Bambang Brodjonegoro, ministro indonesio, ha anunciado que el presidente Joko Widodo ha decidido tomar la “importante decisión” de reubicar la capital administrativa del país. Aunque aún no han anunciado la nueva localización, muchos creen que esta será Palangkaraya, en la isla de Borneo y también conocida como Borneo Central.
Como el Titanic: el norte de la ciudad, que da al mar de Java, se hundía entre 1984 y 1991 a un ritmo de entre 1 y 5 centímetros al año. Entre 2010 y 2015 esa cifra subió a casi 15 centímetros anuales en muchas partes. Es la ciudad que más rápido se está hundiendo de todo el mundo, y, según las previsiones actuales, podría quedar totalmente sumergida para 2050.
Un plan conocido: en realidad Indonesia lleva décadas planeando la descentralización administrativa y económica de su capital. En parte por un intento de racionalizar sus recursos, pero también por la pesadilla ambiental que supone este municipio erigido sobre tierra pantanosa.
La mano del hombre: la extracción del agua subterránea de la ciudad tiene mucho de culpa, ya que los jakartanes cavan pozos ilegales que drenan los acuíferos subterráneos, de manera que la ciudad se desinfla como un globo, hecho que expone mucho a la ciudad a las inclemencias climáticas.
Y la mano de la naturaleza: y ahí es cuando el cambio climático se ceba con un ecosistema ya muy débil. Primero, el crecimiento del mar por culpa del derretimiento de los polos hace más fácil que, en caso de lluvia, los ríos fluyan río arriba, de manera que muchos barrios se inundan diariamente. A eso se le suma la mayor y más cruenta presencia de desastres naturales, como sismos y erupciones volcánicas: en 2018 sufrieron más de 2.000 desastres de esta naturaleza, y un tsunami de septiembre provocó catastróficas inundaciones, la muerte de más de 2.000 personas y el traslado forzoso de otras 220.000.
Desastre ecológico para todos los gustos. Aún existen dudas sobre si los desastres de la capital indonesia, frecuentes en el inestable Anillo de Fuego del Pacífico, habrían surgido de no ser por la acción antropogénica. A ellos también le responde Brodjonegoro: la capital está tan colapsada por los vehículos a motor en el área metropolitana que los atascos se están comiendo 100 billones de rupias (6.310 millones de euros) cada año en Yakarta. En cualquier caso, está comprobado que el cambio climático sí está teniendo efectos desastrosos en la economía nacional.
Vecinos, preparaos: Yakarta es uno de los escenarios más urgentes, pero las consecuencias del calentamiento global también llegarán a otros. Según un informe del Panel Internacional por el Cambio Climático, Nueva York, Nueva Orleans, Osaka, Mumbai y especialmente Guangzhou podrían perder buena parte de su territorio para 2100 debido a la entrada del agua, poniendo en riesgo la vida de casi 40 millones de personas, así como un importante porcentaje de la economía de cada país. En sitios como Barcelona, aunque sin consecuencias tan catastróficas, sus ciudadanos podrían perder el acceso a suministros de agua limpia y sufrirían mayor número de inundaciones.