Al fin la ciencia ha resuelto uno de los grandes debates de la humanidad: cuáles son los países más lloricas

Ser padre implica enfrentarse a numerosos obstáculos durante las primeras semanas de vida del retoño. El más evidente y sonoro, su llanto: los bebés son bichos diminutos capaces de producir toneladas de lágrimas durante sus primeros días de vida (a lo que Nihilist Memes respondería: normal). La cuestión es que, como todo padre o madre habrá podido comprobar, no todos los bebés lloran igual o durante el mismo tiempo.

De modo que la ciencia lleva años investigando la cuestión. Si preocupa al ser humano de a pie, preocupa al señor cuadrando regresiones y experimentos en su laboratorio. Y dada la treintena de estudios relacionados con los hábitos de llantos de los bebés repartidos por todo el mundo, un grupo de investigadores de la University of Warwick, Inglaterra, los ha recopilado todos, ha cogido las muestras de 8.000 críos y los ha cruzado.

Resultado: el primer ránking de lloricas del mundo. Por edades y, aún más importante, por países.

Como siempre, los nórdicos ganan

Sí, amigos, se acabaron las eternas disputas entre vecinos por dilucidar qué país produce más lágrimas por metro cuadrado. La ciencia ya nos ha respondido.

Y el resultado es el de siempre: ganan los nórdicos. En base a la muestra, los bebés daneses son los que menos lloran a lo largo de sus doce primeras semanas de vida. El orden de los países no es homogéneo en cada tramo de edad (los investigadores han tenido a bien separar a los pequeños estudiados en función de su corta edad), pero en general la conclusión es palmaria: Dinamarca es el país que consistentemente menos llora.

Ránking de países para (a) 1-2 semanas de vida, (b) 3-4 semanas de vida y (c) 5-6 semanas de vida.

¿A la cola? Aquí es donde entra la parte divertida: Reino Unido. Al parecer, los bebés de las islas son los que más lloran a casi todas las edades, algo que un español con un leve sentido del humor habrá relacionado ya con Gibraltar. Pero no, no se trata de una cuestión territorial: según los propios autores del estudio, es virtualmente imposible saber por qué narices unos bebés lloran más que otros en función de su localización geográfica.

Por ejemplo, una teoría atractiva podría señalar que mientras en las sociedades anglosajonas la competitividad entre padres es alta y las bajas laborales son mucho menos generosas que en sus vecinos nórdicos, en las sociedades escandinavas tanto las madres como los padres tienden a pasar más tiempo con sus retoños gracias a sus generosos permisos de paternidad. Aquí podrían incluirse todos los otros factores en los que Dinamarca & Amigos siempre ganan: desigualdad, salud, bienestar generalizado, etcétera.

Ránking de países para (d) 8-9 semanas de vida y (e) 10-12 semanas de vida.

¿Es ajustada la teoría? Como los propios investigadores explican: no. Si miramos un poco más al sur, pero no demasiado, nos topamos con Países Bajos, donde los bebés tienden a colocarse entre los más lloricas de los analizados, pero cuyos niveles de vida, bienestar, estado social y enfoque de la paternidad coincide en su gran mayoría con el de daneses, suecos o noruegos. En esencia, no tenemos ni idea de a qué se deben las diferencias.

¿La clave? Dejar que se calmen solos, quizá

Una teoría algo-menos-tópica sobre el inusual silencio de los bebés daneses es la actitud de sus padres: en vez de apresurarse a agarrar a la criatura y tratar de calmarla, dejan que el retoño se desahogue y se seque las lágrimas el solito (algo que comparten con los franceses, aunque no aparezcan analizados: otro español ávido de humor sugerirá aquí que probablemente romperían todos los récords de llanto). El resultado es que el pequeño, cuando no tiene necesidad real de llorar, para de hacerlo solo.

Pero en fin, es un mundo complejo. Podemos poner minutos a la cuestión: mientras los daneses lloran apenas 89 minutos al día entre las cinco y las seis semanas de vida, los canadienses se van por encima de los 150 minutos. Los alemanes son especialmente sigilosos las dos semanas previas (69 minutos frente a 117 de media) y los japoneses también se colocan en la parte modesta de la tabla (107 minutos frente a la media de 133).

En Dinamarca también lo hacen mejor. (Evan-Amos/Wikipedia)

Por edades el patrón es claro: los niños lloran y lloran entre las 0 y las 6 semanas, y dejan de hacerlo con tanta frecuencia a partir de entonces.

¿El motivo? Se atraviesa el umbral del "cólico del lactante", los fuertes llantos de los pequeños en sus primeros días de vida. Pese a las diversas investigaciones, sigue siendo un relativo misterio a qué se deben los cólicos y por qué provocan los ataques de llanto que provocan. De momento sólo hemos descubierto que quienes menos tienden a caer en ellos son los daneses. Ahora sólo queda averiguar a qué se debe.

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Imagen | Kit4na Joachim/Flickr

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