Actualización: la organización de los PlayAwards ha cancelado el certamen ante la polémica desatada.
Mayo de 2016: un puñado de las personalidades hispanohablantes más célebres de YouTube se dan cita en Mallorca con motivo de la primera edición de los PlayAwards, una suerte de premios de la academia YouTube que aspiran a recompensar y reconocer a los creadores y canales más destacados de la plataforma. Por allí desfilan hombres y mujeres tan notables como ElRubius, MrGranbomba, Helena de Miguel, Sr Cheeto o Joaquín Puto Amo, Happy Sunny Flowers y otros.
El escenario evoca las grandes galas cinematográficas, los invitados se atavían con largos vestidos y trajes elegantes, la ceremonia sigue los compases habituales dentro del género-propio de los certámenes, hay nominados, expectación y trofeos de tintes dorados, fotógrafos a las puertas del teatro y seguidoresde toda condición agolpados en los exteriores del recinto, photocall y alfombra roja, pompa y espectáculo.
Mayo de 2017: Wismichu, el youtuber hispanohablante más capacitado a día de hoy para colocar temas en la agenda del momento sobre la mesa, lanza un vídeo en el que carga contra la organización de los PlayAwards, les acusa de obtener un beneficio amoral e ilícito de la imagen de los youtubers y llama al boicot de los premios por parte de la comunidad. La organización lanza un comunicado en su defensa y el resto de grandes nombres del YouTube español comienzan a desmarcarse del evento.
¿Qué ha pasado en apenas un año? Lo que va de este vídeo:
A este otro, subido ayer mismo y con más de 2.000.000 de visionados en su haber:
Al que hay que sumar las variopintas reacciones y públicas condenas de un amplia amalgama de youtubers a lo largo de ayer y hoy en redes sociales. El primero y más notable, por capacidad de arrastre e influencia, ElRubius, que ha pasado de recibir el premio a "youtuber del año" en 2016 a explicar que no piensa acudir al evento de este año, a celebrarse el 25 de mayo, porque son los "mismos cabrones" que crearon la revista de salseos.
Y aquí es donde tenemos que viajar a septiembre de 2016.
La alargada, tóxica sombra de You Mag
A finales del verano pasado YouTube se había convertido en un medio lo suficientemente masivo, debatido y analizado como para que ElRubius o Dulceida pasaran del compartido-viral a los medios de comunicación tradicionales, tan hostiles e indiferentes años atrás hacia personalidades que duplicaban su tráfico en un sólo vídeo. Y a la fama le llegó una vuelta de tuerca inesperada: su propio circuito de contenidos rosa.
Por aquel entonces coincidieron en el tiempo el lanzamiento de dos proyectos paralelos: por un lado, Salseos Youtuber, una cuenta dedicada en exclusividad a explicar los enfrentamientos dialécticos, las rencillas y las relaciones amorosas que se desplegaban tras las bambalinas de la comunidad youtuber; por otro, You Mag, el alter ego de Cuore en el mundo youtuber cuya primera (y última) exclusiva consistió en fotos robadas de ElRubius y su novia paseando por un parque.
El impacto de You Mag fue intenso, especialmente entre los youtuber: todos denunciaron la invasión de su privacidad y el mercadeo de sus vidas, al margen del contenido de sus canales, y el backlash terminó con la revista varada en un puñado de días. El eco de su implosión sirvió para que otros medios masivos se lanzaran a la arena-corazón-youtuber, confiando en pescar parte del siempre fiel público perdido de You Mag.
¿Quién estaba detrás de You Mag? Al parecer, Wismichu lo sabía, porque su creador era amigo de la infancia de otro de los youtubers participantes en los PlayAwards, Joaquín Puto Amo, pero como explica en su último vídeo, optó por no levantar la liebre con la vaga esperanza de que sus proyectos se limitaran a la revista y no fueran más allá de su primer fracaso.
Nueve meses después la historia ha cambiado: en el vídeo, Wismichu explica cómo ha investigado quién era la empresa organizadora de los PlayAwards y cómo ha descubierto que se trata de la misma matriz que levantó en su momento You Mag. Para Wismichu, la crítica al evento parte de dos puntos convergentes: por un lado, la mercantilización de la imagen youtuber en una gala que obtiene generosos beneficios vía patrocinios (en la del año pasado, por ejemplo, aparecía el logo de Los40 o AirEuropa).
Por otro, las oscuras intenciones del dueño de Max Play Group Spain, la revista supuestamente responsable de ambos proyectos, cuyo objetivo, según Wismichu, sería medrar y obtener ganancias del trabajo de otros youtuber a cualquier precio. Un sentir compartido por otros youtuber que ya se han bajado del barco a través del hashtag #NoVoyALosPlayAwards:
La organización de los premios ha emitido su propio comunicado (se puede leer aquí) en el que niegan las acusaciones de Wismichu. Según ellos, no tienen nada que ver con quienes montaron You Mag, y el único motivo por el que el nombre de la misma empresa aparece como responsable de ambos proyectos (mostrado por Wismichu) se debe a un error del informático encargado de ambas webs, casualmente el mismo.
En el fondo, se trata de una lucha por la imagen
Dado el generalizado boicoteo al que se han sumado las principales personalidades hispanohablantes de YouTube, es previsible que la gala o bien no se celebre o lo haga con mucha menos proyección mediática que su primera edición. Escenas como esta, en la que un auditorio repleto de grandes estrellas de la red se agolpan frente a un escenario donde ElRubius recibe y muestra un trofeo, son altamente improbables.
De fondo, y como deja entrever Wismichu en su vídeo, el #PlayAwardsGate es parte de la larguísima batalla sobre el control de su propia imagen que los youtubers llevan luchando desde que su proyección saltara de los escritorios de todos los adolescentes de España a sus padres y a otros medios de comunicación. Una pelea por obtener una pátina de respetabilidad profesional y por limitar su imagen naïve en la que premios al "youtuber más loco" minan su credibilidad.
Si los PlayAwards eran un paso hacia la asimilación mainstream de la comunidad, hacia un estadio donde su trabajo se recompensara en galas al modo tradicional, la reacción de Wismichu y la llamada al boicot de ElRubius son un paso en la dirección contraria, una escapada hacia un ecosistema mediático donde ellos mismos continúen controlando las aristas de su imagen (lejos de logos de AirEuropa) y donde su figura no sea un mero reclamo para atraer anunciantes o inversiones (con excepciones).
Se trata de la superviviencia del youtuber como elemento narrativo-mediático singular e hijo del siglo XXI, de una guerra contra los estándares clásicos de la industria del entretenimiento (con sus certámenes, sus programas de salsa rosa, su mercadeo entre bambalinas) en la que las propias estrellas documentan y explican a su audiencia, sin intermediarios, los entresijos del incipiente negocio. De un acto de rebeldía y de una declaración de autonomía al que las estrellas del pasado jamás aspiraron.
Y por tanto, de un gesto importante.
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