Unas tijeras. Nada más. Nada menos. Un simple par de tijeras comerciales ha bastado para noquear uno de los grandes aeropuertos de Japón, desbaratando su programación durante dos horas y dejando a cientos de pasajeros cariacontencidos y un buen puñado de vuelos retrasados o directamente suspendidos. Se calcula que en total el incidente afectó a casi 240 operaciones. Lo más curioso es que las tijeras de la discordia no se usaron para atacar a nadie ni amenazar de ninguna forma la seguridad del aeropuerto. Simple y llanamente desaparecieron de una tienda.
La historia terminó con un final feliz. O casi.
¿Dónde están mis tijeras? Una pregunta parecida a esa se hicieron el sábado por la mañana los dependientes de una tienda de la terminal nacional del Nuevo Aeropuerto de Chitose, en la prefectura de Hokkaidō, Japón. Sin que nadie se explicase muy bien cómo, cuándo ni dónde, un par de tijeras se esfumó. O eso pareció. En la inmensa mayoría de los negocios del mundo un incidente así no habría pasado de anécdota, pero no en la tienda de la terminal de Chitose.
¿Y eso por qué? Por varias razones. Primero porque las normas establecen que las tijeras deben guardarse bajo llave, siempre a buen recaudo. Segundo, porque la tienda de donde desaparecieron no es un negocio cualquiera. Se sitúa pasados los controles de seguridad, cerca de las puertas de embarque por las que los viajeros acceden a sus vuelos, con lo que lo ocurrido dejaba botando una pregunta inquietante… ¿Y si se las había llevado alguien para usarlas en el avión?
Dos horas noqueado. Así, de forma inesperada y para asombro de más de un pasajero, las autoridades del Nuevo Aeropuerto de Chitose se vieron obligadas a replantearse la jornada. Durante cerca de dos horas suspendieron los controles de seguridad de acceso a la terminal y obligaron a los pasajeros que ya los habían pasado a deshacer sus pasos y volver a atravesar los arcos detectores.
Todo para garantizar la seguridad del aeropuerto, por el que en 2022 pasaron más de 15 millones de viajeros y que opera una de las rutas nacionales más concurridas del mundo, la de Tokio-Sapporo. El sábado tampoco era un día cualquiera en el país: muchos japoneses regresaban a casa tras la festividad de Bon.
Vuelos cancelados y retrasos. Aquello no solo alteró la organización del aeropuerto. Afectó también a las compañías aéreas que tenían previsto operar en la terminal nacional de Chitose. El saldo revelado por la BBC es asombroso: aunque los controles se suspendieron solo unas dos horas, la medida afectó a cientos de pasajeros, obligó a cancelar 36 vuelos y retrasó 201 operaciones.
La cadena británica habla además de "enormes cuellos de botella y colas" mientras los viajeros que ya estaban esperando en la sala de embarque se veían obligados a coger sus maletas y volver a la zona donde les esperaba el personal de seguridad.
¿Aparecieron las tijeras? Sí. Aunque hubo que esperar. El incidente alteró la seguridad del aeropuerto varias horas, pero en realidad las tijeras de la discordia no aparecieron hasta el día siguiente, domingo, cuando un trabajador de la tienda las encontró. No han trascendido demasiados detalles sobre dónde estaban o cómo pudieron perderse. El medio japonés NHK se limita a deslizar que se localizaron tras otro registro en la tienda. Eso sí, el anuncio no se hizo hasta el lunes para confirmar antes sin margen de dudas que se trataba de las tijeras perdidas.
Toque de atención... y explicaciones. El incidente fue lo suficientemente grave como para que el Ministerio de Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón diese un toque a los responsables del aeropuerto y les pidiese dos cosas: que investiguen lo ocurrido y que no vuelva a repetirse. La terminal de Hokkaidō ya ha asumido públicamente que la causa ha sido un "sistema de almacenamiento y gestión insuficientes" del almacén y no quita hierro al incidente.
"Somos conscientes de que también se trata de un incidente que podría estar relacionado con el secuestro o terrorismo, y volveremos a trabajar para garantizar una concienciación exhaustiva de la gestión", garantizan sus responsables. En las redes hay quien considera que la respuesta rápida y contundente del aeródromo demuestra su seguridad. "El incidente ha demostrado la seguridad de la aviación japonesa y la minuciosidad de sus protocolos", celebraba un usuario de X.
Imagen | Miki Yoshihito (Flickr)
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