Atención taxistas: así está muriendo el sector del taxi en Estados Unidos en la era post Uber

Nadie se lo está poniendo fácil a Uber. En Europa su llegada se ha visto como una peligrosa invasión a la que combatir de forma inmediata. En Estados Unidos, pese a las mayores ventajas legales que la compañía ha obtenido, tanto taxistas como autoridades le observan con suspicacia. Y pese a todo, Uber está ganando. Una prueba casi definitiva: el precio de las licencias de taxi se está hundiendo.

¿Qué está sucediendo para que una industria millonaria como la del taxi, omnipresente en las grandes ciudades norteamericanas, pierda la batalla? Antes que nada, conviene subrayarlo: esto, por el momento, es un fenómeno puramente estadounidense. Nada parecido está teniendo lugar en Europa. En Alemania y otros países está prohibido. En España el servicio ha cerrado como consecuencia de la fuerte presión gubernamental. Uber, de momento, es Estados Unidos.

El precio de las licencias se está hundiendo

Allí, gracias a las nuevas tecnologías y a una agresiva política de precios, Uber ha hecho saltar por los aires el mercado de licencias de taxi de las grandes ciudades. Obtener un permiso para conducir un taxi cada día es más barato. Y eso, como es lógico, pone en aprietos a los inversores.

USA Today ofrece algunos datos al respecto. En Chicago, la segunda ciudad del país con más licencias repartidas por las calles (alrededor de 7.000), el precio medio de un medallion en 2007 ascendía a $70,000. Casi siete años después se había quintuplicado: en 2013 alcanzaba su pico y se situaba por encima de los $350,000. La llegada de Uber ha cortado drásticamente tan meteórica proyección: hoy el precio medio de una licencia en Chicago ha caído a los $270,000.

Obtener un permiso para conducir un taxi cada día es más barato. Y eso, como es lógico, pone en aprietos a los inversores. Uber está volando por los aires el negocio

El resultado han sido pérdidas. Uber se ha transformado en una profunda crisis en el mercado del taxi. Las grandes compañías tenedoras de licencias han tenido que rebajar sus expectativas de venta porque ahora menos gente está dipuesta a embarcarse en una inversión, la de un medallion, cuyo retorno, al contrario que años atrás, no está asegurado.

Taxistas protestan en Londres contra Uber, en junio de 2014.

En España hemos visto algo parecido. La implantación primitiva de Uber llevó a fuertes protestas por parte del sector del taxi en Madrid, unidas a las ya realizadas en otras ciudades ante la posible desregulación del sector por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Liberalizar el negocio implica perder un coto vedado. Si controlado la alta inversión merece la pena, una vez sus beneficios ya no están asegurados es una opción menos atractiva. Y letal para quienes ya están dentro.

Uber está encontrando resistencia en algunos estados, pero también se está ganando el favor de otros al ofrecerles el inmenso caudal de datos que sus usuarios depositan en ellos

Así las cosas, en lo que llevamos de 2015 tan sólo siete licencias de taxi fueron solicitadas al Ayuntamiento de Chicago. La tendencia es semejante en otras ciudades, como Nueva York. Allí, Evgeny Friedman, un gran particular embarcado en el sector del taxi, vendía sus licencias por $870,000 el pasado otoño, cuando las colocaba en el mercado por $1.2 millones la primavera anterior. ¿Consecuencias? Deudas impagadas y problemas financieros.

La situación en Estados Unidos es generalizada. Uber está encontrando resistencia en algunos estados, pero también se está ganando el favor de otros al ofrecerles el inmenso caudal de datos que sus usuarios depositan en ellos. Es el caso de Massachusetts. Este gráfico de Bloomberg es claro: en un año, han recortado casi todas las distancias.

El sector del taxi también se está movilizando en Estados Unidos. De lo contrario perderá la batalla de forma irremediable. Uber opera sin licencias, al contrario que ellos, y los costes de entrada al mercado son nulos. Por tanto, está en condiciones de ofrecer un servicio más barato. Al margen de otras dudas (el origen de algunos conductores, no profesionales), lo cierto es que Uber está ganando cuota de mercado porque es más competitiva. Y porque ofrece cosas que el taxi tradicional no.

El servicio personalizado: la clave de Uber

De forma paralela a Uber, otras empresas semejantes están surgiendo de Estados Unidos. En esta pieza, el Washington Post se centra en el servicio personalizado para familias. Uber y otras pequeñas startups locales están ofreciendo servicios de transporte post-escolar a los padres de familia norteamericanos. Si necesitas trasladar a tu hijo de una punta a otra de la ciudad (para actividades extraescolares como música o deporte), ya no tienes que perder toda una tarde. Uber lo hace.

El servicio está ganando popularidad porque ofrece a los hijos cierta autonomía y porque los padres ven en Uber una compañía más segura que el taxi tradicional

El servicio está ganando popularidad porque ofrece a los hijos cierta autonomía y porque los padres ven en Uber, a pesar de ciertos escándalos relacionados con sus conductores, una compañía más segura y de confianza que el taxi tradicional. Cuenta con un servicio GPS personalizado, es moderna, permite pagos con tarjetas de crédito, se adapta a la demanda y ofrece cercanía.

Un taxista protesta en Chicago contra Uber, en febrero de 2015.

Todo ello a pesar de que, por propios estatutos internos, Uber no permite que menores de 18 años entren en sus taxis sin compañía. Pero la solución para los padres es tan sencilla que está importando poco. Se alejan del transporte público y dejan el coche en casa, pudiendo invertir su tiempo en otros menesteres. En San Francisco, una compañía llamada Shuddle se ha convertido en el Uber para niños: profesores, amas de casa, cuidadores y niñeras, predominantemente mujeres, se encargan de llevar a niños de otros padres a sus actividades. Lo hacen en su tiempo libre.

Shuddle se ha convertido en el Uber para niños: profesores, amas de casa, cuidadores y niñeras se encargan de llevar a niños de otros padres a sus actividades

Están creciendo y quieren trasladarse a otros puntos de la geografía estadounidense. Es otro ejemplo de cómo la economía está cambiando: esas personas tiene cierto tiempo libre y logran obtener unos ingresos extras con una actividad para la que ya tienen formación (cuidar). Por lo demás, sólo es conducir.

Mientras en España Uber ha tenido que reorientarse a una especie de proveedor de comida y afronta diversos problemas legales para implantarse de forma definitiva, en Estados Unidos su oferta se expande. Hace poco la compañía anunció un acuerdo con Live Nation, otra gran empresa organizadora de festivales, para ofrecer un servicio de transporte generalizado a todos sus asistentes. Otro ejemplo de adaptación a la demanda y servicio personalizado.

Mientras tanto, en España Uber tiene que recurrir a la Unión Europea para protestar por el excesivo proteccionismo al sector del taxi. Aunque de momento la regulación es fuerte, Uber está compitiendo en Estados Unidos porque está siendo capaz de ofrecer un servicio más barato, más personalizado y, según muchas voces que lo utilizan, mejor que el taxi tradicional. Y está ganando.

Imagen | David Holt, Scott L

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