Algo está cambiando en el fútbol: la ola de apoyo a Josh Carvalho, primer jugador abiertamente gay

Cavallo Buena
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¿Cuántos futbolistas en activo son abiertamente homosexuales? Hasta ayer, la respuesta era "cero". Hoy Joshua Cavallo, jugador del Adelaide United, se ha convertido en el primero. "He estado luchando contra mi sexualidad por más de seis años, y estoy feliz de dejarlo atrás de una vez", explica en su comunicado. No son palabras habituales dentro del deporte rey, caracterizado por una política "don't ask don't tell" pese a la reciente ola de concienciación en materia de derechos LGBT.

La respuesta. Cabría esperar pues un silencio similar al generalizado durante las últimas décadas frente al comunicado de Carvalho. No ha sido, no está siendo así. "Tienes todo mi apoyo", escribe Raphaël Varane en su perfil de Twitter. "Enorme respeto para Josh por hacer esto. Es valiente y comparte un importante mensaje, todo el mundo merece ser como sí mismo al margen de todo lo demás", expresa Jordan Henderson, capital del Liverpool. Similares mensajes han compartido las cuentas oficiales del Everton, el Barcelona, el Tottenham, el Chelsea o el United.

Duda pendiente. ¿Por qué Cavallo es el primero y por qué en 2021? En gran medida porque ningún otro futbolista LGBT había declarado su condición sexual con anterioridad. "Sufrí mucho al no poder fijarme en alguien (...) Sé qué se siente cuando estás entre las sombras, vives una doble vida y mientras a la gente que te quiere", explica en su comunicado. Piqué, quizá el futbolista más consciente de su imagen pública dentro del deporte, lo expresa de otro modo: "Quiero agradecerte este paso. El mundo del fútbol va muy por detrás y tú nos ayudas a avanzar".

Anónimos. El mensaje de Cavallo acumula a esta hora 21.000 compartidos y 100.000 "me gusta", además de copar la portada de los principales diarios deportivos. Y todo ello pese a tratarse de un futbolista anónimo enrolado en un club menor del panorama mundial. Su protagonismo es significativo del largo camino que aún debe recorrer el fútbol. Sólo un futbolista de primer nivel ha reconocido públicamente su homosexualidad. Se trata de Thomas Hitzlsperger. Lo hizo cuando se hubo retirado.

Otros nombres menores del fútbol internacional también han confesado su condición sexual en el pasado, si bien su relevancia, ya fuera por no haber llegado al escalafón profesional o por haber transitado en el relativo anonimato, es minúscula.

Hacia adelante. En el pasado han sido numerosas las figuras públicas dentro del fútbol que se han posicionado, ya fuera de forma jocosa o de forma seria, frente al colectivo LGBT. Cualquier contacto con un vestuario o con la cultura interna del deporte a cualquier nivel, amateur o profesional, revela una homofobia rampante. Hasta ahora, los únicos avances que había dado el fútbol habían llegado de la mano de las instituciones (esos brazaletes promovidos por algunos clubes, campañas de los patrocinadores, un lenguaje cada vez más abierto por parte de la UEFA).

La relevancia. Como vimos a cuenta de Pablo Alborán, la sexualidad no-normativa de un famoso, de un ídolo de masas, es importante. Porque despeja prejuicios y sienta precedentes. En el fútbol, como en tantos otros espacios de la esfera pública, impera una "presunción de heterosexualidad". Tus preferencias sexuales son las dominantes, salvo que se demuestre lo contrario por la vía de la confesión pública. Una confesión que pocos o muy pocos están dispuestos a hacer, en tanto que atenta contra los usos culturales y los ritos predeterminados en dichos espacios.

Lo expresaba hace unos años y de forma más clara el capitán del Watford, Troy Deeney:

Probablemente hay un gay o un bisexual en cada equipo de fútbol. Están ahí, están ahí al 100%. Creo que las personas que son gay o pertenecen a la comunidad LGBT están definitivamente muy preocupados por cargar con la responsabilidad de ser los primeros. Creo que ser el primero en salir del armario tiene demasiadas cargas (...) Me pregunto por qué la gente se retira del fútbol, del rugby o de cualquier otro deporte y dice "Soy gay". Cargar con ello debe ser muy pesado durante toda tu carrera.

Cavallo ha dado ese paso. Y lo ha hecho por todos los demás: tanto los futbolistas LGBT aún temerosos de su condición sexual; como una cultura, la del fútbol como deporte y ecosistema social, aún congelado en el tiempo.

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