Los millonarios en rusia son algo más que simple personas con dinero. Su poder viene de contactos con la política. La guerra con Ucrania está pasando factura a sus fortunas con grandes pérdidas de capital y bienes de lujo confiscado en el extranjero que los convierten en un arma de presión contra el gobierno ruso.
Los millonarios rusos no son solo ricos. Cuando se habla de millonarios rusos la prensa internacional se refiere a ellos como oligarcas rusos, no como millonarios rusos como sucede con los ricos del resto del mundo. El motivo es que su riqueza emana, en la mayoría de los casos, de los contactos e influencia en las altas esferas de poder político ruso durante la época de las grandes privatizaciones de los 90 bajo el gobierno de Boris Yeltsin y que han asentado su poder bajo el mandato de Putin.
Nombres como el de Vladimir Potanin, la mayor fortuna de Rusia en 2022 durante buena parte de 2022, fue viceprimer ministro de Rusia y colaborador cercano del presidente Vladimir Putin.
El bloqueo de Europa lo pagan ellos. Una de las primeras medidas de Europa contra la invasión de Rusia a la vecina Ucrania fue el bloqueo comercial, de bienes y capitales de origen ruso en cualquier país de la Unión Europea. Esto afectó de forma directa a los oligarcas rusos, con grandes propiedades repartidas por las principales cuidades del mundo y destinos de vacaciones, yates de lujo, aviones privados y fondos en los principales bancos europeos.
En 2022, solo las diez personas más ricas de Rusia perdieron 38.000 millones de dólares a causa de estas sanciones. La tendencia en 2023 es muy similar. En lo que llevamos de año las principales fortunas de Rusia han perdido un total de 90.400 millones de dólares.
Energía, metalurgia y clubes deportivos. Las fortunas que más se han resentido son las que estaban vinculadas con los sectores energéticos o la metalurgia, principal motor de las exportaciones rusas antes del bloqueo. Lo han notado severamente oligarcas como Viktor Vekselberg principal accionista del productor de aluminio UC Rusal, que ha perdido el 61% de su patrimonio, unos 11.300 millones de dólares, desde el comienzo de la invasión de Ucrania.
Roman Abramovich es otro miembro destacado de este selecto club de millonarios cercanos al Kremlin, cuya fortuna se ha visto diezmada tras la guerra. El bloqueo al petróleo ruso de la comunidad internacional le ha supuesto a Abramovich unas pérdidas valoradas en 10.500 millones de dólares, que incluso le obligó a vender el Chelsea FC en una lucrativa operación.
A río revuelto, ganancia de pescadores. En toda crisis siempre hay vencedores y vencidos. Mientras que a algunos el bloqueo internacional les ha supuesto pérdidas milmillonarias, otros han aprovechado la ocasión para hacer crecer sus fortunas con el aumento de la demanda interna de productos.
La excepción que confirma la regla en este caso es Andrey Melnichenko, el único oligarca ruso cuya fortuna ha crecido un 20% desde el inicio de la guerra. Unos 3.500 millones de dólares que le dejan una fortuna estimada de 25.500 millones de dólares.
Revolución interna y aviso para navegantes. Con pérdidas millonarias y con sus mansiones en el extranjero embargadas, la presión de los oligarcas al Kremlin para que Putin ponga fin a la guerra ha sido constante. Sin embargo, a Putin no le ha temblado el pulso a la hora de acallar las voces discrepantes entre sus filas.
Mikhail Khodorkovsky era el hombre más rico de Rusia en 2002 cuando se atrevió a poner en tela de juicio las políticas de Putin en febrero de 2003. Al cabo de unos meses fue arrestado, juzgado y condenado a ocho años de prisión.
Peor suerte han corrido otros oligarcas relacionados con los sectores energéticos y de suministros como Vasily Melnikov, Mikhail Watford, Alexander Tyulyakov, Leonid Shulman o Ravil Maganov que mostraron de forma pública su preocupación por los bloqueos y meses más tarde murieron victimas de accidentes, envenenados o se suicidaron en extrañas circunstancias.
Imagen | Flickr (Antonio Marín Segovia) Unsplash (Danilo Capece)
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