El periodo Kofunde Japón se caracteriza por ser el periodo en el que comienza la historia escrita del país insular, pero también por la presencia de un gran número de túmulos. En uno de estos, en las afueras de la ciudad de Nara, un equipo de arqueólogos halló recientemente los restos de una espada de más de dos metros.
Los arqueólogos creen que, con 2,3 metros de longitud, esta espada no estaría ideada para su uso en combate sino que se trataría de un artefacto de uso ritual, probablemente para proteger al muerto de espíritus malignos. La espada podría tener unos 1600 años de antigüedad y su hoja habría tenido una forma serpenteante, unas espadas conocidas como dakō en Japón.
“Yo no diría que eran comunes” explicaba el arqueólogo Stefan Maeder en declaraciones recogidas por el portal Live Science. “Son objetos de prestigio de la alta sociedad.” Pese a ello, las espadas de combate no son infrecuentes en este tipo de hallazgos, tal como explica este experto en espadas japonesas.
La espada no es el único elemento que ha llamado la atención de los arqueólogos. En el yacimiento también encontraron un espejo de bronce de unos 60 centímetros de largo por 30 de ancho. También se cree que tenía una función más ceremonial que práctica, para proteger a los muertos de los espíritus.
Otros artefactos descubiertos en el entorno incluyen herramientas para la agricultura, recipientes de cobre e incluso utensilios de cocina. “[Estos descubrimientos] indican que la tecnología del periodo Kofun se encontraba más allá de lo que se imaginaba, y que hay obras maestras de la metalurgia de aquel periodo,” explicaba Kosaku Okabayashi a la agencia de noticias Kyodo News.
La palabra kofunse utiliza no solo pera designar al periodo de la historia del Japón que comprende entre (aproximadamente) los años 300 y 538 e.c., sino también a una serie de estructuras funerarias situadas en elevaciones de tierra. La mayoría de estos túmulos datan del periodo Yamato (periodo que comprende el kofun), periodo en el que el centro del poder se encontraba precisamente en el entorno de Nara.
Y es precisamente por eso que en esta área se concentren una buena parte de los kofun conocidos y algunos de los más grandes como el túmulo de Tomio Maruyama, donde se realizara este último hallazgo.
El kofun más grande conocido se encuentra sin embargo en la vecina Osaka. El Daisenryo Kofun es una estructura con forma de cerradura, rodeada de agua y con una longitud de 525 metros y un perímetro de casi tres kilómetros.
Las tumbas son estructuras de gran importancia en la arqueología. Desde las pirámides de Egipto hasta el complejo funerario del emperador chino Qin Shi Huang, las tumbas han brindado a los arqueólogos la oportunidad de entender mejor cómo vivían nuestros antepasados antes de que comenzáramos a registrar la historia (e incluso algo después de que comenzáramos a registrarla).
Las tumbas de emperadores, faraones y grandes caudillos quizá sean las más famosas (se cree que Tomio Maruyama Kofun pudo pertenecer a alguien vinculado a la dinastía reinante en Japón), pero en realidad también los cementerios más populares cuentan con información de gran valor para los investigadores.
Japón cuenta con una de las historias que más atención atrae en el mundo entero. Sin embargo no todo son samuráis y artes marciales. A veces las espadas son más que herramientas de combate sino artefactos para comprender mejor la espiritualidad y los miedos de aquellos que vivieron casi dos milenios antes de nuestro tiempo.
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Imagen | Réplica de la espaca colocada en el lugar del descubrimiento. Saigen Jiro, CC0 1.0
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