El canal principal de Matt Watson tiene medio millón de seguidores. El secundario, MattsWhatItIs, 26.000. Aunque sus videos no suelen pasar de los cientos de miles de reproducciones, el último acumula dos millones en sólo cuatro días. En él explica un descubrimiento, hay pedófilos operando a sus anchas en Youtube.
El sistema: los pedófilos encuentran o resuben por su cuenta vídeos de la red en los que menores se han grabado voluntariamente. Después señalan o “flagean” los minutos exactos del vídeo al que tienes que ir para ver algo sexualmente sugestivo (aunque los menores no tuviesen esa intención). Entre esos vídeos hay, por ejemplo, clips de niñas de 10 años probándose bañadores o haciendo gimnasia. El sistema de recomendaciones según historial de Youtube hace el resto, provocando que los que busquen pedofilia puedan crear un bucle de contenido pedófilo inagotable.
Pornografía infantil gracias al algoritmo: la gente que resube esos vídeos los monetiza por el sistema de publicidad de Youtube, y dado que algunos de ellos alcanzan millones de reproducciones es posible no sólo que los pedófilos campen a sus anchas en la plataforma, sino que haya personas lucrándose por la explotación de la imagen sexual de los niños. Es parte del problema del tamaño de estas páginas, incapaces de analizar caso por caso todo el contenido que se sube, y esta forma es fácil que alguien que encuentre la manera de sortear el sistema.
Indignación publicitaria: el descubrimiento de Watson ha sido todo un escándalo entre la comunidad y entre los anunciantes, más cuando él mismo señalaba en su propio vídeo que veía clips de Disney o IKEA mientras consumía esa pornografía. Ayer Epic Games, los de Fortnite, fueron los primeros en retirar sus anuncios de Youtube. A esta le han seguido Netlé, Disney y Dr. Oetker, aunque estos últimos casos aún no son públicos y sólo se lo han filtrado a Bloomberg fuentes internas de las empresas.
¿Otro adpocalipsis? con este se contarían ya cinco “adpocalipsis” desde 2016. El más famoso de ellos ocurrió en 2017 y el youtuber más vocal contra este movimiento fue Philip DeFranco. Muy resumido, los intentos de Youtube por hacer una plataforma diferenciada para niños no han funcionado, así que el contenido para niños está en el Youtube estándar.
Cuando varios grandes anunciantes protestaron por ver contenidos maliciosos que se vendían como contenido infantil, empezaron a retirarse de la plataforma, lo que llevó a Youtube a demonetizar preventivamente un 30% de los vídeos. Como resultado indirecto, los youtubers de tamaño medio y pequeño vieron mermar sus ingresos una barbaridad. Y además de forma injusta: sólo se les penalizaba por las nuevas normas estandarizadas, cuando ellos no hacían contenido malicioso de ningún tipo. Todo, mientras la inversión publicitaria en Youtube no para de crecer.
De cuánto daño económico hablamos: no se sabe. Cuando el famoso adpocalipsis Philip DeFranco filtró que había perdido un 80% de sus ingresos publicitarios. Para otros no fue tan grave, pero igualmente desastroso. En el reciente caso de la pederastia, Youtube ha querido adelantar a los anunciantes que en los últimos 60 días sólo 8.000 dólares de publi han ido a parar a estos sectores. Lo que no se sabe es el efecto que tendrán las nuevas restricciones de uso que ya están desarrollando para desincentivar este contenido.
Un sistema viciadísimo: todo esto se suma, también, a la ya eterna corriente de desencanto entre los youtubers por un abuso de las normas que beneficia a los poderosos. Contaba el mes pasado El Rubius cómo YouTube demonetizaba uno de sus posteos de 10 minutos por la aparición de un fragmento de 5 segundos. En lugar de retirarse el vídeo, lo que hace el sistema es hacer que el dinero recaudado por todo el video vaya a parar al anunciante, en su caso una discográfica. De hecho, ya hay gente valiéndose de este sistema de licencias para canibalizar los ingresos de los youtubers de forma fraudulenta.
Ahora más que nunca, es un buen momento para recordar todo lo que hay que saber si tú o tu sobrino os queréis hacer youtubers.