La televisión está en declive demográfico. Se trata de una obviedad, cualquiera que vea el uso de los más jóvenes del teléfono móvil podría deducirlo. De lo que se trata entonces es de predecir a qué velocidad y cómo será esa caída. Según un reciente estudio estadounidense, en su país puede ser mucho más acentuada de lo que en un principio se pensaba.
Metthew Ball, director de estrategia de Amazon, divulga las conclusiones del último informe de Nielsen, que actualiza al primer cuatrimestre de 2020 el tiempo de consumo de televisión por cable según grupos de edad frente al que se hacía dos años atrás. Los estadounidenses han pasado un 42% menos de tiempo frente a estos productos. La gente mayor de 65 años ha aumentado un 3% los minutos de tele consumida, sí, pero todos los demás marcan caídas muy pronunciadas, más cuanto más se acerquen a la franja de edad de la generación Z. La gente entre 18 y 24 consume un 69% menos de tele convencional. Es una tendencia de distanciamiento que lleva años en marcha.
Como explica el directivo, muchos expertos asociados a este medio tradicional pensaban que se trataría de un bache temporal. Dado que la mayoría de esos minutos y horas arañadas a la tele provienen de plataformas VOD y Youtube, alegaban que habría un momento de algidez y estabilización. No parece que vaya a ser así. En 2010 la tele por cable tenía una penetración del 89% de los hogares norteamericanos. En el último trimestre de 2019 se había desplomado al 69% en una curva que apunta a un decrecimiento lineal.
¿Qué pasa con España y la tele en abierto? Lo mismo, aunque no tan acentuado. Según el último informe del Gabinete de Estudios de la Comunicación Audiovisual (GECA), nuestro prime time televisivo reúne a un promedio de 15,7 millones de espectadores. Mucha gente, sí, pero es la primera vez en 10 años que no supera la barrera de los 16 millones en la banda de máximo consumo. GECA dice que se han ido a Netflix o HBO. ¿Se puede medir en minutos? Sí, en febrero de 2020 los españoles gastaron 3 horas y 46 minutos diarios con el mando en la mano. Es el registro de consumo más bajo desde 1993.
Sin la misma urgencia por la tele. Como refleja El Confidencial, es también una cuestión de receptores: el número de hogares con televisor cae a cifras que no se habían visto en décadas. En 1983, tras el boom del electrodoméstico en España, el 80% de casas contaba con una, y para 1984 subía al 86.9%. Tras una época dorada en los 90 y los 2000, hemos vuelto a desescalar, lo que apunta a que crece el porcentaje de población que directamente prescinde del aparato.
El largo camino: al César lo que es del César, la televisión sigue mandando en nuestro país. El 70% de la población española ve la televisión todos los días, y 42 millones, el 94% de toda la gente del país, tiene “un contacto esporádico” con esta emisión semanalmente. Son cifras que no logran ni otros medios ni tampoco otros países. La población envejece, en España aún más, y como hemos visto este será el grupo que más se resista a desengancharse del formato. Por comparar, a día de hoy sólo uno de cada cuatro hogares de nuestra piel de toro tiene acceso a Netflix.
A TVE, Antena 3 o Telecinco aún les quedan décadas, seguramente especializándose cada vez más en programas para la tercera edad o para poner de fondo, ya que la tele se está convirtiendo cada vez más en una nueva radio. Le pasó a ella, y antes a los periódicos en papel. La caja tonta no se iba a librar de los efectos de la llegada de un nuevo y más beneficioso medio como es internet.
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