Argentina sufre de escasez y especulación de cromos del Mundial. Para el gobierno es un problema de Estado

Decía Eduardo Galeano que el fútbol es la única religión sin ateos. Si en la coctelera metes además a Argentina, un Mundial y quizás la última oportunidad de Leo Messi para levantar la codiciada copa dorada, tienes sin embargo mucho más que un credo: tienes una fuerza de la naturaleza capaz de provocar una crisis de tintes sociales y económicos que deriva en un asunto de Estado.

Suena a exageración, pero no.

Y si no, que se lo pregunten al Secretario de Comercio de Argentina, Matías Tambolini, quien hace unos días retuiteaba un mensaje de su departamento —con retrato institucional incluido— sobre la que seguramente haya sido su reunión más surrealista: una cumbre con empresarios para buscar soluciones a una crisis de calado desatada… por la carestía de cromos del Mundial de Qatar.

Exacto, por la falta de pegatinas con los jugadores.

El problema es en el fondo tan sencillo como desorbitado ha resultado su alcance.

De los kioscos a los despachos

En Argentina los apasionados del fútbol y el coleccionismo de cromos, allí conocidos como “figuritas”, se han encontrado con una sorpresa desagradable: al ir al quiosco les recibía un cartel que avisaba de que no quedaban sobres con las preciadas estampas de Panini del Mundial de Qatar.

No las había en el puesto de su barrio, en el de la esquina, el de dos calles más abajo ni en el situado en la otra punta de la ciudad. Sencillamente, se habían quedado sin cromos.

A pesar de su tremenda demanda los negocios se han encontrado con que las nuevas remesas de “figuritas” no llegan, resultado —asegura la Unión de Kiosqueros— de que la popular casa italiana haya priorizado otros canales de distribución, como los supermercados, gasolineras o apps.

El problema podría haberse limitado a eso, un simple cuello de botella y en el peor de los casos álbumes a medio terminar; pero ha acabado requiriendo la intervención de las instituciones.

La escasez provocó una manifestación ante la factoría que produce los cromos, captó el interés de medios internacionales y azuzó la picaresca de quienes han visto la oportunidad perfecta para hacer algo de dinero vendiendo material a precios de escándalo y que multiplican los pautados.

La CNN apunta cómo en Internet se ofrece el cromo especial de Messi por 22.000 pesos argentinos, alrededor de 150 dólares al cambio, lejos, muy lejos de lo que valdrían en condiciones normales. Hay quien habla incluso de cromos por 300 dólares y álbumes a la venta por 25 euros.

“El promedio de entrega es de 25 o 50 paquetes a la semana y de 20 a 30 álbumes. Eso no alcanza para ningún vecino de ninguna localidad. Lo que le pedimos a Panini es que entregue la mercancía a los distribuidores oficiales y esos distribuidores se la vendan a los kiosqueros y no lo hagan como hasta ahora, en el mercado paralelo”, explicaba hace días la Unión de Kiosqueros a Clarín.

El problema adquirió tales tintes que el mismísimo Gobierno de la nación acabó moviendo ficha para buscar una solución. ¿Cómo? Dándole un cariz de asunto de Estado y reuniendo a los principales implicados, los kiosqueros y representantes de la editorial, para paliar la escasez.

“Comenzó la reunión para evaluar la situación del mercado de figuritas del Mundial. Desde @ComercioArg abrimos un canal de diálogo entre @ukraok y @PaniniArg, poniendo a disposición nuestros equipos legales y técnicos para colaborar en la búsqueda de posibles soluciones”, tuiteaba una cuenta de la Secretaría de Comercio sin verificar el 20 de septiembre. El mensaje lo compartía poco después a través de su perfil —este sí verificado— el propio secretario, Matías Tombolini.

Durante el encuentro la editorial se habría comprometido a controlar los 60 distribuidores con el propósito de resolver la crisis de las figuritas, los álbumes del Mundial de Qatar puedan completarse en tiempo y forma y el mercadeo de cromos a precios disparatados pierda fuelle.

El episodio ha dejado también varias lecturas.

Hay quien lo interpreta como consecuencia de los "desequilibrios más profundos" de Argentina, donde las restricciones aplicadas a las importaciones complicarían por ejemplo traer cromos de otros países, más allá de Brasil; quien lo ve una muestra de las expectativas que la nación tiene en el Mundial y quien, directamente, como señala El Mundo, siguió con sorpresa la reunión de la Secretaría de Comercio Interior en un país que lidia con una inflación desbocada.

Como decía Galeano: el futbol es la única religión sin ateos...

... y capaz de movilizar a un Gobierno por la falta de cromos.

Imágenes | Saadick Dhansay (Flickr) y Adam Jones (Flickr)

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