Iluminado por la clase de luz cegadora que sólo desprenden los dioses, Kanye West congregó a sus fieles en Twitter para pronunciar uno de sus ya proverbiales sermones. En la homilía, Él, oh, pastor de tantas almas descarriadas, anunció que rompía unilateralmente su relación con Universal Music, a la sazón su empleador. West, borracho de inspiración celestial, procedió poco después a declararse un "Moisés" que habría de conducir a sus hermanos, esclavos de la industria musical y de la NBA, a una Tierra Prometida repleta de libertad y bonhomía.
Desearíamos exagerar, pero no. Son palabras textuales.
Todo profeta se debe a sus seguidores. No es casualidad que la enésima vuelta de tuerca en la personalidad pública de West, un hombre que cruzó ya hace muchos años el delgado umbral que separa a la persona del personaje, esté preñada de tintes religiosos. Como vimos hace algunos meses, West está experimentando con un nuevo formato musical a mitad de camino entre el concierto convencional y el sermón religioso. Sus misas dominicales ("The Sunday Service") alcanzaron su pico de popularidad el pasado año, cuando abandonaron el terreno del encuentro privado (y casi secreto) y se adentraron en la arena pública.
Como quiera que los intereses de un hombre como West son volátiles, y que el coronavirus interrumpió cualquier tipo de espectáculo, los servicios cesaron a principios de este año (poco después de que el coro que lo compone, liderado siempre por West, publicara su primer disco: Jesus is Born). Al parecer, están a punto de volver.
Nada que pudiera frenar el torrente creativo que nuestro particular profeta guarda en su interior. Rapero de talento prodigioso, West ha destacado también en el campo del diseño y la moda. Una de las líneas de zapatillas más exitosas y cotizadas de la última década lleva su nombre (Yeezy), y son diversas las líneas de ropa alumbradas por su mente. Quizá inquieto en el interior de sus mansiones, deseoso de salir a la luz pública, angustiado por un acontecimiento (la epidemia) aún superior a su propia magnificiencia, West decidiera ahondar en su faceta creativa.
¿Cómo inspirarse? Si los caminos del Señor son inescrutables, la mente de Kanye West lo es más. Hoy nos ha querido ofrecer una venta a los confines de su imaginación con este tuit, un collage de ideas colgados en la pared de su habitación, cual tierno adolescente:
Kanye, fan de Isabel de Castilla
Entre la oleada de prendas y patrones azules, un escudo destaca por lo pintoresco de su colorido y de sus patrones. Leones, barras amarillas y rojas... Una simbología harto familiar para cualquier persona interesada en la historia dinástica de España. ¿No se trata acaso del escudo de los Reyes Católicos, el emblema elegido por Fernando e Isabel en una fecha tan remota como 1475 y que simbolizaba la unión de dos coronas, Castilla y Aragón, germen de lo que más tarde se convertiría en el Reino de España? En efecto. Hemos encontrado en West un ilustre hispanista.
La fotografía ha causado sensación en las redes sociales, y muchos han interpretado en el conjunto de imágenes nada menos que un mensaje a descifrar. Hay iconos de todo tipo. Desde el estadio de Chivas de Guadalajara (en el cuadrante inferior derecha) hasta la playa escondida de Nayarit (arriba a la izquierda), pasando por el águila imperial de México. La mayoría hacen referencia al país norteamericano, lo que indica cierta preferencia temática. ¿Pero qué relación tiene con los Reyes Católicos?
El resto del lienzo se compone de americanas, pantalones y otras prendas, además de varias referencias a las aguas del océano. Quizá West esté preparando una onírica ("Dream Baby Dream", reza el mensaje escrito del tuit) línea de ropa con referencias pacíficas y heráldicas, y entre ellas se haya colado aquel vasto territorio que una vez controló la monarquía hispánica (el Virreinato de Nueva España). Es hilar fino. Pero la ausencia de puntos en común entre los Reyes Católicos y Kanye West obliga a ello.
Como es lógico, son muchos los tuiteros españoles que han caído en el repentino interés del estadounidense por las glorias pasadas de España. "Kayne West con el escudo de los Reyes Católicos. We are in" es un buen resumen del sentir generalizado.
Kayne West con el escudo de los Reyes Católicos. We are in. https://t.co/XvkXXuY80i
— Declan, ese cura (@PDeclan) September 16, 2020
Por qué tiene Kanye el escudo de los reyes católicos colgado en la pared https://t.co/6CylNRGjOc
— Gonzalo (@c0rtec0rte) September 16, 2020
Es el escudo de los Reyes Católicos antes de tomar Granada, nada menos.
— Skywalker 🇪🇸🐍 (@Skywalker3689) September 16, 2020
Kanye ni me cae bien ni me interesa su vida normalmente, pero esto quiero saber de qué va.
Por supuesto, puede que Kanye sencillamente se esté adentrando en el maravilloso mundo de la vexilología. Junto al escudo hispánico (que, en efecto, precede a la unificación de la península ibérica bajo los reinos cristianos, dado que no incorpora la granada posterior a 1492) nos topamos con un patrón azul y blanco sospechosamente familiar. ¿Podría tratarse de una referencia a la bandera de Baviera, tan característica y tan popularizada por los hinchas del Bayern de Múnich?
La respuesta es negativa. Como se explica aquí, se trata de una referencia aún más recóndita y fascinante: la señal de una de las contradas de Siena, uno de los distritos que participa año tras año en el Palio de Siena, la popular y antiquísima carrera de caballos disputada en la Piazza del Campo. El emblema pertenece al equipo de Onda y se cuenta entre los más llamativos de la muy pintoresca y colorida carrera. El azul representa el ímpetu de los oleajes, y el blanco la pureza de los cielos. Su emblema es una suerte de delfín con escamas y corona.
La referencia al Palio expande el abanico de posibilidades, y centra a Kanye no tanto en la conquista de América y la ascendencia del imperio hispánico como en la heráldica medieval. En cualquier caso los vericuetos que han llevado a su hiperactiva mente a uno y otro emblema siguen siendo un misterio, uno que quizá desenredemos con el paso del tiempo. Si es que es posible, dado el gusto de West por el excentricismo y su pérdida de los estribos ya irremediable (recordemos que a esta hora sigue siendo candidato a la presidencia de Estados Unidos).
Quién sabe. Quizá los emblemas de Castilla y Aragón decoren en un futuro alternativo (o en una realidad paralela) el Despacho Oval.
