La Comisión del Juego británica acaba de publicar un detallado informe donde exigen una “profunda revisión” de la vigente ley de juegos de azar. Se trata de un anuncio importante porque esta Comisión está compuesta por representantes de alto perfil tanto de los laboristas como de los conservadores, y tanto los socialistas, ahora en la oposición, como el actual Primer Ministro, Boris Johnson, se muestran favorables a un endurecimiento de la legislación del juego, con lo que sería muy probable que su propuesta llegase políticamente a buen término.
¿Qué proponen? Han hecho un análisis sobre el efecto de la industria en los grupos más vulnerables. Si bien el ingreso disponible promedio en Reino Unido es de 450 libras por mes, miles de británicos (concretamente 233.000, según cifras anteriores) se dejan más de mil libras cada mes en estos establecimientos, físicos o digitales. Para armonizar su legislación con los límites que ya se habían aplicado en el entorno físico un año antes, los parlamentarios proponen ahora estas condiciones para el entorno digital:
- Límite de apuesta de dos libras para cada jugada en las tragaperras en línea.
- Prohibición de pago en apuestas con tarjetas de crédito (sólo podrían con las de débito).
- Restricciones a las denominadas cuentas "VIP", para evitar el incentivo de los jugadores mediante pases y premios.
- Una investigación sobre los acuerdos de confidencialidad.
- Controles obligatorios de accesibilidad a los sistemas, para asegurarse de que los clientes no arrastren deudas financieras. También para limitar una práctica habitual en el sector: pedir los datos personales del jugador sólo después de que quiera cobrar su premio y no antes, de manera que muchas personas endeudadas o menores de edad pudiesen jugar y después quedar bloqueados.
El primer punto está relacionado con los llamados FOBT, terminales de apuestas con cuotas fijas en sus siglas en inglés. Muchas tragaperras populares en Reino Unido, como en el resto de países, permiten realizar apuestas rápidas y potentes que sólo permiten un beneficio de premio máximo de x5 de la apuesta realizada. Muchas de estas máquinas, físicas y digitales, te permitían apostar desde dos libras hasta 100 en una sola jugada. Se daban casos de personas que en cuestión de pocas dilapidaban pequeñas fortunas de decenas de miles de libras.
Por supuesto, fuentes del sector han protestado contra las nuevas regulaciones. Ya lo hicieron cuando se pusieron estos vetos en las tiendas físicas, alegando que ello provocaría caídas en los ingresos brutos de estas máquinas de hasta el 55%, que se llevaría un pellizco de la industria por valor de 1.000 millones de libras y que 21.000 personas perderían su trabajo. Tras el anuncio de la Comisión, el valor de las acciones de muchas casas de apuestas del país se ha desplomado.
Neoludópatas: legisladores de todo el mundo están cada día más preocupados por este negocio que afecta especialmente a las personas económicamente más vulnerables de cada país. Italia prohibió que se publicitasen, el Ayuntamiento de Barcelona presentó hace poco un proyecto para limitar la apertura de nuevas casas de apuestas deportivas, y desde el PP hasta Podemos la mayoría de partidos políticos han hablado o incluyen propuestas para “tabaquizar” el sector.