Hacerse un “Fariña”. Así ha definido en Twitter la cuenta oficial de Errata Naturae lo que sospecha que pretende hacerles Yung Beef con una de sus últimas publicaciones.
La editorial ha denunciado que los abogados del trapero han solicitado vía burofax la retirada inmediata del mercado de todos los libros que tienen a la venta en los más de 300 puntos de venta en España de El Trap. Se trata de un ensayo “filosófico” escrito por el joven doctor y profesor Ernesto Castro y cuya portada incluye un dibujo hasta cierto punto caricaturesco del músico referido.
Yung Beef, para quien no le conozca, es posiblemente el artista más emblemático de la escena urbana del país. Saltó a la fama a los 24 años como integrante de PXXR GVNG, aquellos de Tu coño es mi droga y otros éxitos, aunque hace trabajos discográficos, audiovisuales y de todo tipo al margen de la banda. Si Tangana ha optado por representar la versión comercial del trap español, Yung Beef encarna la punk, más pegada a la autenticidad “de barrio”, con shows más cercanos al espectáculo social que a lo que la mayoría de la gente entiende como un concierto musical.
Con ese hacerse un “Fariña” se refieren a lo que le sucedió el año pasado a la obra así titulada de Nacho Carretero. Una jueza estimó la denuncia del político Alfredo Bea Gondar y acordó el secuestro cautelar (la prohibición de su venta) del popularísimo libro editado por Libros del KO en 2015. El reportaje incluía un par de referencias a sentencias judiciales contra Bea Gondar que el político consideró que vulneraban su derecho al honor. Fariña estuvo secuestrado de las librerías cuatro meses antes de que la Audiencia Provincial de Madrid revocase la orden.
El derecho a la imagen frente a la libertad de expresión
Así que para Rubén Hernández, editor de Errata Naturae que nos explica lo sucedido, la situación que están viviendo es muy similar. “Nos dan un plazo de siete días para la retirada de los libros. Aluden a una supuesta vulneración de los derechos de imagen, pero en el documento no nos argumentan qué efecto lesivo contra Yung Beef o su carrera puede tener nuestra portada”.
Según Hernández, la situación no tiene “ningún sentido”, ya que jurídicamente aseguran que la ley está de su parte. “Primero, el Tribunal Constitucional ya dictaminó que la línea que separa lo público de lo privado no está en el mismo punto para personas normales y las que de forma activa y consciente han decidido que su vida se exponga al escrutinio público, es decir, los famosos. Pero es que además en nuestra portada no hablamos de una fotografía, sino de un dibujo caricaturesco, y sólo faltaba que no pudiésemos potenciar el carácter caricaturesco de un dibujo en este país”.
En España el derecho a la libertad de expresión tiende a tener un carácter preferente a otros derechos, más si la misma se ejerce en el marco del humor que es una caricatura. En alusión al dibujo firmado por David Sánchez que protagoniza la portada del libro, la editorial ha asegurado que es un “reflejo del selfismo ultranarsicista, fachendoso y postinero de la época que nos ha tocado”. Se caricaturiza a Yung Beef por encarnar algunos de los rasgos más característico del movimiento trapero.
Ardid de marketing o salida de tiesto
¿A qué viene entonces la denuncia? Hay quien ha querido ver en el tuit de Errata un posible ardid publicitario. Por ejemplo, y volviendo con el caso de Fariña, la amenaza de retirada de ejemplares sirvió para aumentar el interés y reactivar las ventas del libro (aunque no las necesitaba, antes del secuestro iba ya por la novena edición). La denuncia sirvió como efecto Streisand, para que mucha gente que no conocía ni iba a conocer la obra se interesase por ella, y los que previamente sabían de su existencia podrían comprárselo después a amigos y familiates a modo de apoyo financiero a la casa.
Entonces, ¿Es un stunt publicitario? “Ojalá lo fuera”, ríe Hernández. Es una iniciativa del trapero de la que, aseguran, no tenían consciencia.
De hecho, previamente a publicar el libro, hace más de un mes, le dieron al mismo Yung Beef acceso a la portada, que consideró como “fea y mierda para blancos”, según asegura el editor y muy en la línea de otras declaraciones públicas del artista. “ahí él tuvo la oportunidad de decirnos algo su hubiese tenido algún problema con su imagen o desde el punto de vista ético. No sé, algo ha debido de decirle alguien ahora que le ha calentado”.
Ese alguien podría haber sido el programa Las Que Faltaban, de Movistar+. Le preguntaban a Lola Índigo por el libro El Trap, y cuando la misma vio la portada comentó "¿A Yung Beef le han pagado por esto? Espero que sí". El cantante respondió con el siguiente tuit el pasado 6 de octubre:
Y después:
El editor responde: “es curioso que una persona que se ha pasado su vida recreando una imagen de sí mismo al margen de la ley necesite ahora esa misma ley sólo porque no le gusta cómo está representado en un dibujo”. Lo siguiente que harán será enviar otro burofax de vuelta a través de sus abogados mostrando la base jurídica que, según afirman, les ampara. “Confío en que alguien le haga entender que todo esto no tiene ningún sentido”.
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