Autovías para erizos: el encantador proyecto de Londres para preservar a sus queridos animales

Reino Unido es un país embelesado por la naturaleza que le rodea. Consecuencia, quizá, de su bello paisaje rural y horrendo espacio urbano, los británicos son devotos admiradores de la fauna y la flora (¡jardines!) que les rodea. Pero gran parte de ella está amenazada.

Es el caso de los erizos, un animal tan encantador y frecuente en los espacios interurbanos de la gigantesca isla que fue declarado tesoro nacional en 2013. La población del pequeño mamífero ha disminuido drásticamente durante las últimas décadas. A la expansión de una agricultura expansiva que mina su hábitat hay que sumar el intenso desarrollo urbanos, con sus edificaciones de hormigón y calles asfaltadas.

¿Qué hacer para prevenir su declive? En Londres, un grupo de apasionados y enamorados del erizo ha encontrado una solución a priori barata y sencilla: cavar pequeños túneles y crear caminos verdes para que las poblaciones de erizo no queden aisladas y puedan desplazarse de un parque a otro. En esencia, autovías para que los erizos sean capaces de buscar nuevos hogares y alimento sin exponerse a la cruda realidad de las carreteras y las calles asfaltadas.

Detrás de la iniciativa está la British Hedhehog Preservation Society y Hedgehog Street, dos asociaciones asociación que suman colectivos y particulares para crear espacios urbanos erizo-friendly.

Una de las muchas autovías para erizos que están proliferando en Londres. (Barnes Hedgehog)

El mecanismo detrás de las "autovías" es similar al de los cruces naturales que países como Canadá o Países Bajos han diseñado para que sus poblaciones de lobos, osos o ciervos crucen autovías y líneas de tren sin ser atropellados. Para los erizos británicos no es un problema menor: la mayor parte de avistamientos de los pequeños mamíferos se producen cuando son arrollados por un vehículo. Su población en zonas urbanas se ha resentido por ello.

Sin embargo, labores como las desempeñadas por encomiables ciudadanos como Michel Birkenwald han contribuido a que, durante los últimos escasos años, las estimaciones de erizos en zonas interurbanas hayan aumentado. Como se cuenta en este reportaje de Atlas Obscura, Birkenwald está detrás de Barnes Hedhehog, y él se encarga personalmente de perforar pequeños túneles bajo los mueretes de ladrillo que rodean las propiedades de los barrios londinenses.

Una vez el agujero está hecho, Birkenwald coloca una plaquita donde se puede leer "Autovía de erizos" y una pequeña silueta del animal. De otro modo muchos paseantes podrían taponarlo o llamar a los servicios municipales para repararlo.

No aislar sus hábitats, la clave

¿Por qué necesitan los erizos carreteras? El erizo depende de hábitats boscosos y encuentra sus mejores hogares y espacios para el reposo en rincones repletos de hojas, compost y otros lugares frondosos asociados a los espacios verdes. Las poblaciones se mueven en busca de alimento (gusanos y otros insectos terrestres), nuevos hogares a salvo de los predadores (tejones y zorros) y espacio vital. El problema, sin embargo, es que sus hábitats cada vez están más aislados.

En las ciudades, por ejemplo, el crecimiento urbano ha dejado completamente cercados los múltiples espacios verdes de la lluviosa y muy verde Gran Bretaña. Así, los erizos encuentran cada vez más complicado moverse de un parque a otro o de una zona frondosa a otra. Dado que un erizo se mueve kilómetro y medio cada noche, la discontinuidad genera problemas.

Support your local erizo. (Pixabay)

Los túneles alivian la presión a la que se ven sometidos. Como se explica aquí, las decenas de miles de ciudadanos que se han apuntado voluntariamente a los proyectos de cuidado y preservación del erizo pueden desarrollar otras pequeñas políticas para que los animales prosperen. Por ejemplo, no limpiando las esquinas donde se acumulan hojas caídas o donde crece la vegetación de forma espontánea. O colocando pequeños trozos de comida cerca de sus reconocidos hogares.

Ante todo, las autovías conectan hábitats, lo que beneficia al erizo. Por fortuna, su número se cree superior ahora a hace unos años. No es posible saber cuántos erizos hay en Reino Unido. Al ser animales nocturnos y al evitar la presencia humana, sólo se pueden contar con estimaciones. La más célebre cifraba en más de millón y medio (tanto en 1995 como en 2017, lo que indica cierta consistencia). En espacios urbanos, la cifra se ha estabilizado, si no ha crecido.

Historia distinta son los espacios rurales.

Además de crear túneles en sus jardines, muchos vecinos alimentan a los erizos. (Pexels)

En inglés, "hedge", parte del nombre del erizo, significa seto o barda, una barrera natural que separa a los campos de cultivo del país. Es entre la maleza donde los pequeños mamíferos puados encontraban sus rincones predilectos, ideales para excarvar, tener prole y protegerse de los zorros y tejones. Sin embargo, la concentración de terrenos y la agricultura intensiva, que ocupa más espacio que la tradicional, ha hecho que los "hedge" vayan desapareciendo y quedando aislados.

Sus números en el campo han descendido drásticamente, se cree desde la British Hedhehog Preservation Society. En las ciudades, proyectos como Hedgehog Street o las autovías para erizos pueden permitir que tan preciado animal, símbolo nacional británico, vuelva a florecer. Por medio de la involucración ciudadana y pequeñas medidas, pueden tener éxito. En Londres, el mapa de cruces y espacios erizo-friendly no ha hecho más que crecer durante el último año.

Los erizos caen simpáticos y, al fin y al cabo, ¿a quién le pueden importar unos pocos agujeros en muretes?

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