No se puede decir que no lo hayamos intentado. La memoria musical de este país está cruzada por más ocasiones de las que debería en las que políticos del ala progresista y sagaces personalidades del mundo del entretenimiento han intentado acercarse a las masas y a un concepto de cool trasnochado a golpe de versos hablados. No aprenden la lección y por eso acaba de pasar otra vez, con Ada Colau y la candidata de los comuns a la Generalitat, Jéssica Albiach, llenando el espacio electoral catalán con "Fem possible l’impossible".
Nos sentimos muy identificados con este comentario en el vídeo: “Madre mia, esto es verdad??? Jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja”, aunque siendo sinceros, y a pesar del alto nivel de cringe de estas elecciones catalanas, una propuesta menor que la también inolvidable Ada is in da haus. El objetivo, por supuesto, ha sido alcanzado: la canción ha acabado siendo lo más comentado de la jornada.
Ahí va nuestra selección, estos son y no otros los mejores-peores raps populares de la historia de España:
7. Los Borbones son unos Ladrones
Imagina que quisieras hacer una canción en defensa de la integridad de los artistas, denunciar lo que a todas luces es un atropello constitucional como es perseguir judicialmente a un cantante por decir lo que sea, y que consigas no sólo que la gente que te iba a apoyar te de la espalda sino también convertir tu corriente musical en el hazmerreír tuitero durante dos o tres días.
Lo más increíble es que no hablamos de amateurs, sino que este bochorno lo firma la legítima escena rapera española casi sin excepción. Brütal.
6. Rap de Monedero
Las juventudes izquierdistas de este país ya habían vivido su Vietnam particular al ver los intentos de las cuentas de Izquierda Unida intentando ser tu colega ese que sabe shippear y memear. Pero siempre, siempre hay algo peor y eso es ni más ni menos que la misma idea de Juan Carlos Monedero freestyler en un mano a mano con El Chuty sobre una base de Dr. Dre.
5. Yo floto pronto
Si lo escuchaste no lo olvidaste. Hoy casi desaparecida de las redes, esta es la canción que coronó una campaña de concienciación contra el embarazo adolescente de Zapatero (con otra polémica interna añadida, ¡Nach dijo que le habían plagiado el tema sin decirle nada!). El Gobierno no sólo es el señor Burns con gorra que no quiere que preñes a tu novia, sino que sabe cómo convencerte de ello, con una canción en la que todas las palabras sólo llevan la vocal "o".
"Stop, tronco. Yo no corono rollos con bombo. Con condón yo floto pronto. Sólo con condón. Sólo con koko", etc. Pasó en 2008 cuando las redes sociales estaban en pañales, imagínate cómo hubiese sido ahora.
4. El rap de Resines
Siendo justos, tal vez la única vez que esta gala traspasó los límites de su limitado público objetivo y consiguiese que algo de los Goya forme parte de la cultura popular. Un escándalo in crescendo de la vergüenza ajena tan poderoso que sólo podemos definir su resultado como vanguardia.
3. Leti-rap
Una cosa vamos a decir: te pilla alguien tipo Evian Christ este corte (de 1991, ojo al dato) con esa base eurodance y te lo meten en una mixtape nostálgica post-irónica y acabamos todos defendiendo el placer dionisíaco del Leti Rap.
2. El rap de Lola Flores
Aquí hay poca chanza que hacer porque estamos ante la única canción genuinamente buena de esta lista. Lola Flores ya había coqueteado con la canción de rima hablada pero aquí, con Ay Alvariño, ofreció un testigo que nadie supo coger y que de haberlo hecho mucho progreso se habría logrado en el campo de adaptar algo tan complicado para nuestro idioma como es el hip hop (el flow del español no te invita a lo mismo que el inglés y no podemos meter con calzador el uno en las estructuras del otro) y decidió apostar por el desparpajo, el gracejo y el colorío.
1. Y el rap de Saber y Ganar
Pero por supuesto esta lista no estaría completa sin nuestra gran aportación al género, algo que no tiene nada que envidiar a grupos paródicos norteamericanos del estilo de The Lonely Island, con una asincronía entre su canción y los movimientos de la imagen que hacen que de alguna manera la grabación no nos parezca de 2010, como se supone que es, pero tampoco de 1990 o de 2020: es hipermoderna, como el propio programa.
En los libros de historia del mañana no se estudiará dónde se celebran los Moros y Cristianos, sino cómo Jordi Hurtado y Roberto nos llevaron aquí.
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