Robert de Niro, Joe Pesci y Al Pacino han logrado atraer la mirada de 13 millones de espectadores americanos en Netflix. Sin embargo, lejos de lo que sucede cuando se compra una entrada de cine, el 82% de esa audiencia no vio la película hasta el final. Es decir, solo uno de cada cinco vio 'El Irlandés' de forma continuada, sin sucumbir a guías de visionado que fragmentan las tres horas y media que dura la película. Simplemente, se sentaron en sus casas y trataron de hacer lo que siempre hemos hecho en las salas: meternos en la historia hasta que termine.
La serialización de 'El Irlandés'
'El Irlandés' tiene una duración total de 210 minutos o, lo que es lo mismo, tres horas y media. El largo metraje del filme ha encontrado su mejor aliado en el visionado bajo demanda que permite pausar la película y verla en distintas partes. Así, de los 13.2 millones de espectadores que vieron la película de forma simultánea, solo el 18% lo hizo hasta terminarla. Es decir, uno de cada cinco espectadores pausó la película para dejarla en el olvido o retomarla en otro momento.
A raíz de esta tendencia, se han ido compartiendo diferentes guías que aconsejan dividir la película en función del transcurso de la trama. Por ejemplo, ésta del periodista especializado en entretenimiento, Alexander Dunerfors, se viralizó rápidamente al proponer verla en cuatro capítulos de 49 minutos cada uno. La llegada de la décima película de Scorsese a la plataforma ha demostrado que el espectador medio de Netflix está acostumbrado a un tipo de consumo muy concreto y todo lo que se salga de ahí corre el riesgo de ser serializado.
A pesar de que la fragmentación del visionado suponga una derrota desde el punto de vista cinematográfico, desde la perspectiva de la rentabilidad, 'El Irlandés' inauguró Netflix con buenas notas: 17 millones de espectadores únicos habían visto la película en Estados Unidos, durante los primeros cinco días. Sin embargo, esta audiencia engloba tanto a aquellos que han visto los dos primeros minutos de la película, como a quienes la han terminado. Por no hablar de que solo hace alusión a la audiencia americana que cuenta con 60 millones de usuarios y deja fuera de la estadística a los 158 millones de usuarios que están repartidos por el resto del mundo.
Siempre se han dejado películas a medias
Netflix contabiliza su audiencia no solo por los usuarios únicos que entran en contacto con el contenido, sino también en base al comportamiento que establecen con él. Es decir, diferencia a los espectadores en tres tipos: starters (empiezan la película y la dejan a los dos minutos), watchers (ven el 70% del contenido), y completers (visionan el 90%). Si contextualizamos las cifras de 'El Irlandés' en base a esta categorización, estaríamos hablando de que solo el 18% de la audiencia que la ha visto entera es calificada como completer a ojos de Netflix. El 82% restante se distribuye entre los que han visto más de la mitad o quienes la dejaron al principio.
Y aunque a título individual para Netflix tenga sentido diferenciar a los espectadores para diseñar y perfeccionar su algoritmo, en términos generales esta información no arroja nada nuevo. Hace un par de décadas, cuando alquilábamos películas en el videoclub, no sabíamos cuántos espectadores veían la película del tirón y cuántos no. Probablemente, de conocerlos hoy, nos daríamos cuenta de que también había quien dejaba la película a la mitad para retomarla más tarde o, incluso, la entregaba sin terminar y, lo que es peor, sin rebobinar.
Netflix está cambiando el modelo de exhibición (y consumo)
'Historias de un matrimonio', 'El Irlandés' o 'El Camino' son un ejemplo del panorama cinematográfico en el que nos adentramos. Producciones propias de Netflix como las anteriores llevan en su ADN el estreno exclusivo o parcialmente exclusivo, en el site. Poco importa que algunas películas estén previamente unos días en los cines, el estreno al que se suman la mayor parte de los espectadores tiene lugar en la plataforma. De ahí que no sea casual que el filme de Scorsese acumulase 17 millones de espectadores en tan solo cinco días. Un síntoma más que refleja como el consumo cinematográfico se está desplazando al sofá.
Para hacernos una ligera idea de lo que suponen esos 17 millones de espectadores en términos de taquilla y considerando que una entrada en Estados Unidos ronda los 8.43 dólares, 'El Irlandés' habría recaudado 57.323.000 dólares en su primer fin de semana en cines. En comparación, 'El Lobo de Wall Street' recaudó en el mismo lapso de tiempo en las salas estadounidenses 18.361.578 millones de dólares, un resultado digno, pero que palidece si lo comparamos con las cifras actuales.
Los 158 millones de suscriptores que acumula Netflix en todo el mundo otorgan a la plataforma un poder de convocatoria que las salas de cine están perdiendo. Y aunque también abre un nuevo universo a la confortabilidad, este cambio perjudica a la experiencia cinematográfica en sí misma. Cuando vemos una película en casa nos metemos menos en la historia, nos distraemos más y la pausamos para ir al baño, mientras que para ir al cine adaptamos nuestra vida. Reservamos un hueco de nuestro día, decidimos invertir una pequeña cantidad de dinero para ello y dejamos el móvil en silencio. Y aunque ambas formas de consumo tienen sus pros y sus contras, a nivel cinematográfico entre ellas hay un abismo.
Imagen: El Irlandés/Netflix