“Este era el reloj de la mesilla de noche en un AirBnB en que nos quedamos en Sorrento [Italia]. Lo descubrí al tomar una foto al sitio y notar que en la cámara del móvil se veía como un piloto (el infrarrojo de la cámara)”, ha contado Eduo en su cuenta de Twitter. Enlaza un producto de Aliexpress que cuesta entre 10 y 40 euros que graba a 4K a través de WIFI. Como explica el interesado, hay muchísimos tipos de cámaras cada vez más pequeñas, y algunas pueden no necesitar de la red para sus retransmisiones, dejando grabado lo que ven en tarjetas SD.
En los siete continentes. Como indica este listado de Forbes, se han dado entre 2014 y 2020, acentuándose desde 2019, infinidad de casos de cámaras que se descubren escondidas en los alojamientos de la popular plataforma por todos los rincones del mundo. En Estados Unidos, en Australia, en China. En Corea del Sur ha habido incluso juicios para frenar redes criminales que se dedican a esta práctica ilícita. Según una encuesta a 2.000 usuarios de Airbnb por la consultora IPX1031, asociada a Fortune 500, uno de cada 10 huéspedes se había topado con dispositivos de grabación de los que no habían sido advertidos. Como ya se explicó en Xataka, este mal no es exclusivo de Airbnb, aunque los suyos son los casos más visibles.
Casi tan curioso como eso es sabe que el 24% de los encuestados afirmó que no les importaba si les grababan durante su estancia.
El contranegocio. De ahí que Eduo haya recomendado a aquellos de sus seguidores que viajan frecuentemente que adquieran aparatos detectores de cámaras ocultas. Son modestos detectores de radiofrecuencias inalámbricas, señales inalámbricas y campos magnéticos. La parte más espectacular de su uso consiste en mirar por una rendija rojiza con todas las luces apagadas de la casa y buscar las cámaras y chips que el aparato te indique. Dependiendo de la calidad del producto, estos detectores van de los 24 a los 100 euros, aunque, como dicen los que los han probado, a veces no funcionan en todos los contextos, ya que si la zona de la casa está muy tecnologizada puede toparse con otras redes previsas.
Y a cero euros. También esta semana otro experto en ciberseguridad ha querido dejar en TikTok una solución más barata y de andar por casa. Se trata de buscar las cámaras, cristales que dejan destellos azules, con la linterna de nuestro móvil, pero recomienda hacerlo siempre con la cámara frontal de tu móvil, ya que las traseras de los smartphones modernos suelen tener filtros antirrojos (para que no salgan mal nuestros ojos en las fotos).
Tiktok
¿Sospechosos habituales? Parece que el reloj despertador es uno de los Best Sellers del asunto, pero también las alarmas de incendios, espejos y múltiples tipos de enchufes y cargadores. Sí, técnicamente nos podemos encontrar estos aparatitos en cualquier parte, desde la ducha hasta el vestidor de la cama.
El conflicto legal. Según un reportaje de The Atlantic de 2019 y centrado en las recientes experiencias de Estados Unidos, Airbnb ha redoblado sus esfuerzos por mejorar la seguridad de los huéspedes a este respecto. Obliga legalmente, en sus condiciones de uso, a que los anfitriones pormenoricen dónde se está grabando y en qué dirección, y el huésped debe visualizar y aceptar esas grabaciones antes de confirmar su reserva. Sin embargo eso deja fuera de juego a todas aquellas grabaciones ilícitas, y, según la experiencia de los entrevistados, la forma de resolver el caso ha sido muy discrecional. Además, dado que Airbnb es un intermediario, la situación a nivel individual puede complicarse.
Al llegar al apartamento en Miami donde se iba a alojar las siguientes semanas, un cliente encontró dos de esas grabadoras, así que cogió las tarjetas de memoria y las llaves y se plantó en la comisaría local para denunciar, para tal sorpresa que la policía consideró que era él mismo el que se había autoinculpado de un delito de usurpación y allanamiento de la morada de su anfitrión. Puede que el dueño de la casa hubiera violado las reglas de Airbnb o tal vez cometido algún otro delito, pero en principio, si la casa aparece como residencia, un particular tiene todo el derecho a tener cámaras en su propia casa y nadie puede entrar en ella sin tu consentimiento, así que, de forma temporal, el peso del agravio cayó en el damnificado (no hubo posterior actualización en los medios de este caso).
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