Austria tiene un plan para impulsar el coche eléctrico: dejarle correr más que al resto

Pese a sus evidentes ventajas medioambientales, el coche eléctrico no termina de despegar a nivel global. Sus precios elevados, el dilema de las baterías y la ausencia de una red de infraestructuras eficaz le suponen un gran freno en la mayor parte de países desarrollados (excepto Noruega). De ahí que los gobiernos de toda condición estén tratando de impulsarlo de las formas más variopintas. En Austria, ese impulso ha tomado forma de velocidad.

¿Qué? Al parecer, el gobierno austriaco plantea un pequeño incentivo para todos aquellos futuros compradores de coches: si su adquisición es eléctrica, podrán superar el límite de velocidad. En la actualidad, Austria permite a sus coches circular a 130 kilómetros por hora, pero en algunos entornos urbanos y periurbanos la limitación se reduce a los 100 km/h cuando la contaminación es excesiva. A más velocidad, como se sabe, más emisiones.

Los coches eléctricos podrán saltarse el límite.

¿Por qué? La medida supondría un incentivo menor dentro del marco de impulso del coche eléctrico en Austria. Otros países han tomado medidas similares. En California, por ejemplo, el gobierno estatal permite a los conductores eléctricos circular por los carril VAO (una bendición si vives en la congestionada Los Ángeles). En Austria, permitiría a los vehículos no contaminantes llegar antes a su destino (y les otorgaría cierto estatus).

¿Funcionará? Como es obvio, la excepción al límite de velocidad se plantea sobre premisas muy concretas, y sólo supone un pequeño caramelo para el futuro comprador. Circular más rápido tiene otros inconvenientes: los accidentes son más probables (especialmente si hay límites asimétricos) y las baterías se agotan antes (un problema fundamental para los coches eléctricos). A cambio podrán correr más a lo largo de 440 kilómetros de la red de autovías austriacas.

¿Otras medidas? No es la única idea que Austria tiene en la cabeza para impulsar el coche eléctrico. El gobierno también ha invitado a las regiones federales y a los municipios a ofrecer párking gratuito para los vehículos no contaminantes, entre otras. El país quiere alcanzar los objetivos de París (y de la Unión Europea) para 2030, lo que implica retirar alrededor de 8 millones de toneladas de emisiones del día a día. Es una tarea ardua.

Austria no van tan mal encaminada, no obstante. El coche eléctrico representa el 2,5% de la cuota de mercado automovilística, una cifra superior a la de Alemania (pese a sus trenes de hirógeno y sus jueces persiguiendo a los políticos que no aplaquen la contaminación). Todos ellos siguen lejísimos de Noruega, el único país que se ha volcado en el coche eléctrico. Para disfrute del sistema respiratorio de sus ciudadanos.

Imagen: Guillaume Jaillet/Unsplash

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