumularse dentro de los límites del Círculo Polar Ártico, lo que hace que América del Norte, Europa Occidental y una parte de Asia presenten inviernos más suaves.
Datos. Desde diciembre de 2020 hasta la actualidad, el índice de oscilación ártica no solo es positivo, sino que ha registrado la cifra más alta desde 1990, cuando se situó en 5.93. El pasado 19 de febrero el Centro de Predicción Climática de Estados Unidos registró un nuevo récord al alcanzar la cifra de 6.34.
Valores tan elevados se deben a la fuerza que presenta el vórtice polar, cuyas cifras actuales han superado todas las registradas desde 1979. "Un vórtice polar fuerte, caracterizado por intensos vientos de oeste a este en la troposfera superior y la estratosfera, favorece el mantenimiento de un índice de oscilación ártica positivo", explica al Washington Post Andrea Lang, especialista en ciencias atmosféricas.
Enero. Los diez meses más cálidos de la historia desde que se tiene constancia han tenido lugar desde 2002. En esta línea, el último informe publicado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus, ha señalado a enero de 2020 como el primer mes más caluroso de los últimos 141 años. En España, este enero se ha colocado como el noveno más cálido.
Tendencia global. Ciudades como Minsk están seis grados por encima de su temperatura habitual, y París registra cuatro grados más de lo habitual. Lo mismo sucede en Helsinki, donde pasaro enero en torno a los 5º C, nueve grados más de lo normal. En España, a principios de febrero ciudades como Valencia registraron un máximo histórico de 29,6º C, y otras como Cuenca o Palma marcaron 22º C y 26º C grados en las mismas fechas.
Consecuencias. Los fenómenos anteriores son una consecuencia más de los efectos del cambio climático que llevamos viviendo durante los últimos años y que ya nos han dejado fenómenos como la fusión de océanos en el Ártico, el deshielo del permaforst o la alternancia de olas de calor y frío extremo en invierno. Tanto es así que, cuando creíamos haber tocado techo al galardonar a 2018 como el cuarto año más caluroso de la historia, llegó 2019 y se colgó la medalla de plata.
Por su parte, 2020 arranca con todas su buenas intenciones para repartir de forma global calor y más calor.
Imagen: Ayuntamiento de Valencia/Flickr
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