Es la melodía más famosa del mundo de la telefonía. Tan famosa que ni los sonidos de los iPhones son tan reconocibles. Tan omnipresentes que en 2009 se estimó que la tonada se estaría escuchando a un ritmo de 1.8 mil millones de veces al día, o 20.000 veces por segundo.
Su responsable fue Thomas Dolby, co inventor del sintetizador de tono de llamada integrado en los teléfonos Nokia y, por ello, creador indirecto de una industria millonaria: todos los politonos que se vendieron en años posteriores fueron en buena parte responsabilidad suya. A Dolby le explicaron que no podía poner canciones pop famosas así como así, por el tema de derechos de propiedad intelectual. Nada estaba permitido… salvo si el compositor llevaba muerto al menos 75 años.
De ahí pasamos a un joven y tímido músico llamado Francisco Tárrega, pero que había elaborado un Gran Vals. O Grande Valse, ya que en los inicios Nokia afrancesó el nombre de la canción en sus dispositivos. Si escuchas el vals de Tárrega, grabado en 1902, detectarás rápidamente el archiconocido jingle, cuyos orígenes, en consecuencia, tienen un ineludible sabor español.
Aunque Tárrega fue la inspiración directa de los ingenieros de la empresa finlandesa, en realidad el músico español tampoco fue original en su melodía: la había tomado prestada del Grande Valse Brillante de 1834 de Chopin (3:21-3:23). Si no te suenan parecido es porque está interpretada a distintos acordes (Tárrega la interpretó en un acorde menor, Chopin en uno natural) y con distintos instrumentos. Te sonará más clara la procedencia escuchando el sonido de arranque de los antiguos teléfonos de la compañía finlandesa.
La tonada sufrió mil variaciones con los años. Su primera aparición fue en el Nokia 6110, de 1994, en forma mono y llamada Grande Valse. En 2002 el Nokia 3510i ya lo reproducía en forma polifónica. En 2002 el Nokia 3510i lo introdujo en formato "realtone" tocado a piano, en 2008 se escuchó a guitarra española... Y la versión dubstep de 2011 que le encargó la compañía a un Dj italiano porque de todo tiene que haber y porque para 2011 la corporación ya tenía otros y mayores problemas.
Es un esquema que no sólo han aplicado los finlandeses, en una tendencia que ha tomado las líneas de márketing de todas las grandes empresas del mundo: lo de hacerse una imagen (un sonido) de marca reconocible a partir de la música clásica también puede decirlo British Airways y su uso del Lakmé de Léo Delibes o United Airlines y la Rapsodia en Azul de Gershwin. En el mundo del móvil, además, muchas compañías intentaron plagiar a Nokia poniendo tonos MIDI, politonos y "realtones" de fragmentos de piezas como el Impromptu Fantasía de Chopin o la Sinfonía Nº 40 de Mozart.
Imagen: Commons
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