La sociedad alemana vive estos días un incendiario debate sobre drogas. Llega por un controvertido proyecto de ley sobre la legalización del uso recreativo del cannabis presentado por el Gobierno y aprobado por el gabinete alemán. Una ley que permitiría a los adultos comprar y poseer pequeñas cantidades de cannabis y que ha levantado ampollas en algunos sectores conservadores, médicos y fuerzas del orden.
El proyecto de ley. La norma llegará al Parlamento en septiembre y se espera que sea aprobada antes de terminar el año. De ser así, Alemania se convertiría en el segundo país de la Unión Europea, tras Malta, en regular el uso recreativo de esta droga. Contempla que los ciudadanos podrán adquirir un máximo de 50 gramos de esta droga al mes a través de asociaciones creadas para este fin.
El objetivo del Gobierno es frenar el mercado negro, la criminalidad relacionada y el número de consumidores. "Esta es una ley importante que representará un cambio a largo plazo en la política de drogas, un concepto de legalización controlada", explicaba Karl Lauterbach, ministro de salud. Aunque enfatiza que su uso no está exento de riesgos: "Nadie debe entender falsamente la ley. Se legalizará el consumo de cannabis, pero sigue siendo peligroso".
¿Qué cambiaría? Según la ley actual, en Alemania es ilegal comprar cannabis, pero no consumirlo. De hecho, según cifras del gobierno federal, 4,5 millones de adultos del país lo consumieron al menos una vez el año pasado. ¿Qué cambiaría ahora? El plan inicial era permitir la distribución a través de tiendas comerciales, pero esta idea fracasó estrepitosamente en 2021 tras un placaje contundente de la Comisión Europea.
Con la nueva legislación se permitirá la distribución a través de la creación de asociaciones de cultivo privadas con un límite de 500 miembros. Los miembros podrían comprar hasta 25 gramos cualquier día, pero con un límite de 50 gramos al mes. Y los particulares podrán tener hasta tres plantas en su casa.
Condiciones. La idea es que se empiece a aplicar en algunas ciudades piloto y luego se extienda a todo el país. De hecho, la ley es muy estricta: no habrá una venta libre en las tiendas y estará prohibido el consumo en las inmediaciones de colegios, guarderías y zonas peatonales durante el día. Los menores de 21 años sólo podrán obtener un máximo de 30 gramos al mes, al considerarse más vulnerables. También se llevara a cabo una campaña de concienciación por todo el país para alertar de los riesgos del consumo de THC (el ingrediente psicoactivo principal del cannabis).
Las críticas. Como era de esperar, no han tardado en llegar. El sector más conservador de la centroderecha afirma que el plan pondría en riesgo a los menores. Se quejan de que el proyecto es "médicamente irresponsable" y un "ataque a la protección de la juventud y la salud". Armin Schuster, miembro de los demócratas cristianos en Sajonia, advierte de que la ley desencadenaría una "pérdida total de control".
Algunas asociaciones de médicos también se han sumado a la protesta, firmando una carta conjunta alertando sobre "una amenaza para la salud mental y las oportunidades de desarrollo de los jóvenes". Por último, el sindicato de policías tampoco ha dado el visto bueno al proyecto de ley y la Asociación Alemana de Jueces subraya el trabajo extra para el poder judicial debido a las muchas regulaciones sobre los clubes de cannabis.
División en el país. ¿Y los ciudadanos qué opinan? Según una encuesta recogida por el diario alemán Der Spiege, el 45% de los alemanes está en contra de los planes del Gobierno. A favor hay un 40%, y un 15% de indecisos. Entre 18 y 39 años, cerca de la mitad están a favor, mientras que entre los mayores de 65 años solo un tercio está de acuerdo.
Una tendencia en Europa. Malta fue el primero en legalizar el cannabis recreativo en 2021, mientras que Países Bajos permite desde los años 70 la venta y el uso de cannabis en los famosos coffee shops, lo que ha convertido a Ámsterdam en un atractivo para ciertos turistas. También se han puesto en marcha programas piloto similares en Suiza para permitir a cientos de personas en Basilea comprar cannabis en farmacias con fines recreativos. El gobierno checo ha estado trabajando en un plan similar al alemán y Copenhague ha propuesto legalizar la marihuana, pero el parlamento danés la ha rechazado.
La situación en España. En España, la posibilidad de que se permita su uso recreativo no está sobre la mesa. Incluso la regulación de la marihuana con fines medicinales aún está estancada. El año pasado, el Congreso de los Diputados dio luz verde y pidió al Ministerio de Sanidad que autorizase los derivados de la planta para tratar determinadas enfermedades en pacientes con esclerosis múltiple, epilepsia y con dolor crónico no oncológico. Sanidad tenía la misión de redactar un informe sobre cómo se llevaría a cabo la normativa, pero el fin de la legislatura ha llegado antes de eso. Habrá que esperar.
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